Procesión de la Divina Pastora: el universo mariano del 15 de agosto en San Fernando

San Fernando/La mariana festividad de la Asunción pasa necesariamente en San Fernando por la plaza de la Pastora. Y, por supuesto, por la Copatrona isleña. Hace años que no se entiende un 15 de agosto sin verla en la calle. Tampoco sin esa bulla que la rodea mientras su cuadrilla de costaleros avanza sobre los pies a los sones de las marchas. O sin ver ese paso centenario de estilo rocalla felizmente recuperado, sin esos bordados de Fernández y Enríquez que son una seña de identidad, sin la jovialidad que desprende el cortejo mientras se abre paso a lo largo de su itinerario...

A lo largo de las últimas décadas, la hermandad ha construido en esta jornada -una de las fiestas marianas más destacadas de todo el año- todo un universo alrededor de la Virgen en una advocación llena de tradición que da nombre además a uno de los barrios más señeros de la ciudad. Y todos esos elementos son parte indispensable de esta tarde extraordinaria de verano en la que La Isla hace un paréntesis en la rutina estival para acompañar a la Divina Pastora. La devoción a la Virgen se vive de una manera muy particular según los cánones pastoreños. Basta verla pasar para darse cuenta de ello. Y también muy intensa, como este nuevo 15 de agosto ha quedado acreditado una vez más tanto en la calle como dentro del templo.

La procesión de alabanzas de la Divina Pastora ha arrastrado a numerosos isleños desde la salida y los primeros tramos de su recorrido por su barrio, que han discurrido por las calles Marconi y Escultor Alfonso Berraquero para subir luego por Colón en busca de Ancha, donde se han vivido momentos especialmente emotivos. La hermandad, en este sentido, repitió el cambio de itinerario que aplicó ya el año pasado. La banda de música Maestro Enrique Montero, que lleva años acompañando a la hermandad, ha vuelto a poner la banda sonora a esta tarde pastoreña.

La Copatrona isleña, que en el pasado mes de junio procesionó también de manera excepcional en el Corpus recuperando una clásica estampa de la Solemnidad, se ha vuelto a reencontrar en la calle con los isleños en un año muy especial, en el que además está próximo a cumplirse también el 20 aniversario de su coronación canónica.

En la parroquia, desde por la mañana, los pastoreños han vivido plenamente este 15 de agosto con las numerosas ofrendas, felicitaciones y gestos de devoción que han acompañado las horas previas a la salida. También con la función principal que ha puesto el punto final al triduo iniciado el pasado lunes y que, como viene siendo habitual, ha llenado el templo de hermanos y devotos de la Divina Pastora, deseosos ya de echarse a la calle con su titular.

En las vísperas de esta festividad de la Asunción, la hermandad de Gloria volvió también a proclamar la llegada de este día grande con un rosario de antorchas por las calles de la feligresía y con esa simbólica primera felicitación a la Virgen que se celebró a medianoche, semblaza pastoreña que en esta ocasión estuvo a cargo de José María Vidal Muñoz y que se ha consolidado como uno de los grandes momentos previos.

La Copatrona isleña, en este 15 de agosto, ha procesionado con la saya de la coronación y el manto de las granadas, ambas piezas salidas de los talleres de Fernández y Enríquez, de Brenes, autores también de los característicos bordados de los faldones del paso centenario en el que procesiona la Pastora. Además, la Virgen luce como guiño a la Coronación de la Pastora de Málaga el broche que dicha congregación pastoreña les regalara y una biznaga a sus pies. El paso también ha sido exornado con un delicado monte de rosas.