La Palma marca el paso hacia la normalidad cofrade

Se había puesto la tarde para recuperar sensaciones. Para que La Palma diera un paso hacia la normalidad cofrade, ese paso en el que lucía la imagen de su, hasta ahora, única Virgen coronada. Para que el cielo de La Viña se abriera, espantara los nubarrones y fuera cómplice de un momento histórico: el regreso a las calles de Cádiz de un paso con cargadores. Dos años habían pasado desde la última vez que unos esforzados hermanos portaban a una imagen por la ciudad. Y fue precisamente la Virgen de la Palma el 1 de noviembre de 2019. Poco después llegó la pandemia y acabó por mucho tiempo con toda manifestación religiosa exterior. La Archicofradía abría este lunes el camino a las procesiones como se conocían antes de marzo de 2020. Por eso la calle de La Palma estaba hasta la bandera. Había ganas ver en el rostro de la Virgen la esperanza de un futuro mejor.

En la iglesia, mientra se preparaba el cortejo, el hermano mayor de la Archicofradía, Francis Lucero, destacaba que la jornada cofrade se había convertido “en un día de acción de gracias para el barrio, que afortunadamente lleva mucho tiempo sin casos de Covid”. Consciente de que la salida de la Virgen chiquita estaba abriendo “el camino a la normalidad” en el mundo de las cofradías, Lucero valoraba “las caras de alegría de los vecinos del barrio, la euforia que se palpaba desde temprano, ya que han acudido al rosario matutino y bendición de las aguas más de 200 personas”.

En una calle de La Palma a rebosar el aplauso del público fue un estruendo cuando asomaba al dintel el paso guiado por Antonio Valero. Los maniguetas con mascarilla dibujaban una imagen insólita. Repique de campanas, Marcha Real y el fervor callejero recuperado. El paso avanzaba al compás de las marchas 'Palma Coronada' y 'Mística Palma', interpretadas por la sanluqueña banda de Julián Cerdán, para buscar La Caleta, novedad en el recorrido, y continuar sus andares por el barrio viñero. Y el Cádiz cofrade volvía a contar con otro motivo de alegría tras la salida de la Virgen del Rosario el 12 de octubre.