En el ADN del Domingo de Ramos isleño
Semana Santa en San Fernando | Columna
Columna completa una tarde excepcional y presume de maneras cofrades
Una gran cantidad de público arropa su salida en el centro
San Fernando/El Domingo de Ramos isleño lleva en su ADN a la muy señera hermandad de Columna, que anda celebrando con gloria su 125 aniversario.En este primer día de la Semana Santa volvió a demostrarlo.La hermandad se dejó querer por La Isla en una salida brillante en la que sus hermanos de fila presumieron de maneras nazarenas con las vistosas túnicas de capa blanca y capirotes de terciopelo morado, las galas juanmuelinas que tan populares se han hecho en la cofradía y que tan bien casan con la esencia propia del Domingo de Ramos.
Los hermanos, prácticamente, se adueñaron de la calle Real al adentrarse en la Carrera Oficial cuando la tarde del Domingo de Ramos alcanzaba su plenitud y la remozada fachada del Ayuntamiento brindaba un telón de fondo perfecto para que la hermandad se luciera como Dios manda. La cofradía tiene bastante clara la línea que quiere seguir, la que se ha marcado desde hace ya varios años. Y, de hecho, cada vez son más los hermanos que acompañan al paso de misterio de Jesús Atado y Flagelado en la Columna y al exquisito paso de palio de María Santísima de las Lágrimas. Tanto que la hermandad decidió a escasos días del Domingo de Ramos prescindir del 'encuentro' que ambos pasos realizaban a la recogida para evitarse una excesiva espera del misterio.
En la plaza de la Iglesia reinó a la salida un ambiente verdaderamente espectacular. Una auténtica multitud –esa es otra de las tradiciones no escritas de la primera jornada cofrade en La Isla. que este año se ha visto refrendada con holgura gracias a un tiempo excelente– arropó los primeros momentos de la hermandad en la calle y se recreó cuando el misterio de Jesús Atado a la Columna enfiló la rampa de la Iglesia Mayor, que es la gran rampa de la Semana Santa isleña, mientras la agrupación musical del Nazareno de La Algaba se estrenaba detrás del paso.
Al conjunto –todo un clásico de la Semana Santa isleña– se ha añadido una silla jamuga sobre la que reposa una clámide bordada, un detalle más que se suma a una de las escenas de la Pasión que más gusta en San Fernando.
La cuadrilla de hermanos hizo gala también de una carga suave, medida y elegante en un recorrido que tuvo dos partes bien diferenciadas: el centro más centro de La Isla, que prácticamente recorre entero, y el barrio de la Iglesia, que es su espacio cofrade natural.
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