Un paseo por La Isla de 'Cuarto Milenio'

La Oficina de Turismo plantea un recorrido por edificios históricos y calles del centro para explicar la historia más misteriosa y paranormal del municipio

1. El grupo camina junto a San Romualdo. 2. En penumbra para hablar de la historia del castillo 3. Fotografías de los restos hallados en el castillo. 4. La guía capta la atención de los asistentes. /Fotos: Roman Ríos.
Amaya Lanceta San Fernando

30 de octubre 2016 - 01:00

La Isla no está exenta de fenómenos inexplicables vinculados al mundo de los muertos. Quienes han tenido el privilegio de realizar esta semana la ruta Leyendas, misterios y curiosidades han podido descubrirlo de la mano de la guía turística, que reconocía haber vivido en primera persona una de esas historias, que tienen como escenarios edificios históricos de la ciudad y calles céntricas, cuando hacía sus primeras prácticas en 1997. "Nosotros contamos cosas, pero hay personas que durante el recorrido escuchan y al final desvelan situaciones que han vivido, historias que conocen por otros", comenta.

La primera parada de esta propuesta -puesta en marcha como antesala a los actos de mañana lunes de Halloween, y a las actividades complementarias de Tosantos- es la plaza Font de Mora. Es la primera toma de contacto en la que los participantes comienzan a entender de qué trata este encuentro y cuál es el origen de las cosas extrañas que algunas personas aseguran haber protagonizado. Se podrán ejemplos durante la hora y pico en que se prolonga esta iniciativa de la Oficina Municipal de Turismo. Ruidos, voces susurradas, golpes o apariciones que se cuentan (y que se escuchan) y que no dejan indiferente a los presentes, más o menos creyentes o incrédulos, más o menos sugestionables, más o menos dispuestos a conocer una parte de los misterios, leyendas e historietas que arrastra San Fernando. El papel de la historia, la evolución, las costumbres, el patrimonio... de esta tierra es fundamental para intentar explicar el foco de esos fenómenos paranormales que han motivado en algunos casos que familias enteras hayan abandonado la casa que habitaban o se tomen con humor aquellas cuestiones que escapan a la lógica más aplastante. Aquella que no entienden los niños, quizás por eso suelen percibir estas cosas y no huyen de ellas.

"No desveles los puntos de este recorrido", suplica la guía, Patricia, que busca que en futuras ocasiones siga existiendo ese halo de sorpresa que despierta el contenido de esta ruta. A pocos escapa, sin embargo, que el Castillo de San Romualdo sea una parada obligatoria, en su exterior, pero, sobre todo, y más de agredecer, dentro de sus muros. De noche, solitario y con una tenue o inexistente luz, este histórico inmueble acoge a los atrevidos afortunados -ha habido una lista de reserva de 200 personas personas aproximadamente en esta propuesta de la Oficina Municipal de Turismo- para lograr el mejor ambiente posible para estas historias: la oficial de fechas y hechos, exacta y costumbrista; pero íntimamente relacionada con la que da sentido a esta ruta, de fantasmas y espíritus. Cuando las puertas se cierran es el momento de hablar.

Y se habla de pasos, golpes o voces donde no hay nadie. "Eso es el viento", apunta alguien del grupo. "Algunas personas buscan explicaciones más racionales", sostiene la persona que los conduce por las galerías y la capilla de San Romualdo. "¡Esta noche no duermo!", advierte otro de los visitantes impresionado por los detalles que se cuentan durante el recorrido. Otros se lo toman con más reserva. "No todo el mundo tiene la misma capacidad de percepción", señala Patricia. En definitiva, "cada uno es libre de sacar sus propias conclusiones".

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