25 años de la banda del Rosario de Cádiz: Una locura forjada en Telegrafía Sin Hilos
Cuaresma 2022 en Cádiz
Emotivo acto de entrega del premio Gota a Gota de la Fundación Cajasol a la banda del Rosario en su 25 aniversario
Hoy es una de las bandas más relevantes del panorama musical cofradiero, como mínimo de Andalucía. Un referente que se iguala a las mejores formaciones y que ha adquirido un estilo propio, un sello con el que recorren toda la comunidad y parte del territorio nacional. Pero precisamente ahora que celebran este 25 aniversario fundacional es el momento idóneo para echar la vista atrás y recordar esos tímidos inicios, ese profesor del IES Telegrafía Sin Hilos (hoy Fernando Aguilar), esos alumnos que querían una banda de cornetas y tambores que no conseguían encontrar ni crear en Cádiz.
El camino de Rosario hasta la actualidad no ha sido fácil; y cuando las hermandades de media Andalucía se disputan sus contratos, cuando su presencia en la Semana Santa les hace pasar por la Campana, punto neurálgico de las cofradías de toda Andalucía, en dos ocasiones (por ahora) cada año, la banda frena en seco y rinde homenaje a lo que ha sido, a aquellos primeros pasos que propiciaron los pasos actuales.
La entrega del premio Gota a Gota de la Fundación Cajasol ha servido este viernes para recordar cómo se ha forjado la banda del Rosario, y para recordar también qué solo están estos 150 músicos durante el año, cuando ninguna administración les abre las puertas para encontrar un local digno en el que ensayar y cuando incluso los vecinos denuncian una y otra vez para que no puedan ensayar en la calle.
El cofrade Manolo Bernal, que fue fundador de la banda de cornetas y tambores de la Humildad y Paciencia y es presidente honorífico de Rosario, se encargó de glosar los méritos de esta formación para alzarse con el cuarto galardón Gota a Gota de la Fundación Cajasol. En un emotivo acto conducido por la periodista Mayte Huguet, Bernal recordó cómo dos alumnos del Telegrafía Sin Hilos lamentaban hace un cuarto de siglo la inexistencia de bandas de cornetas y tambores en Cádiz. Y como a raíz de ese encuentro fortuito en un banco a la salida al patio del instituto, Bernal se decidió a formar una banda de este estilo.
“Así nació la banda de la Humildad y Paciencia”, contó Bernal, que explicó que tras unos “problemas humanos porque somos humanos”, la banda se reactivaría poco después ya con el nombre de Rosario. “Esa banda que era una locura ha adquirido relevancia, prestancia; deleita a todo el que escucha, enamora a todo el que la ve pasar”, exaltó Bernal.
Tanto este fundador de Rosario como sus actuales responsables aprovecharon la concesión del premio para hacer hincapié en un problema que padecen habitualmente: los ensayos sin unas instalaciones medianamente dignas. En plena calle. “De lunes a viernes todos los días, de nueve de la noche hasta la hora que sea, haga frío o calor, llueva o haga viento”, ha expuesto el director de la formación, Sergio Figueroa, que tras recoger el premio ha reclamado “que se tenga en cuenta la cultura de las bandas de música” en la ciudad.
“En Cádiz todo es muy difícil; ser cofrade más todavía y tocar en una banda solo saben ellos la dificultad que tiene”, ha añadido Bernal, que ha querido poner de manifiesto cómo los músicos de Rosario (y del resto de bandas de la ciudad) “pasan noviembre, diciembre o enero a la intemperie noche tras noche, mientras nosotros estamos relajados y calentitos en el sofá, para lo que ahora vamos a ver en Semana Santa”.
El Gota a Gota que ya engrosa las vitrinas de Rosario ha sido dedicado “al compromiso de ensayo de 25 años de tantos componentes”, más de un millar según los cálculos de la banda; a María, componente como otras mujeres que desde 2008 incorporó la banda “que ensayaba embarazada y hoy está en el acto con la niña en brazos”, tal y como refirió Bernal; a centenar y medio de jóvenes “que la mayoría nadie conoce pero que llevan el nombre de Cádiz por toda Andalucía”.
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