El ocaso de la Casa Lazaga
La intervención licitada por el Ayuntamiento esta semana insiste en el deterioro exponencial de la finca Hay derrumbes parciales, forjados y vigas en mal estado y el ataque de hongos
Dentro de poco -en enero- se cumplirán 14 años de la compra de la Casa Lazaga por parte del Ayuntamiento, un inmueble histórico considerado por muchos expertos como el tercer edificio más significativo del patrimonio civil de la ciudad, tras el Palacio Consistorial y el Real Teatro de Las Cortes. Cuando el edificio pasó a convertirse en una propiedad municipal, en el año 2001, ya acumulaba a sus espaldas años y años de abandono. Pero su estado, sin duda, se ha agravado severamente en los últimos años en los que no se ha conseguido llevar a cabo ninguna intervención para garantizar su conservación y frenar su progresivo e implacable deterioro. Ninguna de las tentativas llevadas a cabo a lo largo de la última década para dar uso a este inmueble, que pretendía convertirse en un establecimiento hotelero, ha llegado a buen puerto. Ahora, el Gobierno municipal tiene decidido un nuevo uso: convertirlo en el gran museo que se consagrará a Camarón de La Isla y en torno al que se articulará el denominado Espacio Camarón.
Para ello, evidentemente, es necesario llevar a cabo una rehabilitación integral de la Casa Lazaga, lo que supondrá sin duda una inversión millonaria y una prolongada intervención. De momento, se empezará por lo más urgente, por destinar casi medio millón de euros a frenar su deterioro y consolidar el edificio.
La intervención planteada por el arquitecto Enrique Machuca Tortajada es muy básica, pretende tan solo "detener el grado de deterioro del edificio", tal y como se señala en la memoria del proyecto. Básicamente, se insiste, se trata de frenar el estado de degradación del edificio mediante trabajos de consolidación, rehabilitación de la estructura e impermeabilización de cubiertas". También, señala el informe, se prevén otras actuaciones tendentes a asegurar la seguridad del propio edificio y de su perímetro y preservar su conservación. Las obras han sido licitadas esta semana y su adjudicación está prevista para principios del próximo año. El órgano municipal de contratación ha señalado la apertura de ofertas para el próximo día 8 de enero.
La memoria del proyecto, no obstante, parte de una minuciosa descripción del estado actual que presenta la Casa Lazaga para plantear esta primera intervención, un documento en el que pone de manifiesto el preocupante estado de conservación del edificio, mucho peor de lo que se pensaba. La falta de conservación ha propiciado la aparición de filtraciones que han afectado a los forjados y muros del edificio, lo que ha facilitado la pudrición de las cabezas de las vigas que soportan las cubiertas y su hundimiento en distintos puntos, permitiendo también la entrada masiva de agua en el edificio y agravando aún más su deterioro. Parte de las vigas de madera -especialmente las que se encuentran en la planta baja y en el sótano- se han visto afectadas por el ataque de hongos (basidiomicetos o pudrición parda) y de insectos (carcoma y termitas) dado el prolongado cierre, lo que ha impedido a su vez la evaporación de las filtraciones de muro y forjados.
Todo esto -señala la memoria- activa un efecto dominó: las vigas de la cubierta y los trozos de forjado que soportan han caído sobre los tableros de falso techo y han arrastrado una superficie mucho mayor que la que realmente estaba afectada en la cubierta. Un ejemplo de esto se localiza en la crujía posterior a la escalera, donde la caída de cuatro vigas de la cubierta ha provocado el hundimiento de un falso techo y dos forjados de más de 60 metros cuadrados cada uno.
La Casa Lazaga -se advierte- precisa de una actuación inmediata para impedir su proceso exponencial del destrucción. Así que las actuaciones planteadas en esta primera intervención -limitadas por la partida presupuestaria disponible, ya que en realidad el edificio precisa mucho más- pasan por el refuerzo y sustitución de los forjados existentes, la ejecución de una nueva cubierta, la estabilización de los elementos en los que no se podrá actuar por el momento y la limpieza, desescombro y protección del edificio. Además, se llevarán a cabo desinsectación y desratización y demolición o estabilización de todos los elementos con riesgo de caída.
En estas primeras obras que se llevarán a cabo a lo largo de la primera mitad de 2015 -el plazo de ejecución es de cuatro meses, de forma que si se adjudican en enero los trabajos podrían concluir en torno al mes de mayo o junio- se actuará principalmente en los forjados y en las cubiertas del edificio. En el primero de los casos, dada la limitación del presupuesto, sólo se actuará en profundidad sobre los forjados de las zonas nombres. Las dos alas de la finca se apuntalarán para evitar hundimientos y quedar estabilizadas para una actuación posterior. En cualquier caso, se reforzará el forjado de la cubierta del edificio.
Aunque hay zonas como la galería del patio principal que está hundida en un 30% -con la estructura de soporte completamente arruinada en el resto-, el estado de los forjados en la cubierta general es "aceptable", según los informes técnicos. Sin embargo, no ocurre así en el resto del edificio, en el que la proporción de forjados hundidos es muy superior. Existen además zonas cuyo estado era bastante deficiente y que se han hundido por el efecto de las vibraciones producidas por la caída del techo de dependencias contiguas. Es la parte más delicada de la intervención, que también plantea la ejecución de "una nueva cubierta plana invertida con un trazado similar al actual con el objeto de conservar su imagen y funcionalidad", aunque añadiéndole distintas mejoras.
En resumidas cuentas, la actuación, que para el equipo de gobierno constituye la primera fase de la rehabilitación de la Casa Lazaga para su transformación en el Museo de Camarón, indice en el mal estado del edificio y pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo una intervención de mucha mayor envergadura.
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