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La cofradía de Vera-Cruz abrió este Lunes Santo la caja de pandora del culto externo de las hermandades con su decisión de salir a la calle sin los pasos de los titulares y con el cortejo presidido únicamente por el Lignum Crucis que posee la cofradía; una suerte de atajo para ganar la batalla de la lluvia, que hasta ahora se ha impuesto a todas las hermandades del Domingo y del Lunes, salvo la del Despojado con las consecuencias ya sabidas de lluvia en su camino a la Catedral, donde sigue refugiada a la espera de regresar a Salesianos.
Indicaba el hermano mayor de Vera-Cruz al recogerse la hermandad el Lunes Santo que habían “hecho historia” con la salida únicamente del Lignum Crucis, que desde hace años la hermandad procesiona en unas pequeñas andas. Pero lo cierto es que esta decisión tiene un antecedente hace más de una década en Sevilla capital, donde la cofradía homónima de la del Lunes Santo gaditano adoptó la misma decisión ante una jornada de intensa lluvia que dejaba al resto de cofradías en sus templos.
Fue el Lunes Santo del año 2012 cuando la Vera-Cruz de Sevilla decidía, ante la lluvia que suspendía todas las procesiones de esa jornada, que su cortejo de hermanos sí desfilara hacia la Catedral hispalense procesionando únicamente la reliquia del Lignum Crucis; decisión que generó una enorme polémica y abrió el debate respecto a cómo debe ser el culto externo de las cofradías y el papel que juegan las imágenes titulares y los pasos en estas salidas.
Antes de eso, hubo un precedente similar en la Semana Santa gaditana, también el Lunes Santo. Fue en el año 2010, cuando la lluvia obligó a suspender las salidas procesionales de Palma, Amor y Prendimiento, permitiendo únicamente la salida de Vera-Cruz. En aquella jornada, una comitiva de la cofradía del Prendimiento sí quiso acudir a hacer la estación en la Catedral a la hora que debiera estar la cofradía en el interior, con los pocos hermanos que lo hicieron revestidos con los hábitos.
Estos gestos habían quedado como simples anécdotas de hace 12 y 14 años… hasta este Lunes Santo en que Vera-Cruz adoptó la sorprendente decisión de salir a la calle pero dejando a los titulares en San Francisco.
Sí hay que señalar una diferencia que puede ser determinante entre lo hecho por la cofradía gaditana en 2024 y lo que hizo la hermandad del mismo nombre de Sevilla en 2012. Y es que el Lignum Crucis no es titular de la cofradía de Vera-Cruz, que lo tiene en propiedad desde hace años y que previamente procesionaba otra reliquia que le cedían cada año a la corporación franciscana.
Efectivamente, la cofradía solo tiene por titulares al Crucificado de la Vera-Cruz y a la Virgen de la Soledad, como así reza en el artículo 4 de las reglas y en el primero de su reglamento interno. Y de hecho, los propios estatusos establecen que los hermanos de la cofradía, “en especial la Junta de Gobierno, han de poner el máximo empeño en que el propio culto de los Sagrados Titulares sea el que ocupe la parte más importante de la procesión y que todos los demás elementos que la integren queden supeditados al mismo” al ser “el acto culto más importante que realiza la cofradía” (artículo 13), a lo que añade (artículo 14) que la estación de penitencia “de los Sagrados Titulares de esta Hermandad es una solemne rogativa en la que los cofrades recorren el itinerario procesional establecido, según la costumbre de nuestro pueblo, para estimular la devoción de los fieles, conmemorar los beneficios de Dios, darle gracias por ello e implorar el auxilio Divino”.
De estas reglas se desprende que el culto externo de la hermandad debe hacerse siempre con el Cristo y la Dolorosa, y no con la reliquia del Lignum Crucis que no es titular de la cofradía. De hecho, llamó la atención que el cortejo no dispusiera los cirios al cuadril, como es habitual en esta hermandad; cuestión que pudiera responder precisamente a que al no procesionar los titulares, no se elevaron los cirios de los hermanos.
La controversia, por tanto, está asegurada en estos próximos meses, donde habrá quienes justifiquen la decisión adoptada por Vera-Cruz y quienes la rechacen. Y es que la cofradía ha abierto un interrogante que hasta ahora se daba por respondido en la Semana Santa de Cádiz: ¿Debe salir una hermandad sin los pasos en caso de lluvia, viento, calima o cualquier otra incidencia? ¿Qué es lo importante, ir a la Catedral a hacer la estación a toda costa, o rendir culto público a las imágenes titulares? ¿Tiene sentido la hermandad separada de sus titulares?
En otro orden de cosas, llamó también la atención de la procesión de Vera-Cruz la presencia de la banda de música del Maestro Enrique Montero -que, eso sí, ofreció un magistral repertorio de marchas sobrias durante el itinerario- tras el paso del Lignum Crucis. Opiniones encontradas hay también en este punto, ya que hay quienes consideran que ante las características de la procesión puesta en la calle el Lunes se debería haber optado por el silencio o por la música de capilla que sí sonó delante de la Cruz de Guía.
Además, algunos consideran que la medida acordada por la junta de gobierno entraría en conflicto con el mandato de la delegación diocesana de Hermandades respecto al acompañamiento musical fuera de los templos, que propone para este tipo de casuísticas y de sencillas parihuelas un acompañamiento que no sea de banda de música. Decía hace unos meses la delegación diocesana que “no podemos dar mayor importancia a lo cultural, etnológico o folclórico” en una circular que venía a limitar, en resumidas cuentas, la presencia de formaciones musicales en los actos externos de las cofradías.
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