Una sonrisa para los niños

sociedad

La residencia de la Cruz Roja reúne a los mayores del centro con pequeños de una guardería en un nuevo encuentro de su programa intergeneracional

Niños de la guardería Peluso, ayer, con los abuelos de la residencia de la Cruz Roja.
Niños de la guardería Peluso, ayer, con los abuelos de la residencia de la Cruz Roja. / Residencia Cruz Roja
Amaya Lanceta

01 de abril 2017 - 02:03

SAN FERNANDO/El compromiso no tiene edad. El nombre con el que la residencia de la Cruz Roja bautizó su programa para acercar generaciones distintas, adolescentes y personas mayores, en diferentes actividades acierta al ver la aceptación con la que los participantes afrontan la cita. Ayer, la entidad dio un paso más en esta propuesta con la que los residentes socializan al recibir en las instalaciones a un grupo de niños de guardería -Peluso, situado en Camposoto-, que protagonizaron escenas divertidas y entrañables.

Los pequeños, de entre 17 meses y dos años y medio, se entremezclaron con los más mayores del lugar, que desde los asientos o las sillas de ruedas observaban sorprendidos a los visitantes, a los que dedicaron palabras de cariño. Algunos acercaban sus mejillas para recibir los besos de los niños; otros los daban. Hubo abrazos, carantoñas, algunos pequeños que se subieron al regazo de los ancianos, que sonreían y hacían preguntas. "Los residentes socializan con los niños, también con los padres que los han acompañado", detallaba la directora de servicios del centro, Bárbara Basallote. Efectivamente, estaban los progenitores y tres monitoras de la guardería.

El resultado de la experiencia era visible: el estado de ánimo de los mayores cambia, se muestran más abiertos, más contentos. "Ejercitan la memoria y la atención", exponía Basallote, que aseguraba que también hay un beneficio para los niños. "Desde pequeños perciben que la relación con los mayores no es tabú, que no son personas distantes, por ser mayores y estar en una residencia", apuntaba.

La jornada, de puertas abiertas con la que se celebraba la primavera -para lo que se habían preparado aperitivos y una decoración especial-, comenzó con un vídeo con dibujos animados sobre la actividad. Tras disfrutar un rato en el salón pasaron al jardín trasero donde los niños bailaron con la música de los Cantajuegos. "Los mayores han preparado regalos también", añadía la directora de servicios satisfechas por cómo se estaba desarrollando esta iniciativa pionera en la ciudad.

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