Jueves Santo en Cádiz: Puerta Tierra se vuelca con El Huerto

Magnífico ambiente en San Severiano para presenciar la primera de las salidas de esta jornada

El paso del Señor de la Oración en el Huerto por la calle Tolosa Latour. / Lourdes De Vicente

Puerta Tierra tiene mucho que decir en la Semana Santa de Cádiz, celebración históricamente vinculada al centro. Solo hay que ver cómo cada Jueves Santo el barrio de San Severiano se vuelca con la salida de su hermandad, la Oración en el Huerto. En una tarde calurosa y ante una calle Tolosa Latour donde no cabía un alfiler, la cofradía de extramuros inauguró los desfiles procesionales de la jornada.

En el patio de la parroquia de San Severiano se preparaba el cortejo. El hermano mayor, Manuel Sánchez Casas, reconocía su inquietud. No en vano es su primera Semana Santa ostentando el cargo. “En la calle vamos a soltar los nervios”, aseguraba. A pesar de los dos años en blanco debido a la pandemia, los hermanos “han respondido”. Y es que “el barrio es mucho barrio y nunca nos da de lado”, decía con orgullo Manuel Sánchez. Finalmente habían logrado reunir 180 capirotes, cifra nada desdeñable en los tiempos que corren.

Olía en el patio de la parroquia de San Severiano al incienso personalizado de la hermandad, llamado Señor de Puerta Tierra. Los cargadores se fajaban, los penitentes se alineaban. Carlos Garrido, capataz en el paso de palio de la Virgen de Gracia y Amparo, expresaba su deseo “de llegar bien, sin contratiempos, a la recogida”. Todo ello teniendo en cuenta que “estos dos años de parón se han notado en los cargadores, en todos nosotros, y la calor que hace hoy nos puede afectar. Esperemos que no”.

La Virgen de Gracia y Esperanza en su paso de palio. / Lourdes de Vicente

Poco antes de la salida el director espiritual de la hermandad y párroco de San Severiano, Antonio Diufaín, acompañado por el vicario parroquial, Marco Antonio Huelga, dirigía el rezo con todos los hermanos, incluidos los cargadores, en el patio. Diufaín llamó a profesar la fe durante la estación penitencial con la pertinente compostura. “Dios nos ve y un desprecio nuestro le duele más que otro”, advertía.

A las seis menos veinticinco de la tarde se abría la puerta para que saliera la cruz de guía. Poco después lo hacía el paso del Señor de la Oración en el Huerto, que estrenaba el dorado trasero del canasto. El paso iniciaba sus primeros andares a los sones de la marcha 'La Esperanza de María', interpretada por la Agrupación Musical Ecce Mater.

La primera hermandad del Jueves Santo de Cádiz terminó de poner todo su cortejo en la calle Tolosa Latour cuando salió el paso de palio de la Virgen de Gracia y Esperanza. Sonó la marcha 'Señora Madre de Gracia y Esperanza', tocada por la Banda de Música de la Soledad de La Algaba (Sevilla). Por todas las calles hasta cruzar las Puertas de Tierra la hermandad estuvo más que acompañada por cientos de personas. Estaba cerca la incursión de la cofradía beduina en el casco histórico. Quedaban por delante muchas horas hasta el regreso, pero la ilusión y las ganas no hacían pensar en otra cosa que no fuera volver con categoría y sin percances.

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