La Pastora pide su reactivación como hermandad

Sin actividad desde mediados del siglo XX

Los miembros del redil aprueban las reglas y solicitar al Obispado la restitución de la antigua corporación

La Pastora de Sagasta, en un rosario público.

La Pastora quiere volver a ser lo que fue, una hermandad de Gloria. Después de una década de trabajo continuo y del cuidado de la devoción a la histórica imagen, el grupo de devotos formado en torno a esta antigua corporación de la calle Sagasta ha acordado solicitar al Obispado la reactivación de la hermandad.

La decisión la ha adoptado el capítulo general de miembros del hasta ahora denominado Redil de la Divina Pastora en sesión celebrada el pasado sábado, día en que también fueron aprobadas las reglas de la corporación, basadas en la norma diocesana que actualmente regula la vida de las hermandades en Cádiz y Ceuta. Por tanto, ahora se dará traslado al Secretariado de Hermandades tanto de esa propuesta de reglas como de la petición de que la antigua Hermandad de la Divina Pastora sea recuperada, manteniendo así la antigüedad de 1732.

Será ahora el Obispado, por tanto, quien determine si accede o no a la petición de este redil que prácticamente lleva una década trabajando y recuperando el culto de la Pastora, desde que saliera en procesión por las calles de la ciudad en el año 2012 con motivo de la exposición Pietas Populi organizada por el Consejo de Hermandades por el Bicentenario de la Constitución de 1812.

Conviene recordar que la Pastora de Sagasta es una corporación que nace en la iglesia de Santa María en el año 1732 de la mano de Fray Isidoro de Sevilla (capuchino que tuvo la visión de la Virgen vestida de pastora que luego extendería por tantos lugares en España y América), que a los pocos años lideró también la construcción de una capilla en la calle Sagasta para la imagen que los historiadores atribuyen a Montes de Oca y que sería trasladada a ese templo el 22 de diciembre de 1736.

Con gran esplendor durante distintas épocas, la última actividad como cofradía se sitúa a mediados del pasado siglo XX, por lo que teniendo en cuenta el Código de Derecho Canónico -que establece que para dar por extinguida una hermandad han de pasar 100 años desde el cese de su actividad- la recuperación solicitada es más que posible. Sin ser aún hermandad, en los últimos años la Pastora ha protagonizado numerosos cultos tanto internos como externos, destacando esa salida procesional en 2012, así como el rosario itinerante de 2016 o los distintos rosarios públicos que celebraba con motivo de la fiesta de la Asunción de la Virgen en el mes de agosto.

Si así ocurriera, esta hermandad pasaría a ser la número 37 del Consejo de Hermandades, la séptima del bloque de las Glorias. Una corporación que mantiene un más que valioso patrimonio histórico-artístico, comenzando por la iglesia de la Pastora de Sagasta, que es de su propiedad; así como dos simpecados (el fundacional, bordado en oro y con el cobre que Fray Isidoro de Sevilla regaló

cuando erigió la cofradía y otro de orfebrería realizado por Llamas y con un relieve de Hita del Castillo que data de 1783), dos ternos bordados; la Cruz de Guía de plata, realizada en 1763; el guión corporativo o las galletas de unas varas con su escudo. Así como las imágenes titular y las conocidas como Pastora Galeona y Pastora Enfermera; y diversos objetos para el culto.

Un amplio patrimonio que junto al documental dan cuenta de la importancia que tuvo en su momento esta hermandad fundada en el siglo XVIII y que ahora, de la mano de un grupo de jóvenes cofrades que desde hace casi diez años viene gestionando el culto de esta imagen, puede volver a la vida. El Obispado tendrá ahora la última palabra.

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