Buena Muerte, 375 años de una obra cumbre
La cofradía del Viernes Santo celebra aniversario de la puesta al culto del magnífico Crucificado, encargado en 1648
Su autoría sigue siendo una gran incertidumbre
No se sabe quién es el escultor que rozó la perfección con esta talla de madera policromada. Ni se conoce a ciencia cierta para qué iglesia o altar fue concebido en un primer momento. Pero la hermandad sí tiene más que asimilado que el extraordinario Crucificado fue creado en el año 1648, aunque el documento que así se certifica no termina de localizarse. Con esta fecha instaurada desde siempre en la cofradía, la Buena Muerte va a conmemorar este año el 375 aniversario de la hechura y puesta al culto del Crucificado titular de la corporación de San Agustín, obra cumbre de la imaginería española.
Según los datos que la hermandad da por ciertos, fue en 1648 cuando el agustino Padre Ulloa encargó el Cristo “para la capilla de los enterramientos de sus hermanos de la Orden de San Agustín”. Encargo a cuyo taller o imaginero se desconoce pero que suscribió por 300 ducados para recibir una imagen realizada en madera de cedro policromada.
Dicho portento de la imaginería, que en una encuesta realizada por la Santa Sede a expertos en Arte llegó a considerarse la mejor representación de Jesús Crucificado que existe en la cristiandad, ha tenido múltiples atribuciones, entre las que destacan nombres propios de la Imaginería como Juan Martínez Montañés, Alonso Cano, José de Arce, Alonso Martínez, Alessandro Algardi o incluso Gian Lorenzo Bernini (según la teoría que sostiene el gaditano Antonio Álvarez del Pino). Incluso hay quien opina que son varios los autores que intervinieron en su ejecución.
Solo en el último siglo, el Crucificado ha sido intervenido en cuatro ocasiones; la practicada por José Bottaro en 1930, la de José Paz Vélez en 1967 y las restauraciones practicadas por José Miguel Sánchez Peña en 1987 (cuando realizó una nueva cruz) y 2010; siendo este restaurador actualmente el ‘médico de cabecera’ del Crucificado.
El aniversario
Con motivo de estos 375 años de historia del Cristo de la Buena Muerte, la hermandad del Viernes Santo tiene proyectados una serie de actos que desarrollará en los próximos meses y que se abrieron el martes con la presentación de un cartel conmemorativo que recoge una fotografía de José Antonio Lima. No obstante, será en el mes de noviembre y en torno a los cultos que la cofradía dedica entonces a los difuntos y que preside el Crucificado cuando se desarrolle el grueso de esta efeméride que la junta presidida por Manuel Salguero no ha querido que pase desapercibida.
Para esas fechas se prevé el desarrollo de mesas redondas y conferencias, teniendo también la música una presencia importante en la celebración; además de los cultos en sí, que tendrán ciertas connotaciones extraordinarias.
El paso cumple medio siglo
Curiosamente, el aniversario del Cristo coincide también con los 50 años que cumple este 2023 su paso procesional, realizado en madera oscura en los talleres de Manuel Guzmán Bejarano de Sevilla en el año 1973, restaurado en los talleres de Olioz (Rota) en 2006 e incorporando apliques de orfebrería en los hachones y un monte tallado en 2014.
También quiere la cofradía que este aniversario tenga cabida en la programación de este 2023, convocando por ejemplo una mesa redonda para este viernes, en la que bajo el título ‘La estación de penitencia bajo el paso’ varios cargadores hablarán sobre su experiencia del Viernes Santo, moderando el capataz del Crucificado, Pablo Lacave.
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