La Pascua de Resurrección cierra la Semana de Pasión en la Villa

Puerto Real/A las diez de la mañana, tras la misa de la Pascua de la Resurrección, las campañas de la Iglesia Prioral de San Sebastián anunciaban la salida procesional del Santísimo Cristo de la Victoria en su Sagrada Resurrección. Las campanas de la Iglesia Mayor se mezclaban con el sonido de las campanitas de los pequeños que acompañaban al Cristo. Las hacían sonar anunciando la Resurrección y la llegada de un reformado paso de misterio protagonizado por la nueva imagen recientemente bendecida. Por primera vez, la Agrupación Parroquial procesionaba con la talla realizada por el imaginero Eduardo Sánchez Aranda.

El Domingo de Resurrección en Puerto Real ha sido un día espléndido en cuanto a la meteorología, aunque las altas temperaturas complicaron el desfile a los costaleros que tuvieron que entregarse al máximo. Los capataces del paso, Domingo Vías y Félix Espinosa, intentaron tomar todas las precauciones posibles con la cuadrilla, que desfiló con las caídas del paso recogidas para airear las trabajaderas. También se produjeron continuos relevos y se evitaron las paradas al solo cuando era posible.

Tras salir de la Prioral, el cortejo, que contó con la presencia de representantes de casi todas las hermandades de la Villa, así como del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, se adentró en la cofrade calle de San José, que recorrió en gran parte hasta llegar a Santo Domingo. Antes, en la esquina de Soledad, se improvisó una pequeña tribuna hasta donde se habían trasladado los mayores del a Residencia Vedruna con trabajadores y voluntarios. A ellos dedicaron los capataces una levantá del paso que se había parado junto a ellos.

Ante el colegio Juan Pablo II se produjo otro de los momentos destacados del desfile. Allí, el párroco de la Prioral, el Padre Jesús José García Cornejo, dirigió una oración y una de las trabajadoras del centro educativo llamó a los costaleros, en una levantá dedicada a la comunidad educativa y a los alumnos del centro, que respondieron con una petalada desde los balcones del colegio.

También de especial interés fue el paso del cortejo por el Callejón del Obispo, donde la estrechez de esta calle apenas daba lugar al paso del Cristo, que este año estrenaba una nueva parihuela.

Un año más, la Agrupación Parroquial eligió los tonos rosas para el exorno floral, renovando su compromiso de lanzar un mensaje de la lucha contra el cáncer. Los cofrades del Domingo de Resurrección mantienen una estrecha relación con la Asociación Gaditana contra el Cáncer de Mama (Agamama) y volvieron a llevar un lazo rosa en uno de los candelabros del paso.