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Iglesia de La Palma
El ritmo de la Viña lo marcan las campanas de su iglesia. Día a día, misa tras misa, hora del Ángelus tras hora del Ángelus. Y tras medio año de inesperado silencio, la vida volvió al mediodía de ayer, cuando las campanas volvieron a sonar nuevamente. “Estaba el barrio dormido, le faltaba esta alegría que le da cada mañana las campanas”, decía ayer emocionada Antonia en la puerta de la iglesia.
Antonia es una vecina del barrio que ha vivido “cincuenta y tantos años en la calle San Félix y ahora en Rosa”. Es hermana de la cofradía, y en cuanto supo que el campanario había sido precintado buscó al hermano mayor de la cofradía (Francisco Javier Lucero) y le dio el donativo que pudo. “Luego he ido echando más en la hucha, conforme he podido, porque los que somos hermanos tenemos que ayudar cuando ocurren estas cosas”, afirmaba ayer restándole importancia a su gesto. Pero ese gesto, como reconoció ayer en público Lucero, fue el detonante para que la cofradía –y el hermano mayor en primera persona– se propusiera sacar adelante la restauración de las campanas. Los diez euros primeros que supusieron un auténtico acicate porque simbolizaban la importancia de unas campanas para un barrio como La Viña.
“Las campanas son un símbolo del barrio y forman parte de nuestra vida y de nuestra cultura”, expresó el director del área de la zona Noroeste de La Caixa, Juan Manuel Puyana. Esta entidad, junto a la Fundación Cajasol, ha asumido la mayor parte de la financiación, mostrando Puyana su esperanza por que “disfrutemos de este sonido muchos años y las campanas marquen el ritmo de una vida llena de alegría en la Viña”.
La responsable de la Fundación Cajasol en Cádiz, María del Mar Díez, quiso por su parte trasladar un mensaje a los vecinos del barrio: “toda la ciudad os quiere”. “Tras conocerse el problema con las campanas me llamó el presidente del Consejo, el alcalde, Fran González, Juancho Ortiz, la delegada de Cultura de la Junta (Mercedes Colombo)... Todos empujaron para que esto sea hoy realidad”, expresó.
Al acto de recuperación de las campanas asistieron muchos de esos representantes, además de miembros de la hermandad; y de Antonia, que con su pequeño gran gesto hizo posible esta actuación.
Además de las campanas de La Palma, la Fundación Cajasol ha sido esta Cuaresma parte imprescindible para una de las mejoras destacadas de la próxima Semana Santa. En concreto, la fundación ha financiado las nuevas estructuras de los 56 palcos de la plaza de San Juan de Dios (28 con capacidad para seis personas y otros 28 para nueve personas), haciendo posible que esta demanda del Consejo de Hermandades haya podido salir adelante, asumiendo Cajasol el coste de la infraestructura y el Ayuntamiento la mano de obra de los empleados del área de Mantenimiento Urbano.
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