Preocupación ante el creciente número de locales comerciales cerrados en el centro de San Fernando
Solo en los tramos clave del Centro Comercial Abierto se cuenta más de una treintena de establecimientos sin uso
San Fernando/Dos históricos establecimientos se han despedido esta semana de La Isla. Uno –la juguetería La Perla– ya ha cerrado después de 82 años abierto en la céntrica calle San Rafael. Otro, el bar Royalty, ha anunciado que echará definitivamente la baraja a finales de mes después de medio siglo en la plaza del Rey por la jubilación de su propietaria tras una larga trayectoria en la hostelería.
Lo cierto es que el cierre de estos dos conocidos negocios familiares no ha hecho sino incidir en la sangría que desde hace tiempo afecta al comercio tradicional, que pasa serias dificultades por seguir adelante en estos tiempos. Inmerso en una crisis prácticamente permanente que arrastra desde hace años –apenas consigue un respiro cuando llega la campaña de Navidad– el sector no ha conseguido todavía en la localidad remontar tras la pandemia y sus dolorosas restricciones, a lo que suma el auge aparentemente imparable de la venta on line, que ha cambiado drásticamente los hábitos de consumo de la clientela, y la competencia de las grandes superficies y las grandes marcas, que sigue estando ahí.
Y el resultado de esta tormenta perfecta se traduce en un número cada vez mayor de locales comerciales vacíos y sin uso en pleno centro en cuyos escaparates cuelga el cartel de 'se alquila'.
La Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe) ha reconocido esta semana que la cifra es preocupante. Solo entre los tramos más céntricos de la calle Real, Rosario y San Rafael –el eje del Centro Comercial Abierto e histórica referencia del comercio tradicional en La Isla– se cuenta más de una treintena larga de locales cerrados. Y en no pocos casos se trata de establecimientos ubicados en sitios punteros que durante décadas han dado cabida a comercios de referencia en San Fernando.
La imagen que brindan resulta además tan pesimista como desoladora, porque algunos de estos locales comerciales llevan cerrados ya bastante tiempo y no se encuentran desde luego en perfecto estado de revista, con lo que ese atractivo escaparate que pretende ser el centro se deteriora igualmente.
Que un comerciante se jubile o que un comercio –sobre todo si lleva poco tiempo– se vea forzado a echar la baraja porque no consigue prosperar y hacerse un hueco en el mercado, hasta cierto punto, forma parte del juego. Pero hasta ahora lo habitual era que si uno cerraba, otro abría más temprano que tarde. Así fue incluso en los años siguientes a la devastadora crisis financiera de 2008, en las que muchos apostaron por emprender y abrir un negocio como salida laboral.
El problema –advierten desde Acosafe– es que esa reposición cada vez cuesta más dadas las evidentes dificultades y escasas oportunidades que brinda montar un negocio que siga el formato tradicional en pleno centro de La Isla. A la vista está el creciente número de locales cerrados que se reparten entre las calles Real, Rosario y San Rafael.
Y eso –afirma el presidente de Acosafe, Manuel Luna– que el Centro Comercial Abierto tiene en La Isla unas peculiaridades verdaderamente únicas, por su gran extensión, por esa forma lineal que favorece el paseo, por su peatonalización... A lo que además se suma la predisposición de los isleños a echarse a la calle. ¿Qué es lo que falla entonces?
También te puede interesar