Un mercado muy vivo

Acaban de cumplirse quince años de la reapertura del Mercado Central tras su remodelación y la gran plaza de abastos isleña se dispone a dar un nuevo salto cualitativo con un proyecto que reubicará los puestos de pescadería con el resto de detallistas y que se espera poner en marcha a principios de 2015. Todos compartirán el mismo espacio y la llamada plaza del pescado tendrá otros usos, aunque la idea -afirman- es que siga abierta y tenga actividad. Fruteros, carniceros, pescaderos y demás puestos de venta convivirán en las mismas calles. La concentración, explican, favorecerá una mayor afluencia de clientes y actuará como un revulsivo en un mercado que intenta reinventarse para afrontar los nuevos tiempos que corren y dejar definitivamente atrás la crisis.

La receta es la que siempre ha tenido el Mercado Central y el comercio más tradicional: calidad y variedad de productos, buenos precios, cercanía, trato personal, una relación de fidelidad con los clientes... Valores que de nuevo vuelven a contar para los ciudadanos a la hora de hacer la compra. Y cada vez más. De esos rasgos peculiares que solo una plaza de abastos tiene hablan el presidente de la asociación de detallistas, Jesús Boada, y su segundo, Raúl Serván. Están realmente hartos del sambenito que arrastran desde hace años, de que solo se hable del Mercado Central para referirse a los puestos que están cerrados, a los problemas que tiene... En definitiva, de convertirse en un arma arrojadiza que los políticos de uno y otro signo utilizan para atacarse mutuamente. Porque todo eso -afirman- les pasa factura cuando precisamente intentan todo lo contrario: reinventarse y salir adelante. Porque, además, la imagen del Mercado que difunde dista mucho de ser real. "Aunque hay problemas que solucionar, aquí hay unos 60 detallistas que abren todos los días para ofrecer género de calidad y un servicio excelente", insiste. El Mercado -prosiguen- sigue siendo el lugar preferido de muchos isleños para hacer sus compras porque confían en su profesionalidad y buen hacer: solo hay que darse la vuelta un sábado para ver cómo está la plaza.

La hilera de puestos vacíos que se extiende a lo largo de una de las calles del mercado tiene su razón de ser. Es precisamente ahí -explica- donde se van a reubicar los puestos de pescadería. Para ello, se trabaja conjuntamente con el Ayuntamiento en un proyecto. Primero, advierten, hay que hacer unas obras de adecuación, aunque el tema está bastante avanzado.

Hoy, el Mercado Central abrirá la puerta a los Tosantos con sorteos y degustaciones que se prolongarán hasta el sábado.