El alcalde asiste al acto de imposición del bastón de mando al Nazareno
Semana Santa Cádiz 2019 | Jueves Santo
Miles de fieles visitan los templos gaditanos en una mañana nublada y con la incertidumbre de saber si las cofradías realizarán su estación de penitencia
Cádiz/Con un ojo en el cielo y otro en las imágenes están viviendo los cofrades estas primeras horas del Jueves Santo. Mientras que el Consejo de Hermandades informaba que sigue estudiando los partes y que irá informando sobre las intenciones de las cofradías que deben hacer hoy su estación de penitencia, miles de personas visitaban los templos para disfrutar de los pasos, algunos de los cuales tuvieron que quedarse ayer sin salir por culpa de la meteorología.
José María González, el alcalde de Cádiz, asistió pasadas las once de la mañana al acto de imposición del bastón de mando al Nazareno, Regidor Perpetuo de la ciudad, en la iglesia de Santa María. González, acompañado por la concejala María Romay y su jefe de prensa, José Luis Porquicho, ha recorrido el templo junto al hermano mayor, José Manuel Verdulla. Esta noche tiene previsto acompañar al Greñuo por las calles gaditanas pero en la penitencia, tal y como es su costumbre.
Otros miembros de la corporación municipal han asistido a dicho acto. Por allí ha podido verse a Fran González, del PSOE, acompañado de otros concejales, como Óscar Torres o María José Rodríguez. Juancho Ortiz, del PP, tampoco se ha perdido el acto. La imagen curiosa se ha dado cuando Juanma Pérez Dorao, del grupo no adscrito, se ha cruzado con Domingo Villero, alcaldable por Ciudadanos, que ha llegado con algo de retraso a la ceremonia junto a algunos miembros de su candidatura electoral, como Eugenio Belgrano. Los saludos, y hasta las miradas, han brillado por su ausencia.
Tras estar en Santa María, el alcalde se ha desplazado a Santa Cruz, donde junto a Juan Carlos Jurado, presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Cádiz, y los hermanos mayores de las cofradías del Perdón y Medinaceli ha recorrido el templo. En ese momento de la tarde, el filo de las doce de la mañana, el templo estaba repleto de personas. Allí, el imponente paso del Perdón, esperaba dispuesto para salir si el tiempo lo permite. Jesús de Medinaceli, imponente como siempre sobre su monte de claveles rojo, miraba hacia la puerta con deseos de enfilarla y reencontrarse con las calles del Pópulo.
Santa Cruz fue, como siempre, una de las iglesias que mayor afluencia de público registró. De hecho, a eso de la una y media de la tarde, las colas de personas que querían acceder a su interior ocupaban toda la playa de Fray Félix e incluso se adentraba en el Callejón de los Piratas.
Otro templo con muchos visitantes era San Lorenzo. Allí, Afligidos y Descendimiento estaban montados a la espera de que el primero procesione esta tarde y el segundo lo haga mañana. En San Lorenzo, templo cercano al Mercado Central, se metían muchos cruceristas que con cara de incredulidad y curiosidad miraban las magníficas imágenes.
Ramón Velázquez, hermano mayor de Afligidos, estaba sentado en las primeras filas de los bancos saludando a los fieles y pendiente de todo.
Otros cofrades intentaban entrar en templos que sin embargo mantenían sus puertas cerradas, como La Merced, San Agustín, San Antonio o Santo Domingo.
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