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El balance de la Semana Santa de Cádiz 2023: La carga solventa las dudas generadas el pasado año

Las cuadrillas cumplen con la exigencia física que requiere portar los pasos

La Semana Santa de 2023: normalidad plena que invita a los cambios

Nazareno del Amor / Julio González

La Semana Santa del pasado año generó un gran interrogante respecto al mundo de la carga, fruto del mal hacer de muchos pasos y de los serios problemas que tuvieron algunas cuadrillas para completar el recorrido de sus cofradías, cuyo punto máximo se alcanzaría el Sábado Santo cuando la cofradía de Santo Entierro decidió regresar al templo por falta de fuerzas de los cargadores (y falta de cargadores también) de Soledad.

A diferencia de lo visto en 2022, este año se ha caracterizado por la ausencia total de incidencias reseñables bajo los pasos, lo que significa que las cuadrillas han cumplido ampliamente la cuestión más básica de su cometido: que físicamente puedan portar a las imágenes titulares de las cofradías. No se han visto escenas de pasos que no pueden seguir a lo largo de estos días.

Este buen hacer ya se demostró el pasado mes de septiembre, con ocasión de la procesión magna, cuyos pasos participantes solventaron sin grandes problemas el recorrido de las imágenes por las calles de la ciudad.

Así pues, las alarmas que saltaron a raíz de la pasada Semana Santa por una posible falta de cargadores (y que además se ha visto reflejado con el cambio de hasta catorce martillos de un año a otro) han quedado súbitamente apagadas en este 2023, donde incluso pasos como el misterio de Borriquita han podido completar dignamente –que no significa bien– el exigente recorrido del Domingo de Ramos.

También han solventado sin aparentes problemas la exigente Semana Santa que tenían las cuadrillas de los hermanos Francisco y Tomás Martín y las de Francisco Javier Baena y Cristóbal Beas, con cuatro pasos cada una de estas parejas de capataces (el Cristo de la Misericordia, el palio de Piedad, el misterio de Las Aguas y el palio del Perdón, en el caso de los Martín; y con los misterios de Prendimiento y Piedad y los palios de la Luz y Mayor Dolor en el otro caso). Y lo mismo se puede decir de aquellos capataces que se han estrenado y esos otros que siguen acumulando experiencia y veteranía delante de los pasos.

Este buen hacer físico no resta que siga habiendo cuestiones en las que las cofradías deben trabajar con sus cuadrillas, tanto en el comportamiento y vocabulario de capataces, auxiliares y cargadores como de movimientos y cuestiones que siguen necesitando de mejoras y perfeccionamiento para el mejor discurrir posible de los pasos en las calles de la ciudad.

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