Primeros trabajos para evaluar el estado de la ermita del Cerro de San Fernando
Se trata de los primeros pasos en firme que el grupo pro-restauración da sobre el terreno para poder intervenir en el edificio, que lleva ya 6 años cerrado
San Fernando/Para afrontar la rehabilitación de la ermita del Cerro de los Mártires todavía queda pero los trabajos previos -como se aprecia desde hace unos días en la fachada- ya han dado comienzo. Y eso, tras 6 años con el templo cerrado debido a su mal estado de conservación, ya es algo. Sobre todo ahora que se avecina la fecha de la tradicional romería de los Copatronos de La Isla, San Servando y San Germán.
La fachada de la ermita ha sido apuntalada con una estructura y está previsto que en los próximos días se coloque también el andamiaje que permitirá completar los trabajos para el diagnóstico previo del edificio, que es clave también a la hora de concretar el presupuesto de la restauración y para definir con claridad las actuaciones que se necesitan llevar a cabo.
También se espera que se lleven a cabo las primeras catas y prospecciones con el objetivo de evaluar el estado real de la cimentación del edificio, ya que se sospecha que se podría haber dado algún tipo de desplazamiento por las correntías, lo que obligaría a una intervención de mayor calado.
Estos trabajos previos, impulsados por el grupo pro-restauración, están presupuestados en conjunto en unos 5.000 euros y cuentan con la colaboración de la Fundación Cajasol, como se anunciara antes del pasado verano.
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Su relevancia, en realidad, radica en que constituyen el primer paso en firme que se da sobre el terreno para esa anhelada restauración.
El presupuesto que el grupo pro-restauración maneja inicialmente para la rehabilitación de la ermita asciende a 125.000 euros, una cantidad que se espera reunir con el apoyo de distintas administraciones e instituciones así como de los donativos recaudados voluntariamente entre la ciudadanía.
El grupo pro-restauración de la ermita del Cerro se creó en 2019 ante el acusado deterioro de la capilla, que lleva ya años cerrada y sin poder utilizarse. Evitar que se perdiera lo que constituye un símbolo de La Isla -a pesar de que la romería conociera tiempos mejores- es el propósito de este colectivo, que desde entonces trabaja incansablemente para impulsar la recuperación de "la ermita de todos".