Cuaresma en Cádiz pese al coronavirus
Obispado y cofradías no plantean por ahora medida alguna de prevención ante la propagación de la epidemia
Los besapiés del primer viernes de marzo se desarrollarán con normalidad
Alerta máxima por el coronavirus. Cancelaciones múltiples de eventos y jornadas, comunicados cientos con recomendaciones y medidas, temor absoluto en la sociedad... Pero la Cuaresma en Cádiz sigue su curso, por ahora imperturbable ante ese miedo generalizado por el virus que hasta hace unas semanas era totalmente desconocido. Ni Obispado ni cofradías plantean, por el momento, supresión alguna de cultos y actos ni tampoco emisión de recomendaciones o medidas relacionadas con la actividad habitual de estos días.
Una de las fechas más señaladas de la Cuaresma gaditana será la de mañana viernes, primero de marzo, con el tradicional besapié a Jesús de Medinaceli en Santa Cruz. El hermano mayor de la cofradía, Benito Fernández, ha ratificado que la programación habitual de este culto al Cautivo sigue adelante con total normalidad. “No tenemos ningún tipo de directriz ni recomendación oficial que nos diga lo contrario”, traslada Fernández, que afronta su primer viernes de marzo como máximo responsable de la hermandad.
La fecha del primer viernes de marzo es tan especial en Santa Cruz que la iglesia abrirá mañana sus puertas de ocho y media de la mañana a nueve y media de la noche, de manera ininterrumpida, para que los devotos de esta imagen puedan acercarse y besar su pié. “No obstante, el Señor está todo el año en besapié, ya que cualquier persona puede acceder y besar la imagen en cualquier momento”, recuerda el hermano mayor en referencia al retablo de la imagen, accesible siempre que la iglesia esté abierta.
Esta ausencia de indicación directa bien por las autoridades civiles (Servicio Andaluz de Salud) o religiosas (Obispado de Cádiz) contrasta con la opinión de la responsable del grupo de seguimiento del coronavirus en Andalucía, Inmaculada Salcedo, que en declaraciones al Grupo Joly recomendaba no celebrar ceremonias típicas de las cofradías como los besamanos y besapiés. “Sí es verdad que hay riesgos en algunas prácticas que comprometen una posible transmisión de gotas infectadas por las manos y por la saliva. Hablamos por ejemplo de besamanos y besapiés, que es donde como responsable de salud pública tengo que decir que no son prácticas recomendables”, afirmaba.
En Puertatierra hay otro foco de devoción que cobra relevancia el primer viernes de marzo. Se trata de la imagen del Cautivo, que también estará en besapié en la jornada de mañana. El párroco, Alfonso Gutiérrez, confirmaba ayer que la convocatoria sigue adelante. “No tenemos ninguna indicación contraria de momento”, añadía.
Efectivamente, el Obispado de Cádiz no ha adoptado ningún tipo de medida ni actuación respecto a esta problemática relacionada con el coronavirus. “No se han dado ni se van a dar recomendaciones al respecto”, han trasladado fuentes consultadas, que sí precisan que a aquellas personas que se han dirigido al Obispado preguntando por esta situación se les ha invitado “a que tomen las medidas que crean oportunas”.
La posición adoptada hasta el momento por la diócesis de Cádiz difiere, por ejemplo, de la que hace unos días anunciaban en Málaga, donde han trasladado un protocolo de actuaciones (retirar el agua bendita de las pilas, no dar el saludo de la paz o comulgar con las manos, entre otras) debido, conviene recordar, al fuerte impacto que hasta el momento ha tenido el coronavirus en esta región, a diferencia de Cádiz y su provincia donde por el momento el impacto es mínimo.
El protocolo de hace una década para la Gripe A
La crisis del coronavirus ha llegado prácticamente una década después de que la Gripe A fuera el gran temor de la sociedad. En octubre del año 2009, el Obispado sí emitió una circular en la que trasladaba una serie de recomendaciones que, ciertamente, son similares a las que algunas diócesis han lanzado en estos últimos días. Suprimir el agua bendita en la entrada de los templos; suprimir o recomendar otro gesto en el rito de la paz para evitar el contacto físico; recibir la comunión en la mano y no en la boca; “en los besamanos o besapiés se sugerirá a los fieles otras posibilidades de mostrar su devoción o veneración”, se indicaba también. Utilizar cálices distintos para cada sacerdote, o extremar las medidas de higiene en iglesias y dependencias eran otras recomendaciones que entonces trasladó la diócesis.
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