La FAN-PIN, espejo de resistencia y compañerismo
Hasta 656 'fanpineros' participan en la prueba organizada por el Tercio de Armada en San Fernando
Juan Antonio Martín Tinoco gana la carrera, con un grupo del TEAR como primer equipo y Bea Rubio como primera mujer en la meta
Nada puede con el desafío de la FAN-PIN
San Fernando/Intensidad, superación, sufrimiento y diversión se mezclan cada año en la carrera FAN-PIN que organiza el Tercio de Armada en la zona de la Clica en San Fernando. En cada participante se mezclan estos elementos en mayor o menor medida, sin que falten las dos claves de la cita: la resistencia y el compañerismo. Sin olvidar, por supuesto, el ánimo que el público ofrece a sus familiares, amigos e incluso desconocidos.
"Esta prueba forma parte de la actividad cotidiana del Tercio de Armada y del Tercio Sur, que aprovecha además que tenemos al lado el caño", apunta el general comandante del Tercio de Armada, José María Sanz Alisedo. Para la Infantería de Marina se trata de una "prueba de unidad" en la que "todos se tiran al fango juntos y juntos tienen que salir", por eso el general habla de compañerismo. Y, desde luego, de "resistencia a la fatiga", otra cuestión clave que intentan formentar entre los infantes de Marina.
En la carrera se puede competir de manera individual o por equipos. Así, mientras unos participantes prueban sus capacidades, otros deben trabajar de manera conjunta para superar las dificultades. Comienzan corriendo, para cruzar el caño 18 a nado y sortear los obstáculos que se colocan en la isla del Pino (de ahí parte del nombre de la prueba cívico militar). "Aunque la organización ya tiene una experiencia, hay que destacar la iniciativa y la imaginación que pone el Tercio de Armada, que siempre procura incluir modificaciones y mejoras", resalta Sanz Alisedo.
Tras cruzar el caño de nuevo y unos metros en los que muchos aprovechan para reponer fuerzas y bajar el ritmo, alcanzan la parte más dura de la FAN-PIN, la del fango que se prolonga a lo largo de casi dos kilómetros. El esfuerzo se nota en los movimientos y las caras de quienes van llegando al final de esa superficie. Los espectadores están acostumbrados, después de ocho ediciones abierta de prueba abierta a la población civil, pero sigue llamando la atención la forma en la que avanza buena parte de los corredores: de espaldas, braceando como si estuvieran nadando y valiéndose del impulso de las piernas para deslizarse. A veces cambian de postura y se ponen de cara para continuar unos metros a gatas. Quienes intentan hacerlo de pie ven como se hunden en el fango.
La Armada decidió abrir la prueba militar a la población civil hace unos años. Primero, cuenta el general comandante del Tercio de Armada, empezaron con efectivos de la Policía Nacional o de Bomberos como ensayo, y tras comprobar su éxito se dio el paso. "La prueba del interés es que los dorsales se acabaron en hora y media cuando se abrió la inscripción", comenta. Aunque "seguimos ganando los militares", apunta entre risas.
Es cierto. El primer en llegar a meta (batiendo el récord de la prueba) es Juan Antonio Martín Tinoco, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), aunque infante de Marina. Tanto el primer equipo masculino como el primero mixto son del TEAR. La primera mujer, Bea Rubio, es una civil. Ellos copan los primeros puestos, pero con el espíritu de este evento deportivo ganan todos, los 656 participantes, terminen o no la prueba (lo hacen 552). "Vienen de toda España, aunque se concentran en el ámbito de la Bahía", matiza el general. Hasta diez deportistas son extranjeros (de Portugal, Italia o Argentina).
En torno a 450 infantes de Marina del Tercio de Armada y del Tercio del Sur se implican en la organización, previa y durante la jornada. Incluso preparan actividades para niños, este año con un área de juegos también en fango. "Es muy satisfactorio ver que todo marcha bien después del trabajo realizado", sentencia Sanz Alisedo.
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