Otra prometedora voz del cante
El isleño Jesús Castilla se hizo con el tercer premio Silla de Oro
Creció escuchando a Camarón, a Juanito Villar, a Pansequito... La desmedida afición de su familia -especialmente de su padre- por el flamenco se le metió por dentro cuando tenía muy pocos años. Pronto se convirtió en una pasión. A los catorce años saltó por primera vez a un escenario, un concurso de cante organizado por la asociación de vecinos La Alegría. El isleño Jesús Castilla empezó entonces a brillar. Paradójicamente, fue la crisis -el paro- el que hace unos años le empujó definitivamente al flamenco cuando empezó a quedarse sin trabajo como albañil en la construcción. Decidió entonces dar un vuelco a su vida y convertir la que hasta entonces había sido su afición -su pasión- en su nueva profesión.
Y lo cierto es que no le ha ido nada mal. Jesús Castilla no para de trabajar. Acaba de concluir el mejor año de su trayectoria artística con un reconocimiento excepcional: el tercer premio del concurso nacional de cante La Silla de Oro, que se celebró en Leganés (Madrid) el pasado 14 de diciembre, justo antes de las fiestas navideñas. Fue seleccionado entre medio centenar de cantaores de toda España. Solo 18 pasaron a la final. Quedó el tercero. "Es un concurso de mucho prestigio a nivel nacional. Abre puertas", apunta este cantaor isleño de 39 años. Pero no es la única distinción que ha pasado a engordar un curriculum que cada vez resulta más prometedor: los primeros premios del festival almeriense Caldo Minero y del concurso de Cantes por Tientos, que se celebró en septiembre en Cádiz, o el segundo puesto que consiguió en el concurso nacional de cante flamenco Sierra de Hornachos, celebrado en Badajoz, ponen de manifiesto el buen momento que vive Jesús Castilla, que pisa firme en su carrera artística. Ahora prepara las maletas para irse a Suiza, donde impartirá un curso de cante y baile flamenco junto a otros profesioanles del flamenco.
Salir de casa no es nuevo para él. En estos últimos años ya ha tenido que hacer las maletas en varias ocasiones. Ha actuado en Marruecos y hasta en Japón. "Fue una experiencia maravillosa", recuerda al referirse a su estancia en el país asiático. "Solo actué una noche, pero me lleve los trece días previos ensayando con un cuadro de baile de treinta japonesas. Ensayábamos todo el día, desde la mañana hasta la noche. Trabajamos muchísimo para poner en escena un espectáculo flamenco dedicado a la leyenda de La Petenera. La noche de la actuación, el teatro se llenó. Fue un éxito".
Para 2014, prepara su debut discográfico junto a otros artistas isleños, un trabajo que espera ver la luz en torno a la primavera y que promete dar mucho de que hablar. Además, participará próximamente en unos ciclos de baile que se desarrollan en la emblemática Venta de Vargas.
De Jesús Castilla dicen los expertos en flamenco que es un cantaor de carácter, con voz potente, que domina a la perfección todos los cantes. Él, claro está, tiene sus preferencias: el flamenco puro, el cante jondo de verdad aunque, gracias a su versatilidad, se adapta también a formatos más comerciales. Lo hace siempre que haga falta y siempre que la ocasión lo requiera. "Canto por seguidillas, soleares pero también tengo la facilidad de cantar un flamenco más comercial. De hecho, he actuado (con este repertorio) en las ferias de Jerez y de Sevilla. Canto también misas flamencas en bodas, villancicos... hago de todo", afirma.
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