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Un error de base con el cartel de la Semana Santa de San Fernando

Mas allá de la polémica suscitada, el contexto en el que se plantea la idea de hacer una versión isleña y cofrade del Andalusian Crush parte de un concepto erróneo: las hermandades no están para promocionar la Semana Santa allende sus fronteras ni para conseguir que la gente de fuera venga a verla

San Fernando arriesga con su cartel de la Semana Santa en su afán "por hacer algo distinto"

Un momento del acto de presentación del cartel de la Semana Santa de San Fernando de 2025 / Lourdes de Vicente

San Fernando/Podéis seguir llamándome rancio, que ya me he venido arriba. Como dice de mí Edu Albarrán en Islapasión, llega el cartel de 2025 y, zas, más de 25 años de voto de imparcialidad por la borda. Qué le vamos a hacer. Mi amigo, el periodista Luis Miranda, escribió una vez sobre el exceso de condescendencia en el que a menudo incurrimos "por amor" los que escribimos de cofradías y de la Semana Santa. Hasta hizo un glosario para entender entrelíneas las crónicas de forma que cuando uno decía "muy de barrio" había que leer en realidad "lindando directamente con lo hortera"; si uno hablaba de una hermandad "fiel a su estilo" era "mal, pero están orgullosos"; y si se hacía eco de "un tocado muy llamativo" lo que quería decir de verdad era "echad al vestidor". Divertidísimo.

Me he acordado mucho de Luis desde la noche del viernes. Si hubiese tenido que cubrir la presentación del cartel habría tenido que cerrar la casa al día siguiente y haberse mudado con su familia a un pueblo lejano de la España vaciada donde jamás se hubiese oído hablar de cofradías. Porque Luis es rancio, rancio... Pero de verdad, no como yo, que solo lo soy de mentirijillas (si hasta soy del Huerto, ya ven). Luis hasta escribe libros sobre Juan de Mesa.

En mi caso, tengo muy claro -y con la edad, cada vez más- lo que me gusta y tiendo a ser indulgente con lo que no. Es que al final resulta que uno hasta termina cogiéndole cariño a las cofradías de La Isla. Pero es verdad que lo del cartel ha sido como una epifanía, me ha removido. Aunque no se preocupen, que no quería seguir hablando de Los doce. O casi que no.

Y me explico. Hubo una cosa que me llamó mucho la atención en el acto de presentación del cartel del pasado viernes. Y no, no fueron los comentarios sobre el lavavajillas (yo, como soy rancio, friego a mano). Me refiero al contexto en el que se plantea todo esto del spot-cartel con el propósito -así se dijo en el acto- de publicitar la Semana Santa de San Fernando y darla a conocer allende sus fronteras.

Así, se habló de que sí, de que teníamos una Semana Santa muy buena, con bastante entidad, pero que necesitaba "abrirse un hueco" y "dar un paso más" en un 'mercado' ya saturado, por lo que había que echar mano de "acciones de marketing más actuales". Y de ahí el intento de hacer esta versión isleña y cofrade del Andalusian Crush.

Y ahí está el problema. Error en la placa base. Fallo en Matrix. Peligro de colapso en el sistema. Porque las hermandades, que yo sepa, no tienen que promocionar nada más que la fe y el amor hacia sus titulares entre sus hermanos y la caridad hacia el prójimo. A mí me parece una tarea tan hermosa como inabarcable, aunque a algunos veo que se les queda corta. No sé ustedes pero, sinceramente, yo no estoy en una hermandad para que venga la gente de fuera a verla el día de su salida procesional. No es nuestro cometido.

Lo otro, lo de promocionar la Semana Santa y darla a conocer, será trabajo del Ayuntamiento de turno o de la Oficina de Turismo, como de hecho viene haciendo con todas las fiestas. Y no se confundan, que aplaudiré que lo hagan y estaré encantado de que ese trabajo dé resultados. Y defenderé como si fuese el dogma de la Inmaculada que haya siempre unas buenas relaciones entre las hermandades y el Consistorio. Pero no invirtamos las prioridades. Ya saben, cada uno a lo suyo y zapatero a tus zapatos. No perdamos los papeles, por favor. Un poquito de ranciedad.

Esas declaraciones que se hicieron en el acto acerca de la promoción de la Semana Santa, en realidad, encierran un trasfondo mayor de lo que creemos. Y es algo que hace tiempo que se viene gestando en el mundo cofrade. Hemos escuchando tanto ese discurso de que las hermandades "dinamizan la ciudad" y "generan actividad económica" que al final hemos terminado por asimilarlo como algo propio y hemos alterado los papeles con una pasmosa naturalidad, como en el acto organizado por el Consejo se puso de manifiesto. Luego nos quejaremos de extraordinarias sin sentido y esas cosas.

E insisto, que yo me alegraré el primero del impacto económico que pueda tener en la ciudad una buena Semana Santa. Estaré doblemente orgulloso porque mis cofradías, además de cumplir con su función catequética, son provechosas para la sociedad y ayudan a su prosperidad. Ole por ellas. Pero la función de una hermandad no es dinamizar ni ayudar a promocionar la ciudad, parece mentira que haya que recordarlo. Ese trabajo dejémoselo a quienes tienen de verdad que llevarlo a cabo. Porque si seguimos por ese camino habrá que darle la razón a aquel hostelero que se quejaba a la cofradía del barrio porque se había suspendido la salida ante la amenaza de lluvia y al final no había caído ni una gota. Vamos, que estamos aquí para dar el espectáculo.

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