Sueños del Cádiz cofrade

Casi todas las hermandades aspiran a ver hechos realidad proyectos que actualmente son muy difíciles de conseguir, o prácticamente imposibles

El San Juan de Las Aguas, saliendo el pasado miércoles de Santa Cruz. El sueño de la hermandad es hacerlo algún día de su sede, la iglesia del Pilar.
R.b. / J.m.s.r. / P.m.e. / M.m.a. / P-M.d.

03 de abril 2015 - 01:00

CADA cofrade tiene en sus pensamientos un proyecto que piensa que si se pudiera llevar a cabo supondría una auténtica revolución para su hermandad, una idea que entiende que la ayudaría a ser mejor cofradía y a engrandecer la Semana Santa, un sueño que aunque sabe que es casi inalcanzable, siempre está muy presente en su cabeza. Un paso nuevo, una casa de hermandad, una capilla más grande… Usted seguramente tendrá también su sueño, su gran aspiración. Hay quien tiene sólo uno, y hay quien sueña despierto con decenas de proyectos, de ideas, de estampas futuribles que aunque saben que a día de hoy apenas son posibles, no pierden la ilusión por verlas hechas realidad el día de mañana. Quien sabe si la Semana Santa que ya se nos escapa de las manos muestra hoy en la calle ideas, proyectos y utopías que soñaron otras generaciones de cofrades pensando que sería algo inalcanzable.

Sueños hay de varios tipos. Hay quien sueña en contar con un mejor espacio en el que desarrollar el culto a las imágenes titulares o en el que hacer la actividad diaria durante todo el año. Aquí se sitúa, por ejemplo, el sueño de la hermandad de Borriquita, que aunque aseguran estar muy bien acogidos y atendidos en la iglesia del Carmen tanto en Semana Santa como en los cultos que celebran durante el año, su ilusión sería contar con una sede canónica en la que poder celebrar todos los cultos y desde la que realizar también la salida procesional del Domingo de Ramos. Un proyecto que ya se planteó en su momento y que hasta ahora ha sido inalcanzable.

También en Piedad sueñan con tener una casa de hermandad propia y con todas las condiciones oportunas para almacenar el amplio patrimonio que atesora así como las dependencias necesarias para la gestión de la hermandad y para la convivencia de los hermanos durante el año.

En La Palma, por su parte, siempre han soñado con tener un buen retablo para la capilla de los titulares de penitencia; madera tallada y dorada que cobije todo el año al Cristo de la Misericordia y a la Virgen de las Penas, algo impensable en unos momentos en los que la hermandad está enfrascada en la realización del nuevo paso del Crucificado, aún en fase de dorado.

En otros casos, el sueño se limita a ver completamente restaurada y luciendo a la perfección las capillas o altares de los titulares. Es el ejemplo de la cofradía de Vera-Cruz, que aspira algún día a tener restaurada su capilla de la iglesia de San Francisco, algo que ha intentado en varias ocasiones sin que hasta el momento haya sido posible. Y también de Humildad y Paciencia, que aspira a poder restaurar algún día los altares que ocupan las imágenes titulares en la parroquia de San Agustín.

Relacionado con todo lo anterior habría que situar los sueños de dos cofradías que han tenido que cambiar de sede en los últimos años: Caído y Las Aguas. La primera aún sueña con que el proyecto de reconstrucción del colegio mayor salga adelante e incluya también la actuación en su capilla, para poder regresar a ese rincón del Parque Genovés que vio nacer a la hermandad; y eso que los cofrades del Martes Santo han sido acogidos más que bien en el templo franciscano, donde conviven perfectamente con la comunidad y con las otras dos cofradías de la casa. Pero la posibilidad de recuperar capilla propia, con lo que ello supone de independencia y libertad para una hermandad, mantiene vivo ese sueño de ver de nuevo al Caído por el Parque. Por su parte, la hermandad de Las Aguas, una vez abandonado el Oratorio y establecida en la iglesia del Pilar, sueña con el Miércoles Santo que pueda comenzar y finalizar su estación de penitencia desde el colegio de San Felipe Neri. Diversas circunstancias lo impiden actualmente, aunque el hermano mayor, José Manuel Silva, reconoce que esa es la aspiración de la hermandad, que actualmente tiene que trasladarse en Cuaresma hasta Santa Cruz para salir de allí el Miércoles Santo.

Hay sueños que implican un 'aumento' de la Semana Santa. Y esos son los sueños de Sagrada Cena y Despojado. Las dos cofradías tienen claro y así lo manifiestan sus hermanos mayores, que los sueños hoy en día de los hermanos es ver procesionando por las calles el Domingo de Ramos a sus respectivas dolorosas, María Santísima Reina de Todos los Santos y María Santísima de la Concepción. En ambos casos, los procesos de ejecución de los pasos de misterio (en el Despojado con toda la talla de canasto y respiraderos y la finalización de las imágenes que acompañarán al Señor del Amor y al romano) impiden plantear posibilidad alguna para incorporar las advocaciones marianas al cortejo procesional, algo que se ve lejano aunque se reafirman las hermandades en esa intención.

Y a las nuevas imágenes también se suman nuevos pasos. Como el que quiere hacer la hermandad de Siete Palabras, que en principio pretende estrenar el próximo año, o el Nazareno, que en unas semanas celebrará cabildo extraordinario para abordar este asunto; como el que quieren finalizar todas las que hoy en día lo están ejecutando. También fue un sueño en la hermandad de Descendimiento ver procesionar a la Virgen de los Dolores en cúpula o templete, de lo que incluso se elaboró el boceto, permitiendo así que la Virgen de la Quinta Angustia se incorpore al paso de misterio (lo cual dio un magnífico resultado en la procesión magna de 2012). En la hermandad del Caído, por su parte, cada vez son más los que sueñan con ver a la Virgen de los Desamparados procesionando bajo palio el Martes Santo. Todo hace indicar que en la extraordinaria del próximo mes de mayo podrá comprobarse cómo quedaría la Dolorosa entre varales y bambalinas, en lo que puede ser un primer paso de cara al futuro.

El sueño de la actual junta de Medinaceli, continuando con el que ya tenía la anterior, es que la Virgen de la Trinidad cuente con un nuevo palio, que ya ideó con su lápiz Fray Ricardo de Córdoba y que por el momento no se ha podido acometer.

En las Penas, después de un último año muy duro de trabajo para sacar la cofradía adelante tras la crisis interna y económica sufrida, sueñan con ver finalizado en talla, dorado, bordado e imaginería el paso de misterio -alguno soñará también con verlo completado por alguna que otra imagen secundaria que acompañe al Señor- y de poder finalizar y completar también el paso de palio junto a la confección de una nueva corona de salida para la Virgen de la Caridad.

Y a estos pasos nuevos se une también la restauración de los actuales, como pretende hacer cuando las circunstancias económicas lo permitan las hermandades de Sanidad y Humildad con sus misterios de madera dorada.

En el apartado de restauraciones, en Ecce-Homo sueñan con devolver al mejor estado de conservación posible los dos valiosos mantos que tiene el Señor de San Pablo, y en Afligidos aspiran a intervenir algún día el manto de salida de la Virgen de los Desconsuelos. Y hablando de manos, en Borriquita no pierden la ilusión de que algún día se pueda bordar un manto de salida a la Virgen del Amparo. Intención hay, incluso bocetos tiene la hermandad para acometer este proyecto. Pero de momento, sólo está en la categoría de sueño. Como tantos otros que sobrevuelan las mentes de las hermandades. Como los que usted mismo tendrá. Como los que en su día tuvieron otras generaciones de cofrades y al final se hicieron realidad. Son los sueños del Cádiz cofrade.

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