La capuchina hermandad del Huerto
El obispo Rafael Zornoza celebra la reapertura al culto de la iglesia de Santa Catalina, que coincide con la ‘resurrección’ de la cofradía Huerto tras el traslado de las imágenes el pasado sábado

La hermandad del Huerto sigue citándose con la historia en esta Cuaresma de 2025. Las páginas de ahora en adelante están todas por escribir, pero serán rellenadas con tinta viñera, con el olor a mar del Campo del Sur y con el recuerdo de los capuchinos que hace mucho tiempo se marcharon de la ciudad y cuyo único legado, prácticamente, es la iglesia de Santa Catalina que ayer reabrió al culto y que ahora ocupa la cofradía del Jueves Santo.
La reapertura al culto del antiguo templo capuchino supuso este jueves la confirmación de esa nueva vida que empezó a vivir el Huerto el sábado, cuando pasadas las diez de la noche se adentraba con sus imágenes titulares en la iglesia que ya es su casa. En esta Cuaresma de recuperación de sensaciones, de volver a repartir túnicas, volver a limpiar enseres, llegó también la hora de volver a montar cultos (el altar que la apretada agenda ha permitido tener) y de volver a acercarse a un paso procesional que ya está en Santa Catalina para ser montados tres años después.
La doble celebración –reapertura al culto de Santa Catalina y recuperación del culto en el Huerto– bien merecía este jueves la presencia del obispo Zornoza, que presidió el primer día del triduo de la cofradía.
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