Las hermanas de la caridad 'pierden' su residencia
Familiares denuncian que el Obispado ha apartado a la congregación religiosa al conceder la gestión a una fundación
Hace 144 años que la congregación de las hermanas carmelitas de la caridad está vinculada a la actual residencia para mayores de San José que se encuentra ubicada en la calle Tomás del Valle, muy cerca del centro de la ciudad.
Pero la situación podría cambiar a partir del próximo 1 de enero al haber encomendado el Obispado la gestión de estas instalaciones a la Fundación Gerón. Ayer lo denunció un grupo de familiares de residentes atendidos en este emblemático centro isleño, que ha mostrado su apoyo y solidaridad a esta congregación religiosa cuya dedicación y entrega por los mayores a los que atienden en estas instalaciones -reconocieron- es completa y absoluta.
"No entendemos por qué quieren quitarle la residencia a las hermanas de la caridad", afirmaron indignados. Según los familiares, las religiosas desconocen a ciencia cierta cuál será su futuro en estas dependencias a partir de enero ya que la encomienda del Obispado es total. Es decir, que cede a la citada Fundación la gestión del centro en su integridad, por lo que la congregación religiosa, que ahora asume la dirección del centro, su gerencia y administración (aunque también se responsabiliza de la enfermería, la atención médica y la fisioterapia, así como de los trabajadores sociales que prestan su servicio en el centro), perdería todas estas funciones.
La situación -aseguró ayer este grupo de familiares- es de una completa incertidumbre. Nadie sabe qué ocurrirá a partir del próximo año. Eso sí, temen el cambio de manos en la gestión de la residencia. "¿Por qué cambiar algo que funciona a la perfección?", se preguntan.
Tampoco, explican, está clara la situación de los aproximadamente 40 empleados que trabajan en la residencia (auxiliares de geriatría y limpiadoras). No saben si serán subrrogados por la Fundación Gerón. No ha habido comunicación de ningún tipo en este sentido. Ni a los trabajadores ni a los familiares de los casi 80 ancianos que son atendidos en la residencia.
Hasta ahora, explican, junto a la congregación religiosa de las hermanas carmelitas de la caridad se encargaba de las labores asistenciales la empresa Eulen. Pero, según los familiares, ya se ha prescindido de dicha empresa y en las próximas semanas se prevé que los nuevos responsables del centro se hagan cargo de la situación.
¿Qué ocurrirá entonces con las religiosas? ¿Continuarán en la residencia de San José prestando sus servicios como han hecho hasta ahora? Es la pregunta que se hacen. Por el momento, desconocen la respuesta.
Eso sí, los familiares recuerdan la histórica vinculación de las hermanas de la caridad con estas instalaciones desde que en 1867 el Obispado les encomendara la gestión del antiguo hospital. En 1981, cuando se acometió la construcción de las nuevas dependencias -que finalmente abrieron sus puertas en 1984- la congregación se hizo cargo de buena parte de la financiación de las obras.
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