La Pasión que viste a La Isla cada Domingo de Ramos
Semana Santa en San Fernando
San Fernando/Es todo un ritual, como todo lo que orbita en torno a la Semana Santa y sus días únicos. Las preceptivas visitas a la iglesia para ver los pasos ya preparados para la salida, el programa de mano con los horarios e itinerarios para no perderse nada, las estampitas, la bola de cera del niño, la ropa del Domingo de Ramos...
En la casa de la familia Acedo Nieto, las características túnicas juanmanuelinas de la hermandad de Columna aguardan en perfecto estado de revista el momento más esperado junto a las medallas de la hermandad, las obligadas papeletas de sitio, la foto enmarcada con la imagen de los titulares, algunas flores de cera del palio que recuerdan la gloria de otros Domingos de Ramos ya pasados...
El hábito penitente de la cofradía que tanto viste y tanto gusta en la calle, con sus amplias capas blancas al vuelo y sus capirotes de terciopelo morado, se convierte irremediablemente en el mejor anuncio de la llegada de una nueva Semana Santa a San Fernando.
Ese mismo rito, esa misma escena, se repetirá en cientos de hogares durante los próximos siete días cuando cada uno de los hermanos que procesionan con las 22 cofradías de penitencia que existen en la ciudad se dispongan a reverstirse con la túnica de la hermandad para dirigirse –siempre por el camino más corto, claro está– hasta la iglesia para acompañar a sus titulares por las calles.
La espera –demasiado larga para muchos– llega a su fin. Y al igual que sus habitantes, también La Isla se viste de su Semana Santa. Lleva días preparando su llegada: colgando reposteros de los balcones, engalanando fachadas, afanándose en los preparativos para el montaje de los palcos de la Carrera Oficial en pleno centro, disimulando las obras del Ayuntamiento...
La Semana Santa sigue siendo la mayor celebración de San Fernando, la que más gente consigue congregar en la calle, la que más tirón tiene, la mayor puesta en escena de todas. Y todo tiene que estar a punto para dar la bienvenida que se merece un prometedor Domingo de Ramos, la jornada que se encarga cada año de abrir la puerta a una nueva Semana Santa.
Esos preparativos, ese afán que presagia el comienzo de todo, se han vivido también de un modo muy especial en el interior de los templos durante esta semana de vísperas. Los pasos de las diferentes hermandades han ido llegando día tras día desde el pasado Domingo de Pasión. Son los traslados, algunos –curiosamente– de lo más populares. Este 'desembarco' cofrade supone el primer contacto real con la Semana Santa. Y sirve además de acicate para llenar las iglesias de curiosos, ansiosos de ver cómo va tomando forma todo. El aspecto que ofrecía la Iglesia Mayor Parroquial en la jornada del Viernes de Dolores era verdaderamente impresionante. Hay ganas, de eso no cabe duda.
La del Sábado de Pasión es además, por definición, la clásica jornada de los preparativos: en el colegio de La Salle, se preparan las palmas que portarán los hebreos de la Borriquita; en la parroquia de La Ardila, se ponen las flores de Humildad y Paciencia y del palio de la Virgen de las Penas; en la Iglesia Mayor, se preparan las insignias y los cirios para los hermanos de Columna...
E, irremediablemente, se echa mano a las previsiones del tiempo que se espera para la Semana Santa. Una tranquilidad absoluta marca el comienzo. Se espera que haga bueno para los primeros días. Pero este año no escapará tampoco a la incertidumbre que amenaza a la segunda mitad de la Semana de Pasión. De nuevo toca seguir atentamente y con nerviosismo la evolución de los partes meteorológicos de los próximos días.
Un año pletórico
La Semana Santa llega además tras un año pletórico en lo cofrade para La Isla. La coincidencia de tres grandes aniversarios –250 años de la hermandad de Nazareno, 125 de Columna y 75 de Huerto– han hecho de 2018 un año de lo más especial, para recordar. A las tres salidas procesionales extraordinarias que han hecho estas tres cofradías, cada cual más popular, se han sumado actos conmemorativos de todo tipo. Especialmente sonados han sido los promovidos por la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La singular peregrinación del Regidor Perpetuo de los isleños por todas las parroquias y capillas de la ciudad en el pasado mes de junio hizo historia, desde luego.
Y también la destacada participación isleña en el vía crucis diocesano que en julio llevó a los misterios de Afligidos y Huerto a recorrer las calles de la capital gaditana. Otra excepcionalidad que nos ha dejado 2018. Puede que desde el año de la Magna no se dieran acontecimientos tan extraordinarios en el ámbito cofrade.
No han sido los únicos aniversarios. La hermandad del Ecce Homo ha celebrado también el 50 aniversario de la bendición de su itular, una efeméride que ha brindado también a La Isla la gran imagen de la Cuaresma al presidir el vía crucis del Consejo de Hermandades. Sin duda, una estampa inolvidable que se encargó de poner la proa hacia un nuevo Domingo de Ramos.
E inmerso también en la celebración de su cincuenta aniversario fundacional se encuentra el Consejo de Hermandades y Cofradías. La fecha redonda, en esta ocasión, contará con un acto central: la concesión de la Medalla de la Ciudad por parte del Ayuntamiento, que recientemente se aprobó en el pleno. Un reconocimiento más que suma la Semana Santa isleña.
Y una entidad tan importante para la Semana Santa isleña y para sus hermandades como la asociación Jóvenes Cargadores Cofades (JCC) ha puesto también recientemente el broche de oro a su 40 aniversario, que también ha estado muy presente en el año que queda atrás.
La Semana Santa que comienza
La Semana Santa que comienza hoy, por otro lado, tomará de nuevo el pulso a la relación de La Isla con sus cofradías en la calle después de que, en los últimos años, se haya insistido especialmente y de manera generalizada en el comportamiento del público y de los hermanos de fila, que no siempre es el más adecuado. Se trata de un tema a la par polémico y complicado que se hace especialmente patente en las calles del centro.
Y, como siempre, la Semana Santa que viene llegará con novedades, pequeñas y grandes. Una de las más sonadas es la restauración del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. La imagen más antigua que procesiona en la Semana Santa isleña ha salido recientemente de los talleres de Pedro Manzano, donde ha sido sometida a una cuidada intervención que ha devuelto a la histórica talla todo su esplendor. Tras varios meses en Sevilla, la imagen regresó a la capilla de la calle Patrona en el pasado mes de febrero para brillar una vez más en la salida procesional que realizará en la tarde del próximo Miércoles Santo.
Y hoy, por ejemplo, el nuevo misterio que la cofradía de Humildad y Paciencia estrenó el año pasado se mostrará sobre un nuevo monte a tres alturas diferentes que ayudará a que el conjunto se vea mejor en la calle.
Hay, además, otros proyectos que se han conocido a lo largo de la Cuaresma o incluso antes como la nueva corona que un grupo de hermanos donará a la Virgen del Amor del Gran Poder o la restauración del manto de la Esperanza que la hermandad de la Expiración se dispone a llevar a cabo durante los dos próximos años. Una clara muestra de que la Semana Santa de San Fernando y sus hermandades están más vivas que nunca. Hoy será un buen día para comprobarlo.
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