El perro, amo de la seguridad... y también de la acción social
Las unidades caninas de distintos cuerpos y fuerzas de seguridad muestran el trabajo actual con los canes Aguacan lleva años implicado en terapias con perros
El perro no sólo es en la actualidad un ejemplo de fidelidad con los humanos. Lo llaman el mejor amigo del hombre por algo. Desde hace unos años ya se ha convertido en un elemento clave del trabajo de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Pero además toma fuerza cada vez más en actividades de ayuda social, en el trabajo de personas con diversidad funcional.
Todos estos aspectos los conoce muy bien Joaquín Rodríguez Coronilla, de la unidad canina de la Policía Local isleña y presidente de la Fundación Aguacan, inmerso en las últimas semanas en la organización y desarrollo del I Congreso Internacional de Unidades Caninas, una de esas líneas de actuación con canes en pleno auge. "Entre los objetivos estaba conocer cómo se trabaja en otros municipios con los perros, aprender otros tipos de marcaje, compartir las técnicas, para ver si se pueden aplicar para mejorar el trabajo que se realiza en las unidades caninas", comenta Rodríguez pocos minutos más tarde de terminar la exhibición con la que se clausuró las jornadas.
Entre las cuestiones más novedosas que se han tratado (habló de ello la Policía Local de Móstoles) llama la atención la detección de billetes de curso legal por parte de los perros, entrenados para ello. "Se está metiendo poco a poco ahora, pero para los perros es fácil encontrar esos billetes escondidos -por ser de procedencia ilegal- y que las mafias esconden en lugares de difícil acceso", explica.
Para conseguir sacar rendimiento en estas tareas de seguridad (también de combate) a los perros, el trabajo del adiestrador es concienzudo y prolongado. "Lleva horas, muchas horas, desde luego", reitera este agente de la Policía Local de San Fernando. Se crea, reconoce, un vínculo importante entre el hombre y el perro. Es una relación de dependencia: porque además de trabajar, vive con el guía, que le da de comer, comenta Rodríguez a modo de ejemplo del grado de cercanía que tiene la persona y el perro.
El entrenamiento -para cualquiera de las funciones de seguridad que desempeñen, ya sea búsqueda de estupefacientes, explosivos, personas, doble fondos en vehículos, cebos envenenados o de billetes, como ya se ha mencionado- está basado en el juego, en la asociación del olor con el juguete del can. Se le esconde, por ejemplo, y se buscan situaciones distintas para que se familiarice con el trabajo de campo al que luego se dedicarán. Desde cachorro se les adiestra para ser como héroes.
Otro forma de heroicidad es la que existe en el trabajo de perros en actividades de ayuda social. Ya se conocía la función de los lazarillos en la movilidad de personas invidentes, pero es menos reconocido por la ciudadanía otras acciones en las que los perros son clave en terapias y asistencia de personas dependientes. "Depende del colectivo con el que se trabaje se aplican distintos programas educativos y terapias", apunta el presidente de Aguacan, fundación que lleva años desarrollando su labor social en este campo, que precisamente este año ha sido premiada por el PSOE con sus premios a los Valores Ciudadanos. El objetivo es "activar con la implicación del perro a la persona con diversidad funcional". Actualmente tienen un proyecto de esta índole con la asociación Afanas de Cádiz, para la que precisamente iba destinada la recaudación de la exhibición que se montó para cerrar el congreso de unidades caninas en Bahía Sur. Para estas tareas, la entidad cuenta con un número elevado de voluntarios. "No sabría decir cuántas personas colaboran", matiza Joaquín Rodríguez, que añade que los perros son de la asociación.
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