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Semana Santa Cádiz 2019 | Reportaje

Protección Civil señala más de 200 factores de riesgo al paso de las cinco cofradías de hoy

Agentes de la Policía Local, ante el paso del Despojado
Agentes de la Policía Local, ante el paso del Despojado / Fito Carreto

Los cofrades buscan en el discurrir de las hermandades las imágenes más novedosas, llamativas o estéticas. Pero en materia de seguridad, lo que se busca o analiza en relación a los itinerarios son todos aquellos elementos que de alguna manera pueden influir en las personas que forman parte de los cortejos o en las que los contemplan desde la acera. Sin los denominados “riesgos extrínsecos” a las procesiones, que en el plan de autoprotección elaborado por el Ayuntamiento se detalla día a día.

Curiosamente, es la jornada inicial de la Semana Santa la que más factores de riesgo suma, superando los 200 en los itinerarios de las cinco hermandades. Seguramente, esto se deba a la coincidencia de que las dos cofradías que procesionan desde más lejos en Semana Santa (Borriquita desde San José y Despojado desde Salesianos) coinciden en el mismo día.

Los factores extrínsecos son los centros de transformación eléctrica, los contenedores de basura, las gasolineras o los locales de hostelería (teniendo todos ellos el riesgo los tres de ocasionar incendios); las calles estrechas, la realización de obras o el paso por carrera oficial (suponiendo en todos los casos obstáculos a la evacuación); y los edificios apuntalados o en mal estado (que afectaría por la posibilidad de derrumbe o caída de objetos).

Lo que ha hecho el Ayuntamiento es determinar cuántos de esos factores, y dónde, se dan cada día de la Semana Santa, llegando incluso a sumar cuántos establecimientos de hostelería se localizan en el itinerario de cada hermandad (encabezando el curioso ranking la cofradía del Despojado con 50 establecimientos a su paso, tres más que Borriquita y el doble que Oración en el Huerto). En el lado contrario, sería Ecce–Homo la hermandad que encontraría menos establecimientos de hostelería a su paso (apenas ocho), seguida de Expiración (nueve) y Piedad o Caminito (once).

A estos riesgos se unen otros de carácter intrínseco a las cofradías que realizan estación de penitencia. A saber: incendios (que pueden ser en las iglesias, en la tribuna, en viviendas o comercios cercanos a las procesiones o en los pasos “especialmente en los de palio por sus características especiales”, detalla el plan de autoprotección de la Semana Santa), caídas, “atropello por ataque terrorista”, electrocución, caída de objetos por desprendimiento o derrumbe, aviso de sospechoso, actos antisociales (entendidos como estos las peleas, agresiones o golpes), avalanchas de público, enfermedad o indisposición súbita, o fenómenos meteorológicos adversos.

Para cada uno de estos factores de riesgo, los técnicos de Protección Civil articulan una descripción exhaustiva del factor, una serie de prevenciones para evitar ese riesgo y, en determinados casos, algunas observaciones adicionales. Por ejemplo, para prevenir un posible atropello por ataque terrorista se prevé “una protección perimetral física de aquellas zonas que pudieran ser utilizadas” y la “instalación provisional de bolardos y grandes maceteros en los accesos a los espacios públicos”.

Además, se establecen distintas categorías del nivel de riesgo, estando los incendios, las avalanchas, o la enfermedad o indisposición súbita en las más altas.

Dos puntos son declarados zonas “de estancia prohibida”

El plan de Autoprotección diseñado para esta Semana Santa por el Ayuntamiento incorpora dos zonas en el trazado de la carrera oficial o su entorno que han sido calificadas como de “estancia prohibida”. Se trata, en concreto, del tramo final de la calle Santiago (entre Villalobos y Candelaria) y del cruce que protagonizan las calles San Pedro, Beato Diego de Cádiz y Valverde (que nunca antes había tenido repercusión alguna en materia de seguridad).

A estas dos zonas se le unen otras tres, dentro de la carrera oficial, que han sido catalogadas como “de especial riesgo”. Se trata del inicio de la carrera en la calle Nueva (a la que llegan cofradías por Cristóbal Colón desde Cobos o desde Cuatro de Diciembre o por San Francisco, con los consiguientes peligros de tapones de público y movimiento de personas entre esas calles), la confluencia de Nueva con San Juan de Dios (donde el año pasado ya se originaron importantes tapones que obligaron a la Policía Local a controlar ese cruce durante la Semana Santa) y al final de la carrera oficial, en Novena (donde igualmente las cofradías pueden seguir el camino por esa calle hacia arriba, por Valverde a la derecha o por Barrié hacia la izquierda).

Desde Protección Civil se alerta de que la existencia de una carrera oficial “incrementa los factores de riesgo”, ubicando precisamente en este itinerario común –junto a los puntos de salida y entrada de cada hermandad– los niveles de máxima ocupación en la Semana Santa, al preveerse “una afluencia importante de personas”.

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