Vía crucis de las hermandades de Cádiz: Afligidos abraza la Cuaresma
La hermandad del Jueves Santo sorprende con la parihuela de sus titulares junto a Simón de Cirene y la Verónica y protagoniza un espectacular traslado por las calles de la ciudad
Así ha sido el vía crucis en imágenes
Si Cádiz puede presumir de una cosa, en términos cofradieros, es la imaginería. Y dentro de la imaginería y del patrimonio que la ciudad pone en las calles durante la Semana Santa, la cofradía de Afligidos es posiblemente una de las más destacadas, de las de mayor valía, de las que mejor habla de esta ciudad. La calidad de las imágenes, la armonía del grupo escultórico, la riqueza del bordado (vaya túnica la del Señor, que ayer se mostraba en toda plenitud), el clasicismo de su paso… De todo ello, de absolutamente todo esto, ha podido disfrutar este lunes la ciudad, para dar la bienvenida de manera contundente a una Cuaresma que parecía haberse resistido desde el pasado miércoles por una ciudad demasiado pendiente no a la otra fiesta en sí, sino a las numerosas y absurdas polémicas que ha arrastrado estos últimos días.
De este modo, como queriendo volver a poner la mirada en lo importante, en lo que aporta, en lo que beneficia a la ciudad y no en banalidades que no llevan a ninguna parte, Afligidos ha regalado un contundente espejo ante el calendario, un darse de bruces con la realidad de una Cuaresma que no podía iniciar de mejor manera.
Afirma el restaurador sanluqueño y hermano de Afligidos Jesús Guerrero -uno de los grandes artífices del conjunto que ha sacado a la calle la cofradía del Jueves Santo- que más allá de la belleza del misterio y más allá de la calle de la Amargura, Afligidos representa “el abrazo más bello de la historia de la humanidad, el de Dios a su Madre”. Y ha dicho esta noche el obispo en la Catedral, parafraseando el salmo 44, que Jesús es “el más bello de los hombres”. Así, uniendo ambas frases, no hay más que asombrarse ante tan perfecta representación gaditana del abrazo más bello del más bello de los hombres.
No ha desaprovechado Afligidos la oportunidad de ser la imagen que invitara a la ciudad a acercarse a la Catedral, a adentrarse en esta Cuaresma de 2024. La hermandad sorteó las reticencias y los miramientos para plantarse en la calle con un paso y unas imágenes que bien parecía que no cambiaba nada respecto al Jueves Santo; aunque bien poco tenía que ver con su anual estación de penitencia. El juego realizado con el canasto para acortar las dimensiones de los laterales y la composición inventada arriba para abarcar hasta tres estaciones del vía crucis tradicional (la cuarta, que es el encuentro en la calle de la Amargura; la quinta, que es la del Cirineo; y la sexta, de la Verónica) causó tanta sorpresa como admiración desde que por la mañana se abrieron las puertas de San Lorenzo.
A la exquisitez del conjunto que se plantaba a los pies del altar mayor del templo de Sagasta se le unieron los detalles. Como la medalla lasaliana que siempre tiene un sitio reservado en esta hermandad; o el lazo morado en el que podía leerse “Luz de vida” prendido del farol delantero izquierdo que era un canto a la donación de órganos por el que apostaba el Consejo de Hermandades para este vía crucis; o el guiño nada casual a la hermandad del Huerto -hermandad que comparte jornada con Afligidos- en esa cartela de Castillo Lastrucci que embellecía el costero derecho de una parihuela que buscaba la armonía huyendo de los voluminosos candelabros del paso sustituidos en esta ocasión por los faroles octogonales del paso del Nazareno (otra cofradía del Jueves Santo representada en el vía crucis).
Con puntualidad inglesa, la acostumbrada en esta cofradía que preside Ramón Velázquez, el cortejo echó a andar Sagasta arriba a las cinco y media de la tarde, llamando la atención la nutrida presencia de jóvenes (tanto de las hermandades gaditanas como en particular de Afligidos), el orden de la fila y el acompañamiento de diversas hermandades vinculadas con Afligidos (como las de San Lorenzo o las lasalianas), o el silencio que rodeó al traslado desde las aceras en un casco histórico que se llenó para la ocasión.
Este camino a Catedral ha dejado estampas muy curiosas del reducido misterio andando junto a las casas señoriales de Ancha, asomando por la plaza de San Agustín desde Cardenal Zapata o pasando por delante del Ayuntamiento; acompañado siempre del trío de capilla San Pablo y de una ensemble Stella Maris (una de las más destacadas formaciones vocales de la ciudad) que reducía sus voces a dos por la enfermedad de la tercera componente.
Tan buena carta de presentación dio paso a un vía crucis que ha llenado el interior de la Catedral, con el misterio presidiendo el altar mayor y con mayor iluminación que años anteriores. Este año han querido acompañar a las cofradías el alcalde, Bruno García, junto a los concejales Maite González y José Manuel Verdulla (del equipo de gobierno) y a Manuel Márquez (del PSOE); o la delegada del gobierno andaluz en la provincia, Mercedes Colombo, junto al delegado de Cultura, Jorge Vázquez; siendo llamativa en esta ocasión la ausencia de representaciones militares que eran habituales en este acto penitencial.
Las estaciones se fueron sucediendo, intercaladas con el acompañamiento de Stella Maris y el órgano catedralicio, hasta que el obispo diocesano, Rafael Zornoza, ha cerrado el acto tras leer la número 14. Como si se hubiera puesto de acuerdo con la Mayordomía de Afligidos, el obispo centró su reflexión en la belleza del Señor rota y a la vez ensalzada con la Pasión que se rememora en las estaciones del vía crucis. “En Cristo se encarna la belleza de la Verdad, la belleza de Dios, y abre la herida del amor. En la Cruz resplandece Su amor, y su deformidad es nuestra belleza”, ha expresado Zornoza antes de dar la bendición cuando los relojes marcaban las nueve y media de la noche.
A esa hora, y con la plaza de la Catedral rodeada de un gran ambiente, la cofradía ha iniciado su regreso a San Lorenzo; los primeros metros, por el interior de la Catedral, algo deslucidos con la parihuela a ruedas; y desde la puerta de Arquitecto Acero, recuperando el esplendor, la belleza, la solemnidad y la intimidad de un riguroso traslado con un nutrido cortejo acompañando a los titulares y una cuidada música rompiendo el silencio de las calles.
La Cuaresma parecía resistirse en la ciudad, pero este lunes ha llegado de manera rotunda, con la presencia en las calles del Cádiz de Armengual de la Mota, de Sterling, de Conrado; de la única pincelada de Castillo Lastrucci; de la señorial calle Ancha y la populosa Plaza de las Flores; de uno de los mejores exponentes que tiene la Semana Santa -el Nazareno de los Afligidos y la Dolorosa de los Desconsuelos- que han simbolizado el abrazo de toda una ciudad a este tiempo tan especial que desembocará, dentro de 33 días, en una nueva Semana Santa.
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