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8.000 fotos para viajar a La Isla del pasado

175 aniversario de la fotografía | la fototeca del museo histórico municipal abre sus puertas

Miles de documentos gráficos recuperados por técnicos municipales reconstruyen la memoria visual de la ciudad desde el XIX Miles de documentos gráficos recuperados por técnicos municipales reconstruyen la memoria visual de la ciudad desde el XIX

Una base de datos, Virado, y un plan director rige y normaliza el trabajo de catalogación y archivo y permite su acceso sin tener que tocar en ningún momento el original.
Arturo Rivera San Fernando

23 de noviembre 2014 - 01:00

Un daguerrotipo de 1870 es el documento gráfico más antiguo que se conserva en la fototeca del Museo Histórico Municipal. En la imagen se aprecia la figura de un marino de uniforme cuyo nombre se desconoce. Sin embargo, es capaz de hablar por sí sola de la sociedad isleña del siglo XIX. Es la 'magia' que tienen las fotos antiguas: su capacidad para reconstruir el pasado, para recuperar la memoria visual de forma que los fondos fotográficos municipales -con casi 8.000 documentos gráficos (exactamente, 7.777) catalogados, archivados y digitalizados y otros tantos, o incluso algunos más, pendientes de estudio- se convierte en una suerte de 'máquina del tiempo' para viajar a La Isla de antaño.

San Fernando antes de su desarrollo urbanístico, rodeado de salinas y huertas; una calle Real decimonónica y romántica; la plaza del Rey sin Varela, coronada por el monumental edificio del Ayuntamiento; marinos de uniforme de gala en múltiples actos oficiales; la desaparecida Fábrica de San Carlos, con operarios y aprendices que ponían de manifiesto una incesante actividad allá por los años 50; la pobreza e infravivienda de Villalatas, retratada en un censo ordenado por el Consistorio en un documento social sin precedentes; las salineras de la Feria del Carmen de hace cuarenta años, testimonio de la crónica social de la época franquista; un Carnaval del que ya no quedan sino los recuerdos y una modestísima Semana Santa que poco tiene que ver con la de ahora. Son solo algunos apuntes de lo que supone bucear en la fotocoteca municipal, un patrimonio de valor incalculable que empezó a tomar forma -a organizarse, documentarse y digitalizarse, a trabajarse con rigor y siguiendo un plan director- hace ya una década. La faena es titánica. Se ha avanzado lentamente, foto a foto. Pero no se ha parado en ningún momento. Y poco a poco se ha conseguido ir rescatando del olvido pedazos de la historia de La Isla, aunque por delante queda todavía mucho trabajo.

Ahora, cuando San Fernando se dispone a celebrar el 175 aniversario de la fotografía con una serie de actos que promueve la Academia de San Romualdo y que arrancarán mañana con una muestra colectiva en la que participa una treintena de autores, la fototeca del Museo ha cobrado un nuevo protagonismo en tanto que supone el referente fundamental de esta memoria visual de La Isla.

Hay mucho nombre propio en estos fondos municipales que se custodian en la primera planta del Museo Histórico Municipal: Quijano, Cepillo, Franzón, Nicolás, Hurtado Egea, Juan Camacho... A ellos se suman los documentos gráficos que se custodiaban en el Archivo Municipal -por ejemplo, encargos efectuados por el Ayuntamiento para dejar testimonio de actos oficiales e institucionales o de las obras realizadas- pero también lo que ha llegado de fuera, de manos privadas. Hay una importante colección de postales antiguas de la ciudad que se adquirió expresamente para la fototeca, la colección única de Carnaval de Perete, que supera el millar de ejemplares, el legado de la Agrupación Fotográfica Isleña y sobre todo los fondos de la desaparecida Fábrica de San Carlos, que llegó a tener fotógrafos en la plantilla en su momento de mayor esplendor. Son los más importantes. El archivo fotográfico de la factoría se comenzó a organizar el 16 de enero de 1930 -aunque hay documentos anteriores- para finalizar el 2 de junio de 1964. En total, 2.268 documentos entre placas de cristal, películas planas y negativos modernos. Muchos de ellos se encuentran en un avanzado estado de deterioro a causa de las características inestables de los primitivos soportes y de las pésimas condiciones de almacenamiento que han soportado durante décadas.

En estos fondos de la Fábrica de San Carlos puede verse de todo. Desde animales que había en los terrenos de la factoría hasta maquinaria, encargos, visitas oficiales y de autoridades, aprendices y operarios que eran retratados para ilustrar la revista interna Olivar, que editaba la empresa con su propia imprenta... Todo está ahí y cuenta con minucioso detalle el pasado de una fábrica cuya pérdida llora todavía La Isla.

La catalogación de todos estos fondos ha sido el trabajo más costoso pero también el más emocionante ya que los técnicos municipales, para documentar con exactitud lo que se veía en las fotos, reunieron a un grupo de veteranos de la fábrica. Durante dos años, dos veces por semana, se citaban en el Museo para ayudar a su catalogación. Mientras seproyectaban las imágenes, ellos iban explicando qué se veía en cada una de ellas... Todo el pasado, la historia más social de la Fábrica de San Carlos -y, por ende, de La Isla- afloró en esas tardes.

No obstante, para los técnicos municipales que se encargan de gestionar el servicio de la fototeca el auténtico tesoro que se custodia en el Museo es relativamente reciente, de principios de la década de los 60. El Ayuntamiento encargó un censo gráfico de la infravivienda que existía en el término municipal para saber cuántos pisos tenía que construir. Famillias enteras posaron para el fotógrafo a la puerta de sus casas en las zonas más pobres de La Isla de la época. Además, figuran en el documento sus nombres y apellidos. Es un documento social sin precedentes y de gran valor, apuntan. Un ejemplo de la importancia que tiene la conservación del patrimonio gráfico, que es el gran reto.

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