José Luis Souto toma posesión en San Fernando como nuevo comandante general de Infantería de Marina

San Fernando/Bastaba darse un paseo por el Poblado Militar de San Carlos para percibir que hoy no era un día cualquiera. La llegada de coches, invitados y los controles de seguridad eran buena prueba de que algo ocurría este martes en La Isla de la Armada. Y así ha sido. El almirante jefe del Estado Mayor (AJEMA), Antonio Piñeiro, ha presidido en el Cuartel General de la Fuerza de Infantería de Marina el acto de toma de posesión como comandante general de la Infantería de Marina (COMGEIM) del general de división de Infantería de Marina José Luis Souto, que releva en el cargo a Rafael Roldán tras su paso a la reserva.

Como marca la tradición, el nuevo COMGEIM ha jurado su cargo tras la lecturas de las disposiciones de su ascenso y nombramiento y de las palabras previstas en el artículo 601 de las Reales Ordenanzas de la Armada. Tampoco han faltado los honores a la Bandera, la Marcha Heroica, los himnos de la Armada y de España y la parada militar con la que ha concluido el acto.

En su alocución Souto se ha referido a su toma de posesión como el día más importante de su trayectoria profesional tras 42 años de servicio y ha agradecido a Piñeiro su confianza al proponerle para este cargo. “Es un honor y un privilegio que me consideres capaz de asumir el reto de convertirme en tu máximo asesor en todos los asuntos relativos al Cuerpo, y de hacerme cargo, a las órdenes del Almirante de la Flota, del mando de la Fuerza de Infantería de Marina. Desde este mismo instante, pondré mi vida al cumplimiento de ambas responsabilidades con absoluta dedicación y lealtad, y espero saber responder con plena satisfacción por tu parte, a la confianza que hoy depositas en mí”, detalla el nuevo COMGEIM.

Souto considera que asume el mando en un “momento bueno, tanto para el Cuerpo como en especial para la Fuerza de Infantería de Marina” y en el que “la situación mundial ha despertado la conciencia de necesidad de la defensa nacional en la opinión pública”. Para el COMGEIM esta realidad deriva en “una ventana de oportunidad para la recuperación y modernización de las capacidades de la Fuerza de Infantería de Marina”.

De esta manera, Souto ha adelantado que será continuista y que no introducirá cambios de rumbo significativos. En ese sentido, valoró muy positivamente la labor de su antecesor en el cargo, Rafael Roldán. “Quiero agradecer su buen hacer y liderazgo, lo considero plenamente válido y el futuro inmediato es continuar el impulso en la misma dirección”, aclara el COMGEIM.

No obstante, es intención de Souto enfocar esfuerzos en tres aspectos concretos que considera fundamentales para potenciar la eficiencia de la Infantería de Marina y prepararla para el futuro a medio y largo plazo: el desarrollo de un concepto de empleo renovado, para identificar e integrar nuevas armas y sistemas; la transformación digital de la Armada, para liberar al personal de tareas de poco valor añadido pero muy demandantes en tiempo; e impulsar un liderazgo aplicado a la acción orgánica y al día a día.

“La importancia de la capacidad que aporta el Cuerpo de Infantería de Marina a la Armada hoy es tanta como la importancia que tuvo en el momento en que hace 488 años se hizo necesaria la creación de las primeras unidades del Cuerpo. La mayor diferencia que afrontamos hoy es la velocidad de cambio en un mundo dominado por una evolución tecnológica radical y constante, y una situación geopolítica volátil y compleja. Nuestro reto es mantener la Fuerza de Infantería de Marina plenamente capaz para hacer frente a cualquier amenaza en el campo de batalla actual y futuro, y para ello es fundamental hoy, como lo ha sido siempre, la implicación de todos los infantes de Marina”, ha concluido Souto.

Por su parte, el AJEMA ha reafirmado su confianza en el nuevo COMGEIM durante su intervención. “Presumo de conocerte muy bien y no cabe duda que eres la persona idónea para asumir esta responsabilidad. Sólo me queda desearte la mejor de las suertes”, recalca el Almirante.

Tras casi cinco siglos, la Armada y San Fernando siguen firmando capítulos de una historia común. De unos vinculos indisolubles que permanecen en el tiempo.