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José Ignacio Castillo Manzano
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Patrimonio cofrade
Aunque las hermandades de la Semana Santa de Cádiz tienen un rico patrimonio, si se puede destacar una pieza por encima de todas ellas esta es la urna del Santo Entierro, que procesiona actualmente en la jornada del Sábado Santo. Elaborada en plata, data de 1865. Manuel Ramírez la hizo siguiendo el diseño de Diego María del Valle. En ella se combinan el metal con el cristal. La obra la rematan una cruz con dos ángeles genuflexos y cuatro faroles, también en plata. En 2012 fue restaurada por los talleres de Villarreal, cuyo coste fue sufragado por la empresa municipal Emasa.
Otra pieza que luce en la Semana Santa de Cádiz, en esta ocasión en su previa, es el paso de palio de Dolores de Servitas. Lo realizó Esperanza Elena Caro en 1943 en terciopelo negro bordado. El conjunto se completa con un bello manto que data del siglo XIX. Esta pieza fue restaurada por Juan Carlos Romero y Abelardo Santiago en 2002. Por su parte, la orfebrería del paso es de Seco Velasco y Villarreal.
Resulta difícil escoger solo un ejemplo del amplio patrimonio cofrade que brindan las hermandades isleñas en todas sus disciplinas, desde la talla a la orfebrería o el bordado. Precisamente, en esta Cuaresma, a iniciativa del Consejo de Hermandades y Cofradías, se ha publicado un catálogo bajo el nombre de Insula Fidei que pone de manifiesto esa diversidad y su enorme valía. Así que la decisión no ha sido fácil, ni mucho menos. Pero nos hemos decantado por una obra en concreto, el paso de misterio de la hermandad de los Afligidos. Primero, por su indiscutible valor patrimonial, claro está. Pero también por la importancia que tuvo para la Semana Santa ya que, tras el estreno de su primera fase en los años 90, supuso un revulsivo que animó a otras hermandades a seguir con el ejemplo y a meterse de lleno en proyectos que hasta entonces parecían inalcanzables por su magnitud.
El paso tiene talla de Antonio Martín Fernández y relieves y capillas de Manuel Carmona Martínez. El dorado es de Manuel Calvo. Fue estrenado en 1993 y se terminó en la Semana Santa de 2002.
El llamador es de plata de ley, sobre peana de ébano. Presenta la imagen de Minerva con escudo, coraza, lanza, libro y olivo, junto a un búho. Junto a ella aparece una gran pluma que es la que golpea. Todo el conjunto está montado sobre peana con reloj de sol. Toda la simbología alude a la sabiduría, en recuerdo del carácter estudiantil de la hermandad. Fue diseñado por José Antono Rodríguez Molina y es obra de Talleres de Villarreal. Estrenado en 1993. En 2006 se terminaron los apliques de plata para la imaginería del canasto. La iconografía de las cartelas y capillas fue estudiada, a petición de la hermandad, por José Luis Peinado, canónigo de la Catedral de Sevilla.
El Puerto de Santa María cuenta entre sus joyas patrimoniales con un relicario que se custodia en la basílica de Nuestra Señora de los Milagros y que cada Lunes Santo, desde el año 2015, procesiona por las calles con el cortejo de la hermandad de Los Afligidos.
Se trata de un relicario que contiene cuatro tecas con reliquias del Lignum Crucis (astilla de la Vera Cruz en que fuera crucificado Jesucristo), un fragmento de su corona de espinas y otras de San Pedro y san Pablo. Todas se conservan junto a las correspondientes auténticas con varias fechas y procedentes del Vaticano. A este valor religioso se añade el histórico y artístico, muy importante. Se trata de una pieza de plata y vidrio a modo de relicario-ostensorio fechada a mediados del siglo XVIII.
Fue donada por el vicario entonces, Gaspar de Cañas Trujillo, para la hermandad de venerables sacerdotes de la Prioral, con sede en la capilla de san Pedro de este templo. Su morfología y profusa ornamentación obedecen al estilo rococó y componen un conjunto tan singular como desconocido en El Puerto de Santa María.
Al margen de la importante iconografía de la Semana Santa de la Villa, la obra del artista puertorrealeño Diego Salvador Flores se ha convertido en uno de los principales tesoros de las Hermandades de la ciudad. De sus manos han salido los pasos de misterio de Vera-Cruz, Borriquita y Nazareno. Todos ellos tallados en madera. El paso de la Borriquita, de estilo barroco, realizado en madera de caobilla de Brasil, se estrenó en 1990. Cinco años más tarde, se estrenó el paso de misterio del Cristo de la Vera-Cruz, realizado en caoba y cedro. La trilogía cofrade de Salvador Flores se completó en la Cuaresma del 2000, cuando se estrenó el paso de misterio de Jesús Nazareno.
Entre las joyas del patrimonio cofrade que procesiona por las calles de Chiclana desde no hace mucho tiempo se encuentra el Santo Lignum Crucis (reliquia de la Cruz de Cristo) de la Hermandad de la Vera Cruz, que realiza estación de penitencia en la jornada del Viernes Santo chiclanero desde la Capilla del Santo Cristo. Se trata de una de las corporaciones con más arraigo de la ciudad, dada la antigüedad de su titular, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, que el pasado año 2019 incorporó a su cortejo esta importante insignia, una pieza que procede de la Iglesia de Santa María del Monte, de la orden de capuchinos de la ciudad de Turín (Italia).
Esta reliquia fue presentada ante los hermanos de la corporación durante los cultos cuaresmales de 2019, procesionando como parte del cortejo de la cofradía ese año por vez primera en propiedad y única hasta el momento, debido a las actuales circunstancias de la crisis sanitaria. Posteriormente, en septiembre de 2020, la hermandad bendijo el nuevo relicario del Santo Lignum Crucis, una obra diseñada y realizada por el orfebre sevillano Joaquín Ossorio. Está elaborado en madera de cedro real policromada al óleo en tono verde Vera Cruz, símbolo de la fuente de vida del leño verde de la Cruz, con incrustaciones de plata de ley cincelada y repujada sobre un basamento de plata de ley.
La reliquia se encuentra expuesta al culto en una de las capillas laterales del templo del Santo Cristo.
Una de las grandes joyas con las que cuenta el patrimonio sacro de Alcalá de los Gazules es el túnico antiguo del Nazareno que fue bordado en oro por las monjas del Beaterio de Jesús, Maria y José de esta localidad jandeña. Se terminó y se estrenó el 12 de marzo de 1913 en la Semana Santa alcalaína.
El legado patrimonial que conservan las hermandades y cofradías de Conil data de varios siglos atrás, como lo demuestran algunas de las coronas que posee la Virgen de la Soledad y que se fechan en los siglos XVII y XVIII. Antiguo también es el paño de la Verónica, la Cruz del Santo Entierro y la corona de espinas de plata del Nazareno. A ello se suman otras obras más recientes, como el nuevo paso del Santo Entierro, el trono de la Buena Muerte y los faroles del Cristo Marinero. Y consideran una joya especial el palio de la Virgen de los Dolores, bordado en oro por la gitanilla del Carmelo.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Villamartín cuenta con una joya única en el panorama cofrade relacionada con la imagen de María Santísima de los Dolores, que realiza tradicionalmente junto al Cristo la estación de penitencia en Semana Santa. La imagen de la Santísima luce tradicionalmente, además de su corona de plata, un manto y una saya únicos atribuibles a las hermanas Antúnez. "Estas ropas realizadas en el último tercio del siglo XIX fueron adquiridas al taller de bordados de las nombradas muy posiblemente aprovechando que la Hermandad del Patrocinio de Sevilla no había podido hacer frente a los costes de hechura de los mismos", según información aportada por el Consejo de Hermandades de Villamartín.
Bordado en terciopelo azul cobalto, el dibujo del manto está compuesto básicamente "por hojas de carda y cogollos de cardo y en el eje central aparecen granadas. No tiene un bordado tupido, aunque se refresca en su totalidad con caracolillos, espigas, semillas, hojas y florecillas pequeñas. A un así destacan sobremanera los bordados en grupos de tres sobre estrellas y destellos. Respecto al bordado del paso de palio, se atribuye también a las citadas hermanas (bambalinas con diseño de Manuel Beltrán) similar al del Patrocinio, de Sevilla", según informa el Consejo.
Actualmente se conserva en buen estado junto a los respiraderos, peana y varales, habiendo sido sustituidos los guardabrisas de cola en 2019 por uno similares en forma y estilo.
La Semana Santa de Olvera está declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía y cuenta con cinco hermandades y ocho desfiles procesionales. El Santo Entierro es la encargada de cerrar cada año los desfiles procesionales. La Semana Mayor olvereña cuenta con momentos sublimes como el Viernes Santo vivido el 25 de marzo de 2016 (en la fotografía), con la celebración del Santo Entierro Magno con Nuestro Señor Jesucristo Yacente, María Santísima de la Soledad y Santa Ángela de la Cruz, por la calle Calzada. La orografía de las calles de este pueblo serrano y el sentir de los cofrades hacen singular la Semana Santa local.
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