Simbología en cada rincón del cortejo

Semana Santa Cádiz 2019 | Afligidos

Afligidos sigue aumentando el número de hermanos que procesionan

‘Requiem’ y ‘La Amargura’ fueron las primeras marchas que sonaron en Sagasta

El Señor de los Afligidos y la Virgen de los Desconsuelos en su salida procesional. / Marcos Piñero

Si todo el cortejo que presenta Afligidos en la calle desde la cruz de guía hasta el paso de misterio vistiera túnica y capirote, sería la cofradía con más nazarenos de la Semana Santa de Cádiz. La hermandad que ha impuesto un severo regreso al pasado desde la nueva etapa iniciada tras la crisis que la dejó sin procesionar en 2005 pone en la calle un cortejo cada vez más simbólico. Tanto, que en ocasiones se hace incluso complicado saber qué está pasando ante los ojos de uno.

Un ejemplo es el servicio de paso, nada común ayer: abrían dos incensarios con una muy peculiar naveta de plata, luego los ciriales, dos incensarios más, el Evangelio y más incensarios, cerrando con la bolsa y las navetas. Por delante también marcharon acólitos portando faroles que flanqueaban el Simpecado, cojines con los elementos de la Pasión, o la espada y el cirio alusivos a la insignia concepcionista, entre otros muchos detalles y símbolos que cada año aumentan en un muy cuidado cortejo. Nada se coloca al azar en esta procesión del Jueves Santo.

Todo ese cortejo estaba perfectamente dispuesto entre los bancos de una iglesia de San Lorenzo que cada año se hace más pequeña ante el aumento de hermanos que acuden el Jueves Santo a acompañar a los titulares. Desde los hermanos que se incorporan a la nómina y que apenas se sostienen en pie, representados en todo un pelotón de pequeños monaguillos que encabezaba el cortejo, hasta los hermanos que no faltan a su cita y que cumplen un protocolo que incluso, en algunos casos, se remonta a anteriores generaciones. El hermano mayor de la cofradía, Ramón Velázquez, supervisaba todo el proceso de mayordomía y fiscalía vistiendo traje negro.

El párroco de San Lorenzo y director espiritual de la cofradía, Jesús García Cornejo, dirigió el rezo previo a la apertura de las puertas, que se adelantó cinco minutos respecto al horario anunciado. Y en apenas unos minutos, Sagasta era un río de capirotes de terciopelo azul que avanzaba hacia la plaza de la Libertad.

La simbología y los detalles alcanzan también al portentoso paso de misterio, con ángeles en el canasto portando elementos de la Pasión y con las medallas de la Salle y de la hermandad sanluqueña de Pusillus Grex, dos de los hermanamientos de la cofradía.

Una marcha clásica, Requiem, y otra contemporánea, La Amargura, marcaban por parte de la banda de moda en Andalucía (Rosario) los primeros metros del recorrido del paso, que tendría por delante un novedoso recorrido por Santo Cristo, Manzanares y Sánchez Barcáiztegui para buscar la carrera oficial.

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