Los suelos que La Isla no pisa
El protocolo para la recuperación de terrenos militares en desuso que firmaron el Ayuntamiento y Defensa cumple trece años sin resultado alguno El nuevo gobierno intenta reabrir el diálogo
El 30 de julio de 2002 fue una fecha histórica. Al menos así se creyó en su momento. El Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa firmaron un protocolo para la liberación progresiva de suelo militar en desuso: los polvorines de Fadricas, el acuartelamiento de Janer y hasta 340.000 metros cuadrados de suelo de los terrenos de Camposoto, correspondientes a la zona colindante a la barriada de La Almadraba-Gallineras y el Cerro.
En total, los terrenos que se ponían entonces a disposición de la ciudad rondaban el millón de metros cuadrados. El resultado, sin embargo, no ha podido ser más decepcionante. A pesar del tiempo transcurrido y de que los suelos militares en desuso han sido en todo momento un tema de actualidad e interés para la ciudad, el protocolo que suscribió Antonio Moreno como alcalde con el entonces secretario de Defensa, Fernando Díez, ha dado pocos frutos.
Acaban de cumplirse trece años de su firma y La Isla todavía no ha pisado ni un solo metro cuadrado de todos estos suelos que se mencionaban en el documento. Aún no ha entrado en Janer ni en los polvorines de Punta Cantera. Es más, en este último caso sorprenden los prácticamente nulos avances que se han registrado en los últimos años a pesar de que desde mayo de 2011 está zanjada la batalla legal que el Ayuntamiento entabló con el Ministerio de Defensa y de que existe una reserva de suelo y un acuerdo de bases con los propietarios de toda la zona para afrontar su desarrollo urbanístico (eso sí, truncado por las consecuencias de la crisis económica).
Incluso se ha dado marcha atrás con los suelos de Camposoto, donde hace una década se dibujaban complejos hoteleros, zonas residenciales de lujo y campos de golf. Hace años que no se negocia ni un solo metro cuadrado de este espacio colindante a la playa y al Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Y eso que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que entró en vigor en 2013, es tajante al vincular estos suelos al necesario desarrollo turístico de la ciudad y que en el Plan de Ordenación del Territorio (POT) se consideran también como terrenos de "excelencia turística" en el marco de la Bahía.
Es más, Camposoto se ha convertido en un tema tabú para La Isla desde que Defensa estuvo a punto de cerrar el Centro de Formación de Tropa número dos (CEFOT-2) en 2014, una amenaza que todavía sigue presente. El temor a perder más instalaciones militares en un momento económico especialmente crítico -y, por consiguiente, sueldos del personal militar que se quedan en el municipio, alumnos que residen y gastan en la ciudad durante su periodo de instrucción, familias que acuden a las juras de bandera...- desató un amplio rechazo social al cierre de este centro docente del Ejército. En su debilidad, azotada por el paro y sin un nuevo modelo económico al que aferrarse para vivir, La Isla recordaba con nostalgia aquellos tiempos de prosperidad en los que se sostenía gracias a los militares.
El PP renunció incluso en su programa electoral a pedir la desafectación de Camposoto, por la que anteriormente había apostado también. Loaiza, que en la campaña de 2011 se había fotografiado en las proximidades de la valla del cuartel para exigir la recuperación del suelo, dio marcha atrás en sus antiguas reivindicaciones. "Hablar de Camposoto es poner en peligro la continuidad del CEFOT", advirtió el anterior regidor, que culpó al PSOE de favorecer un clima propicio a la pérdida de estas instalaciones militares al andar reclamando su desafectación incluso cuando el centro de formación corría peligro, como ocurrió en el verano del año pasado.
Lo cierto es que el cierre del CEFOT que Defensa planteaba el año pasado -y que todavía muchos no descartan- no suponía en realidad ninguna oportunidad para La Isla. Desde el primer momento, el Ministerio dejó claro que la pérdida de estas instalaciones no implicaba de ninguna manera una puerta abierta a la recuperación de suelo. Eso sí, la otra unidad asentada en Camposoto, el Regimiento de Artillería de Costa, se afianzaba y ganaba en operatividad de cara al futuro.
El PSOE, ahora en la Alcaldía, ha matizado siempre sus reivindicaciones. La formación apuesta por mantener todas las instalaciones militares que están en activo, pero ello -afirma- no implica que se tenga que renunciar a la negociación para recuperar los suelos en desuso. "En Camposoto hay un millón y medio de metros cuadrados y las dependencias militares solo ocupan unos 300.000", advertía Patricia Cavada durante la reciente campaña electoral. En realidad, salvo el PP, el resto de partidos políticos comparten esta misma postura.
El nuevo gobierno municipal ha dado el primer paso tras las elecciones municipales al solicitar al ministro de Defensa, Pedro Morenés, una reunión en la que abordar todos los temas que ambas administraciones tienen en común. Entre ellos, evidentemente, se incluye la liberación completa de la playa de Camposoto y la recuperación de los terrenos militares que no tienen uso alguno en la actualidad.
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