Tres siglos de Sacramento
el callejero local, a debate
La propuesta de cambiar el nombre del parque Sacramento para dedicárselo a Camarón choca con la conservación del topónimo histórico
San fernando/¿le cambiaría el nombre a La Casería, al Puente Zuazo, a La Ardila, al caño de Sancti Petri o a la mismísima calle Real? Es el principal argumento que se ha esgrimido ante la propuesta que el Ayuntamiento ha planteado para rebautizar el parque Sacramento con el nombre de Camarón de la Isla al hilo de la conmemoración del 25 aniversario de su fallecimiento. Huelga decir que nadie se opone a este nuevo reconocimiento al artista más internacional que ha dado la ciudad, pero lo de cambiar los nombres del callejero deriva a menudo en una espinosa cuestión que trae consigo más de un quebradero de cabeza, como se ha demostrado también con la propuesta del escultor Alfonso Berrarquero en la pastoreña calle Maldonado.
También aquí -y especialmente a raíz de las alegaciones presentadas por la Academia de San Romualdo- el Ayuntamiento ha optado por echar el freno y replantearse la cuestión en busca de un amplio consenso. La idea de dedicar a Camarón de la Isla el actual parque Sacramento parte de un sincero propósito de homenaje al mítico cantaor que aspira a saldar una deuda pendiente ya que, a pesar de que ha transcurrido un cuarto de siglo de su muerte, no existe en San Fernando ni una calle, ni una plaza, ni una rotunda o cualquier otra mención en el callejero a pesar de la tremenda relevancia de su figura. Y el parque Sacramento, además de su céntrica ubicación, se sitúa a escasos metros de la peña flamenca que lleva su nombre y fue, de hecho, el lugar en el que por última vez actuó en La Isla antes de morir.
Hasta ahí todo correcto. Pero el de Sacramento no es un nombre cualquiera. Se trata de uno de los topónimos históricos más antiguos que existen en La Isla, uno de los nombres propios que se asignan a los lugares, que perdura y se consolida en el tiempo, que ayuda a explicar su historia, con el que se reconoce en la documentación que se ha ido recopilando con el paso de los años y que, en definitiva, se convierte en una seña de identidad de la localidad. Cambiarlo no es, por tanto, algo que deba tomarse a la ligera.
Y la historia de Sacramento es, de hecho, bastante singular. El topónimo tiene más de 300 años, se remonta al siglo XVII, y responde a uno de los caseríos más importantes que se repartían por la villa, junto al de Ossio, al de Fadricas, al de Soto... Así, de hecho, se expone en el informe histórico que se ha presentado durante la fase de exposición pública de la propuesta para solicitar que se mantenga intacto el nombre histórico de este parque y del barrio próximo.
Este caserío, que además era un importante centro de producción agrícola, era propiedad de la poderosa e influyente familia gaditana De los Barrios. Es el único además que presenta una denominación similar -Sacramento- ya que todos los demás que se repartían por La Isla asumieron el apellido de sus dueños. Y se justifica por la especial devoción de sus propietarios hacia el Santísimo Sacramento, que se plasmaba incluso en el escudo familiar. La cuestión va más allá de ser una mera anécdota histórica porque la familia De los Barrios, que era de origen portugués, procedía de judíos conversos y, de hecho, una de sus grandes figuras -Diego de los Barrios Soto- falleció en La Isla en 1690 siendo investigado por la Inquisición por ser sospechoso de criptojudaísmo.
La barriada mantuvo su nombre cuando la Bazán compró los terrenos para edificar viviendas y el citado parque cuya denominación se debate. Pero además, allí se emplazó el primer cuartel de la Compañía de Guardiamarinas cuando la Marina se trasladó a La Isla en 1769, lo que se identifica perfectamente en los archivos históricos aludiendo a su emplazamiento en Sacramento.
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