"Queremos que la carga isleña se reconozca y perdure"
Los Jóvenes Cargadores Cofrades cumplen 40 años de servicio bajo los palos y en defensa de la carga isleña
San fernando/Aquellos jóvenes que el Jueves Santo de 1978 cambiaron la historia de la Semana Santa isleña, los 'niñatos' de la famosa reunión del Bosquecillo que impulsó la creación de la asociación Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC), están de enhorabuena. Cumplen 40 años. Cuatro décadas de trabajo bajo los palos y al servicio de las hermandades que han convertido a la entidad en el santo y seña de la carga genuinamente isleña. Ya son cuarentones pero la JCC sigue siendo igual de joven que entonces. Eso, ya se sabe, es cuestión de espíritu. Y entusiasmo desde luego nunca falta en esta asociación que a pesar de las vicisitudes cofradieras -este año, por ejemplo, la hermandad del Perdón ha prescindido de ellos- aglutina al mayor número de cargadores de la Semana Santa de San Fernando. Además, sus cuadrillas no han dejado nunca de incorporar savia nueva que llega ansiosa de aprender y de meterse debajo de los pasos de Humildad, Medinaceli, Ecce Homo, Huerto, Caridad, Vera Cruz, Silencio, Soledad... Son, qué duda cabe, un referente, además del principal exponente del legado de la carga isleña que dejaron las antiguas cuadrillas y capataces de La Isla. Por eso insisten en que se reconozca su singularidad, en que se defienda el estilo propio de llevar los pasos que tiene San Fernando. Juan Pedro García López preside desde hace varios años la junta directiva de la JCC. Es 'la voz' que habla por todas estas cuadrillas para agradecer en primer lugar la confianza que las hermandades han depositados en ellos durante cuatro décadas ya. Es lo que toca en este año redondo de aniversario en el que la JCC también mira hacia dentro para rendir un merecido homenaje a sus padres fundadores.
-Es curioso, la JCC, una asociación de cargadores que se dedica a cargar pasos de distintas hermandades es un 'invento' que no existen en ninguna otra localidad.
-Así es. Es una fórmula que no existe en ningún otro sitio y que aquí lleva 40 años funcionando con éxito. Cuando lo cuentas fuera de La Isla la mayoría de la gente lo ve como un modelo interesante, un acierto... Para una hermandad supone desde luego no tener problemas de cargadores. Es una garantía, una solvencia. Es una asociación que llega y pregunta a la junta de gobierno dónde, cómo y a qué hora quiere los pasos... Sin pedir nada a cambio. Y eso es una tranquilidad para la hermandad. Y ya le digo, no pedimos nada, solo agradecimiento y un trato humano.
-La asociación se creó hace 40 años ante una necesidad que había en La Isla por el agotamiento del modelo anterior, el de las antiguas cuadrillas y capataces, que estaba en crisis...
-Lo recordaba hace unos días el número 1 de la asociación, Juan Manuel Abreu Ibáñez, 'Mamé'. Esto empieza a iniciativa de un grupo de jóvenes por hacerle el favor a las cofradías. La falta de cargadores en la cuadrilla de Perico Sánchez es la que llevó a un grupo de chavales a sacar el Cristo de la Expiración, que no cobraban y que así le ahorraban un dinero a la hermandad. Ese año -1977- en el Silencio fueron dos cuadrillas: esos jóvenes con el crucificado y Perico Sánchez en el palio, a los que sí le pagaba la cofradía. La cosa salió bien y en 1978 se fundó la asociación. Y pronto empezaron a llegar pasos de otras hermandades: Afligidos, Huerto, Soledad... Se vio que era un modelo factible y se consolidó. Es verdad que con el paso de los años hay hermandades que han apostado por otras fórmulas porque así lo han creído conveniente y han surgido las cuadrillas de hermanos o en torno a una determinada hermandad, que a menudo suponen también una fuente de ingresos para la cofradía.
-En cuanto a esa distinción 'de hermanos'... Precisamente en las cuadrillas de la JCC se incluyen también muchas veces a hermanos de la cofradía.
-Es inevitable. Por un lado, porque somos cofrades, somos hermanos de una u otra cofradía. Y si además uno es cargador es lógico que se acerque a las cuadrillas que portan a sus titulares. Pero también está el hecho de que el roce de la carga te lleva a hacerte hermano de la cofradía, sucede mucho. Además, es curioso, aquí hay socios que tienen su hermandad aunque no sean hermanos de ellas. Es 'su hermandad de la JCC' porque la carga todos los años.
-En todo caso son 40 años ya de JCC, un modelo consolidado...
-40 años con sus idas y venidas, a veces perdemos un paso y ganamos otro, sujetos a veces a los vaivenes de las juntas de gobierno... Yo siempre he dicho que la JCC a una hermandad no le ofrece una cuadrilla para cargar sus pasos: le ofrece hasta 330 cargadores en potencia, que son los que hay en nómina. Eso tiene sus ventajas... Si falla alguien a última hora o incluso si se lesiona en la calle -que nos ha pasado- se repone la vacante rápidamente. Además, la JCC está perfectamente integrada en cualquier hermandad, es un modelo en el que se trabaja codo con codo... Lo único que no aporta la JCC a una hermandad es economía en el sentido de que no pagamos para cargar los pasos...
-Este año la hermandad del Perdón ha prescindido de los servicios de la JCC.
-Es una decisión que ha tomado su junta de gobierno sin que hubiera ningún tipo de problema con la JCC o con la carga del Perdón. De hecho, a finales de la Semana Santa del año pasado, como hacemos con todas las hermandades, les preguntamos si había algún problema y no solo nos dijeron que no lo había sino que estaban muy contentos con nosotros. Luego empezaron a llegarnos rumores de que la hermandad iba a dejar a la JCC. Y al final resultó ser verdad. Personalmente, creo que la carga que se hacía en el Perdón, que es un paso muy difícil, era una de las mejores de la JCC.
-Hablamos de legado, de estilo propio de la carga isleña. Pero también es cierto que la carga de hoy nada tiene que ver con la de hace varias décadas.
-Así es. Hoy no se carga como el años 50 y, si me apura, ni siquiera como en los años 90. La carga es una cosa viva, que tiene que evolucionar, pero sí hay un mismo estilo. En lo que toca a la JCC diría que la carga que hace hoy se ha hecho más responsable. Es un estilo más depurado, más afinado, si se quiere. En la JCC hemos ido aprendiendo en todos estos años, como también lo han hecho las hermandades, las bandas de música... Hoy cuando se sale a la calle se saben de antemano ya hasta las marchas que se van a tocar a lo largo del recorrido, se llevan los horarios fijados por calles con todo detalle... Eso tiene también otra cara y es que hemos perdido en la Semana Santa un punto importante de espontaneidad... ¡A veces parece un delito que la hermandad se vaya a recoger unos minutos más tarde!
-¿Qué tiene la JCC de especial?
-Pues aparte de todo lo que le he dicho, creo que sobre todo es el cariño que se le pone. Es especial que, sin ser tu hermandad, vayas a cargar con todo el cariño un determinado paso, le vas a dar todo cuando salga a la calle... Y eso en los cargadores de la JCC es lo normal.
-¿Y qué aporta JCC a la Semana Santa?
-Pues, actualmente, la mitad de los cargadores que salen. Si hoy dejara de existir de un plumazo hay 15 pasos que se quedarían dentro de la iglesia. E históricamente supuso el hecho de que las hermandades dejaran de pagar para tener que sacar sus pasos a la calle. Quiero pensar que eso tiene una relación directa con el despegue de la Semana Santa isleña a partir de los años 80, con el patrimonio que las hermandades han podido adquirir... Piénselo, si toma como referencia lo que se le paga a una banda de música hoy día, que es uno de los mayores gastos que tiene una hermandad a la hora de salir a la calle... ¿Cuánto habría que pagar a un cargador por el trabajo que hace debajo del paso? ¿Cómo se valora eso?
-La JCC se considera heredera del legado de los antiguos cargadores de La Isla.
-Creo que hemos asumido la herencia del estilo -que no el modelo- de esa carga, aunque se haya depurado y perfeccionado y hoy sea una carga más responsable. Tanto que seguimos dándole vueltas a la declaración de la carga isleña como Bien Inmaterial Cultural de Andaucía dada su singularidad y sus características únicas, que solo se dan aquí en San Fernando. Queremos que se reconozca ese estilo propio y queremos que ese estilo perdure. Los años nos han llevado a convivir con cuadrillas de hermanos y con cuadrillas que se han creado en torno a algunas hermandades. Admiro y respeto la carga que hacen... En alguna ese estilo isleño ha evolucionado de otra forma. Y puede que a algunos guste más o menos, que comparta o no lo que hace por ejemplo Prendimiento o Gran Poder, pero hay una base, siguen siendo fieles al estilo isleño. Lo que sí me molesta mucho es el 'juego de las procesiones', que no se respete dicho estilo, que se hagan cosas que no son propias de aquí, que hasta se utilice un vocabulario distinto debajo de los pasos... ¿Tiene eso sentido?
-La JCC ha abierto sus puertas a la incorporación de la mujer a la carga, aunque todavía sigue siendo un número reducido.
-Y sin problemas de ningún tipo. Hace años que cargan con nosotros. En esta Semana Santa hay dos más que se han incorporado. En total son 11 mujeres que cargan cada una de ellas una media de tres pasos. Y le aseguro que no existe ningún problema en la cuadrilla. Están perfectamente integradas. Conviven con nosotros y hasta participan en el organigrama de la asociación, en sus comisiones. Es lamentable que pasen cosas como lo que este año ha ocurrido con las costaleras de El Puerto. Como presidente de la JCC, cuando pasó todo, las llamé para trasladarles nuestro apoyo, como gesto de solidaridad, les explicamos que aquí las mujeres estaban perfectamente integradas, que no había ningún problema e, incluso, le abrimos las puertas de la asociación.
-¿Qué supone este 40 aniversario?
-Es un año de agradecimientos, de reconocimientos a las hermandades que han confiado en nosotros y a nuestros fundadores. A ellos les hemos encargado de un modo simbólico los actos propios de la entidad: la presentación, del cargel, el boletín, el pregón... Por cierto, con el pregón tenemos una espinita clavada porque pedimos al Ayuntamiento de un modo excepcional el Teatro de las Cortes por el aniversario y no nos lo concedieron. Y se trata del pregón 'no oficial' más antiguo que existe en La Isla.
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