Lunes Santo: Un día negro para la Semana Santa de Cádiz

Semana Santa de Cádiz 2022

La Palma, Amor y Prendimiento se tuvieron que quedar en Catedral y Vera-Cruz no salió pese a intentarlo

Bien sea por los partes o por las ganas de salir, el día fue una sucesión de malas decisiones

Dos miembros de la hermandad protegen la imagen del Señor del Amor de la lluvia.
Dos miembros de la hermandad protegen la imagen del Señor del Amor de la lluvia. / Jesús Marín
Melchor Mateo / Rafa Burgal

12 de abril 2022 - 01:05

Un Lunes Santo para olvidar, un día negro como el cielo que acompañó a buena parte de la tarde y que vino a confirmar los peores presagios que había desde hace varios días. Sin embargo, no sólo fue una jornada mala por la lluvia, sino también por la cascada de decisiones que se fueron tomando una detrás de otra y que cada una venía a empeorar la siguiente. Bien sea por unos partes que no fueron muy precisos o contradictorios, bien sea por el ansia en poner a las cofradías en las calles tras dos años de pandemia, pero las hermandades se la jugaron ayer y el resultado les salió cruz.

Y hubo dudas, muchas dudas, no sólo en si salir o no, o si una vez que estabas en la calle, volverte a tu templo o seguir hasta la Catedral. Y para colmo, también las hubo en si quedarse en la Catedral o emprender el regreso a los templos respectivos con un Cabildo Catedral que puso muchos problemas a la permanencia de hasta seis pasos en el interior del primer templo diocesano.

Si se hace una sucesión de hechos tenemos que a la una y media de la tarde, ante la incertidumbre que había para la jornada del Lunes Santo, las cuatro hermandades del día (La Palma, Nazareno del Amor, Prendimiento y Vera-Cruz) se reunieron en la sede del Consejo Local de Hermandades, donde se les facilitó los partes que había y todas decidieron realizar su estación de penitencia en la Catedral. En ese momento lo que había era que entre las tres y las ocho de la tarde podría entrar algún chubasco pero a partir de esa hora ya no habría riesgo. La única que supeditó su decisión fue Vera-Cruz, ya que quería decidirlo a las seis y media en una reunión de la Junta de Gobierno.

En el barrio de La Viña había un sol radiante cuando se abrieron las puertas de la iglesia de La Palma y había cientos de personas esperando al Cristo de la Misericordia y a María Santísima de las Penas.

Francis Lucero, el hermano mayor, iba a realizar su última salida en un Lunes Santo en un cargo que iba a acabar con la coronación de la Dolorosa de la hermandad. Este dijo que se iba a continuar por el recorrido previsto y lo único era que se iba a aligerar un poco la procesión.

Muy emotivo fue el mensaje del capataz del Cristo de la Misericordia, Manuel Ruiz Gené, que les dijo a sus cargadores que este año el paso iba a pesar más por el peso de todas las plegarias que llevaban de la gente del barrio. Si el Señor salió con ‘Cristo del Amor’, la banda Julián Cerdán de Sanlúcar interpretó ‘Coronación’ de Manuel Marvizón.

Sin embargo, todo empezó a torcerse cuando el cortejo salió al Campo del Sur. El viento que hacía era claramente de agua y llegó lo inevitable. La lluvia empezó suave en un principio pero poco a poco empezó a apretar un poco más. Ahí hubo un momento de indecisión y al palio le cogió a punto de incorporarse al Campo del Sur.

En un primer momento hubo un intento de regresar hacia la iglesia viñera por el mismo camino, pero en ese momento de órdenes contradictorias se decidió tirar hacia la Catedral, pese a que durante el camino les cayó una lluvia que hizo que los pasos llegaran con agua.

Mientras que a La Palma le cogía por el Campo del Sur, la hermandad del Nazareno del Amor lo sufrió con todo el cortejo en la calle, salvo el paso de palio de la Esperanza.

Pese a la cercanía de la puerta, tomaron la decisión de seguir porque creyeron que era un frente disperso que pasaría y podrían continuar con su camino.

Mientras que todo el cortejo seguía avanzando por San Francisco, los acólitos y el paso de palio se quedaban en la iglesia hasta que escampó un poco. Asimismo, en San Agustín al Cristo se le tuvo que poner un capote blanco para protegerlo del agua. De este modo, la hermandad se dirigió también hacia la Catedral, donde coincidiría con la viñera.

La tercera en salir era la del Prendimiento desde el Carmen. Allí, con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, en el interior del templo dando la primera levantá, en la que recordó los momentos duros vividos durante la pandemia, también hubo escenas complicadas. Con la casi práctica totalidad de las secciones de Cristo en la Alameda, empezó a llover el mismo aguacero que cogió a las dos cofradías anteriormente citadas.

El paso estaba ya en el dintel de la puerta dispuesto para iniciar la maniobra pero al ver que no paraba, la cofradía ordenó al paso que retrocediera y se metiera el cortejo dentro.

Tras unos minutos de espera, finalmente el hermano mayor, Rafael Galeano, anunció que se iba a iniciar la estación de penitencia hacia la Catedral.

A esta cofradía le cayó un segundo chubasco cuando ya se encontraba en la plaza de San Juan de Dios y fue lo que hizo que se mojara hasta que llegó a la Catedral y se pudo guarecer. Cuando entró el palio de Patrocinio, La Palma anunció que se quedaba allí y disolvió el cortejo.

A las ocho de la tarde quedaban, por lo tanto, La Palma, el Amor y Prendimiento dentro de la Catedral y estas dos última mirando qué se iba a hacer.

El otro foco era la iglesia de San Francisco, donde a las siete y cuarto tenía que haber salido Vera-Cruz. Pero al igual que con el Prendimiento, fue una sucesión de un sí pero no. Para empezar se hizo retroceder a los pocos penitentes que estaban ya en la calle, se dejó a la cruz de guía en el dintel de una puerta abierta durante muchos minutos, hasta que se anunció que se iba a esperar a ver si paraba de llover.

Posteriormente, ya con el templo cerrado, hablaron de esperar hasta las ocho y media y se pidió la presencia de los capataces en la junta para finalmente decir que definitivamente no se salía porque no había seguridad de que no lloviera.

Mientras, en la Catedral se vivía una partida de ajedrez porque se barajaban desde la vuelta a casa por el camino más corto, cambiar órdenes en la carrera oficial o quedarse hasta el sábado, algo que en la Catedral no se quería porque sólo querían permitir cuatro pasos. Con La Palma que ya había optado por quedarse, tras muchos tiras y afloja al final consiguieron permanecer todos. En la jornada de hoy habrá una reunión en el Consejo para decidir cuándo se producen los traslados.

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