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Los isleños aplauden el inicio de su Feria

feria del carmen y de la sal 2016

La corte de salineras 2016 ya tiene sus bandas La cantaora María Toledo anima a un público entregado

Estampa que presentaba ayer las inmediaciones de la Iglesia Mayor, durante la proclamación de las salineras 2016 y el concierto posterior.
Amaya Lanceta San Fernando

13 de julio 2016 - 01:00

Una plaza de la Iglesia a reventar daba el primer saludo a la Feria del Carmen, que anoche con el encendido del alumbrado extraordinario del recinto de La Magdalena quedó oficialmente inaugurada. Antes, las protagonistas habían sido las salineras de 2019, que recibieron una a una la banda que las acredita como las elegidas de la fiesta más isleña. Se encargó de poner las bandas la propia salinera mayor, María Romero Mateo, que uno segundo antes había recibido la suya de manos de la alcaldesa, Patricia Cavada.

La proclamación comenzó pasadas las ocho y media de la tarde. Entonces la estampa en este tramo de la calle Real, con la Iglesia Mayor como gran testigo del acontecimiento, era inmejorable. Al patio de butacas, es decir, las filas de sillas, repletas, que se habían colocado ante un escenario -montado para la ocasión-, se sumaba la cantidad de personas que no quisieron perderse la cita y observaban a una margen y otra. Especialmente llamativo era el número de isleños que se posicionaron en las diferentes alturas de la plaza. También había quienes preferían seguir el momento desde los laterales del propio escenario.

Las salineras tomaban entonces posición en el pasillo alfombrado que dividía la zona de sillas, para desde allí, mientras los presentadores daban detalles sobre la vida de cada una, subir, del brazo de un acompañante, las escaleras del escenario. Eva Cuenta Michinina, Carolina Ferández Sánchez, María Chaves Sestelo, Belén Falcón Ortiz, Paloma Patudo de la Rosa Rodríguez, María Cepero González, María Otero Pérez y Nuria Quiñones Rodríguez tomaron su lugar (aunque no fuera en ese orden) sobre las tablas. La última, no podía ser de otro modo, fue la salinera mayor, María Romero Mateo, de la que los presentadores destacaron su formación y algunas aficiones. "Me ha gustado esto: si la buscan y no la encuentran miren si está en el cine", apuntaba el presentador. Tras ellas, y sus salineros -que también iban ataviados con este traje típico-, fueron llamados la alcaldesa y el concejal de Fiestas, Jaime Armario. Pudo leerse en ese momento en los labios de la salinera mayor, mientras la saludaba la regidora, cómo reconocía que se sentía "muy nerviosa". Aunque ánimos no le faltaban con la presencia también a su lado de la salinera mayor saliente, Marta Valbuena.

Una vez tenía la banda en su poder, y se le hizo entrega de un ramo de flores, María Romero sabía cuál era su papel. Por eso dejó en manos de Marta ese ramo y procedió una a una a imponer las bandas a las elegidas para su corte, las mujeres que la acompañarán en su reinado durante todo un año. Una a una también fueron abandonando el escenario y con ello terminaba la proclamación, aunque no los festejos de la noche en la plaza de la Iglesia. Quedaba el plato fuerte: el concierto de María Toledo.

La cantaora, conocida por una característica peculiar: es la primera mujer que se acompaña a sí misma con el piano en esto del flamenco, cantaba por primera vez en concierto los temas de su nuevo trabajo, Magnética, un disco en el que rinde homenaje a los flamencos "valientes y rompedores", en sus propias palabras. Ahí, la artista realizó la primera referencia de la noche a Camarón de La Isla. "Es la primera vez que canto los temas del nuevo disco y qué casualidad que se haya elegido hacerlo en la tierra de Camarón de La Isla", dijo, lo que despertó el primer olé de un público entregado, que la acompañó en todo momento con el compás de las palmas. Algunos cantaron e incluso se movieron -por tratarse de temas reconocibles de artistas flamencos antiguos- mientras María Toledo mostraba su arte. Las risas aparecieron cuando antes de entonar una de las letras desveló una particular dedicatoria: "Se la dedico a todas las mujeres que están como yo... loca". Cuando llegó el turno de cantar una de Camarón, Rosa María, el público se vino abajo y volvieron a irrumpir con un profundo olé al unísono, que también se llevó el bailaor que hizo las delicias del respetable. "Es el mejor de la historia. Consiguió algo que no ha conseguido alguien: unir a todo el mundo, que estaba de acuerdo en que era el mejor", volvía a referirse a José Monge Cruz. La leyenda del tiempo, añadió, "se escucha hoy y parece que es un disco actual".

El piano presente en el centro del escenario sirvió a la cantaora para mostrar sus dotes musicales. Durante el concierto, Toledo lo usaba para dar tono a sus músicos antes de las canciones. También en medio de algún tema, se sentaba y comenzaba a mover los dedos por las teclas. El público disfrutó de lo lindo.

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