"El mensaje es lo que tiene que pervivir"

Alfonso Clemente, autor del monumento del Diez, alaba la fortaleza y el saber estar de los creadores de la Constitución

El arquitecto Alfonso Clemente junto al prisma vertical de su obra.
El arquitecto Alfonso Clemente junto al prisma vertical de su obra.
María Esquivel / San Fernando

10 de agosto 2010 - 01:00

Alfonso Clemente Domínguez, joven arquitecto sevillano, es el creador de la plataforma arquitectónica que se emplazará frente a la Iglesia Mayor. Su obra resultó la ganadora de un concurso convocado por el Ayuntamiento a nivel internacional para ilustrar el monumento del Bicentenario de Las Cortes en el que llegaron a presentarse hasta 33 proyectos.

Es la primera vez que Alfonso realiza una obra como ésta. Anteriormente había trabajado en edificios pero nunca había abordado algo así. La experiencia le ha encantado: "No me importaría seguir trabajando en esto. Aquí tienes muchas más libertad que cuando trabajas en un edificio, puedes hacer cambios en materiales o cosas así sin problemas", afirma. De hecho, ha podido comprobarlo de primera mano ya que en un primer momento el monumento estaba previsto que fuera en una piedra natural oscura denominada ludita. "El cambio ha sido decisión mía, por las tonalidades claras de la plaza donde se ubica iba a ser muy violento. La piedra con la que trabaja ahora es mucho más clara con un acabado que le da una importante sensación de naturalidad", explica el autor de la obra que se está instalando ya en la plaza de la Iglesia. "La piedra la encontré de casualidad en una visita y me pareció perfecta por su tono y su textura".

El prisma horizontal de la obra en su lateral que da al interior de la plaza de la Iglesia será un pequeño homenaje a los parlamentarios que con su esfuerzo consiguieron crear un nuevo sistema político que no se había visto hasta entonces en suelo español. "Será una figura plana en bronce muy machacada, con muchas lineas donde se verá la imagen de los diputados. Con esto se intenta simbolizar un momento donde todos se encontraban agobiados con el asedio y la guerra, sabiendo que si los franceses entraban a los primeros que matarían sería a ellos, además si te pones a investigar un poco, ves que la mayoría eran gente joven. A pesar de eso, consiguieron sentarse y tener altura de miras. Tuvieron que mirar hacia delante". Por eso, dice, se sitúa ese prisma dentro del agua, "como representación del agobio que sentían en esa situación".

Fuera del agua y frente a este prisma se alza otro, en este caso vertical, donde las obras casi están acabadas ya, en el cual podrá leerse un texto muy sintético de los principales artículos de la constitución. "Pero lo más importante es que la gente lo lea y desde ahí tienen que abogar por el espíritu que hace posible que esas ideas sobrevivan con el paso del tiempo". Se trata de una composición muy urbana que busca la interacción del público. "El borde de la piscina tiene la altura de un banco para que la gente pueda sentarse y en ratos de calor refrescarse con el agua de la fuese. El agua es un elemento muy importante de esta zona. Además con esta escultura se intenta solucionar el problema que tiene la plaza al encontrase en pendiente" .

Alfonso se siente un poco abrumado al reconocer la importancia de su obra. "No suelo pensar en eso pero cuando lo hago, es algo que impone, aunque lo verdaderamente importante es que el mensaje perviva sobre el monumento, aunque los materiales originales están pensados para que aguanten aproximadamente unos 300 años".

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