Y el cielo se abrió por fin
Miércoles Santo
Las cofradías sólo tuvieron que preocuparse de sus cortejos y de los horarios en una jornada sin apenas riesgo de lluvia y que sirvió para completar el primer día de esta Semana Santa.
SE acabó mirar al cielo. Ha tenido que pasar un Viernes de Dolores y tres días de Semana Santa para que al fin se viviera una jornada completa con todas las hermandades en la calle. Un Miércoles Santo azul, como los hábitos de Las Aguas para ponerse a tono con el cielo. Los partes no descartaban del todo la lluvia, pero la minimizaban a un 10%, o lo que es lo mismo, opciones casi nulas de que apareciera la lluvia.
Y cuando no aparece el agua ya hay que empezar a fijarse en otros asuntos, como por ejemplo los eternos cortes que hay en la Semana Santa de Cádiz que llegó a superar los 20 minutos en el espacio que hubo entre Cigarreras y el Caminito sin razón aparente. Lo curioso es que estos cortes se produjeron sin que hubiera cruces de caminos entre las distintas cofradías, como sí puede ocurrir por ejemplo en otras jornadas como el Domingo de Ramos y el Lunes Santo.
Pero después de los días que se habían pasado eso ya eran puras minucias. Las hermandades se tenían que preocupar de lo que le corresponde, de hacer estación de penitencia, de llevar ordenados sus cortejos, que los pasos lleguen bien y vayan lucidos. Lo que parece normal y que en esta Semana Santa no estaba siendo lo habitual.
Los abonados a las sillas de la calle Ancha vieron en una jornada más que en las tres anteriores, donde sólo habían pasado Borriquita, Prendimiento y La Palma, las dos primeras a toda pastilla para llegar cuanto antes a sus respectivos templos. Todo esto se tradujo en que esta calle que sirve para fin de la carrera oficial se encontraba atestada de gente y por fin pudieran disfrutar de una gran jornada.
Una jornada en la que las hermandades que fueron entrando en la Catedral para hacer su estación de penitencia se encontraron con los restos del naufragio en el que se convirtió el Martes Santo, es decir, con los respectivos pasos de Ecce Homo y Columna que se tuvieron que quedar en la Catedral a la espera de que regresen a sus templos el Sábado Santo.
La tarde de las gafas de sol y los paraguas a buen recaudo en casa dejó el guiño de la cofradía de Las Aguas a las víctimas del atentado terrorista de Bruselas o el que tiene cada año la hermandad de las Cigarreras frente a la antigua fábrica de tabacos, pese a que esta ni siquiera sea ya fábrica ni tampoco exista la nueva.
Fue una jornada de recorridos casi idénticos que amplia 'la carrera oficial' a calles como San Francisco o Pelota. La plaza de San Juan de Dios se convirtió en un lugar central con la caída de la noche, porque tras Caminito, fueron llegando al filo de la medianoche Las Aguas, Sentencia y Cigarreras a ritmo normal, nada que ver con las prisas que se habían vivido durante las jornadas anteriores cada vez que hacía acto de aparición el agua.
El sol vino acompañado de buena música, como la que deja la Banda del Rosario que procesiona tras el misterio de Sentencia, que pese a ser gaditana es la única jornada en la que se puede escuchar a uno de los mejores grupos que hay en toda Andalucía.
Fue la tarde del barrio de Santa María como preludio a lo que viene hoy con el Nazareno, con Cigarreras y Sentencia en la calle, y Las Aguas anticipando también la gran noche de Santa Cruz. Frente a todos ellos la austeridad absoluta de Caminito.
Y cuando en una jornada todo empieza a discurrir con normalidad, hay menos tensiones entre los integrantes de los distintos cortejos y también en el propio Consejo Local, que tiene que limitarse a seguir el guión establecido. Esperemos que lo de hoy sea un preludio para lo que queda de aquí al final y poder quitarse el amargor de los primeros días.
Las Aguas
La música fue protagonista en el desfile procesional
Por los que están, por los que no están y por los que estarán. Tarde de emociones en Santa Cruz con la salida de Las Aguas. Llevan a hombros el paso de la Virgen de la Luz tres hermanos Manzano Vía: Agustín, Manolo y José Antonio. En el recuerdo, su hermano Juan José, fallecido el año pasado poco después de Semana Santa. A él dedicaban su esfuerzo. Ante el paso de misterio, el capataz, Gerardo Navarro, mece en sus brazos a su nieto Alejandro. Ambos son bendecidos por el padre Ignacio Sánchez, anterior director espiritual de la hermandad. El sentimiento se traslada al paso de palio, donde la primera levantá la realiza Francisca de las Casas, madre del capataz, Andrés Cano. Hay lágrimas. Y escalofríos. Nadie escapa a la emoción.
Y todo ello en medio de un ambiente de lo más cofrade. Se organiza el cortejo mientras ultiman sus pasos las cofradías que deben procesionar aún desde Santa Cruz como Perdón o Medinaceli. El hermano mayor, José Manuel Silva, se congratulaba de ese escueto 10 por ciento de probabilidades de lluvia. A su lado se prepara la representación de la Policía Local, hermana honoraria de la cofradía, que desfiló ante el paso de misterio. También se hallaba la representación del colegio San Felipe Neri, en cuya capilla, la de El Pilar, tiene esta corporación su sede canónica.
El primer paso, el de San Juan Evangelista, alcanzaba el empedrado de Fray Félix sonando la marcha ‘La Dolorosa’. La música tuvo un papel importante ayer en la estación de penitencia de la hermandad gremial. La Agrupación Musical Polillas había preparado por primera vez la marcha ‘Cristo de las Aguas’ para tocarla al salir el misterio. Esto iba a suponer una agradable sorpresa para la junta de gobierno, que no tenía constancia de este hecho. Y en la plaza de El Palillero se iba a estrenar una marcha a la Virgen titulada ‘La luz de tu mirada’, compuesta por Óscar Mosteiro e interpretada por la Asociación Filarmónica de Conil.
El palio, con la Virgen de los brazos abiertos, llevaba un crespón negro por las víctimas de los atentados de Bruselas. Andaba después de salir de la Catedral Vieja acompañada por la marcha ‘Luz y Aguas’. En tres cuartos de hora había puesto la cofradía el cortejo en la calle.
Sentencia
Una delicada maniobra para la salida del misterio
Sentencia suena a cornetas que enamoran, que ponen los vellos de punta desde que en pasacalles suben Merced arriba hasta que comienza la perfecta sincronización entre el trabajo de los músicos y de los cargadores del paso de misterio. Es tan destacado escuchar a Rosario tocando al estilo que se ha forjado en estos años como agridulce el sinsabor que queda al saber que sólo están en Cádiz el Miércoles Santo. Ayer volvieron a dar una lección de tamborería y corneteo tras el enorme misterio de la Merced, muy logrado en su exorno floral (color cardenalicio, dice la madre de dos pequeños en el interior del templo). Es un gusto contemplar el delicado trabajo que la cuadrilla de Quico Gallardo hace en la salida; el paso va portado a hombros hasta la puerta y luego sale a brazos, en una complicada maniobra pero muy agradecida entre tanto patín y tanta rueda. Túnica roja para el Señor, en cuya presidencia marchaban representaciones del Nazareno, Siete Palabras, la Merced y la Salle. También figura el párroco y director espiritual de la cofradía, Balbino Reguera, que previamente ha pedido perdón “por aquellos que llevan una vida incoherente, por los que se acercan a la comunión sin espíritu, por los insultos, por los pecados contra la vida de los seres humanos” y por otra serie de desagradables hechos y sucesos relacionados con la propia Iglesia.
Sentencia es también cofradía de mantillas. Y si alguna vez pudiera parecer que esta especie estaba en extinción, en los últimos años ha dado tal vuelco la situación que hasta cuesta creer que una hermandad tenga tantas varas para entregar a la amplia representación de mujeres ataviadas con esta prenda -cuya presencia en los cortejos procesionales es de dudosa conveniencia, todo hay que decirlo- que ayer acompañaron al palio del Buen Fin. Las mantillas al poder, y ayer marchaban Merced abajo una veintena de ellas.
Y Sentencia es también un palio siempre profusamente exornado, exhuberante de flores (ayer a base de calas blancas) y acompañado por la banda puertorrealeña de Pedro Álvarez Hidalgo. 25 años ha cumplido la formación tras la Virgen del Buen Fin, por lo que su director, Gabriel Vadillo, fue invitado ayer a dar el primer martillazo de la tarde. Casi una hora después de salir la Cruz de Guía, a los sones de Rosario en Tus varales se ponía la cofradía completa camino de Catedral.
Cigarreras
La antigua fábrica de tabacos de un pasado no tan lejano
El prior de los dominicos, fray Pascual Saturio Medina, bromeaba con los penitentes más pequeños en las puertas de Santo Domingo justo antes de salir Cigarreras a la calle. Dice que en la Catedral les van a dar un buen bocadillo cortesía de no sé quién. Es de los pocos ruidos que se escuchan en esta iglesia conventual. Los cortejos se forman en el claustro y en el templo apenas se escucha nada. De pronto, como de la nada comienza el movimiento y la cofradía se forma para salir. En la salida coinciden Pablo Ceballos, que como cada año, acude a su cita orgulloso de ser uno de los hermanos más antiguos de Cigarreras. En la puerta de salida con sus muletas pasa la hora entera disfrutando de su momento. Muy cerca de él el sacerdote Rafael Iglesias Calvo, pregonero este año de la Virgen de la Esperanza de Cigarreras dispuesto a dar la primera levantá del palio. Al igual que Pablo Ceballos, Iglesias ha nacido y crecido sabiendo lo que es esta cofradía porque desde muy pequeño se ha criado al amparo de la antigua casa de hermandad, de la que su tío fue el mayordomo.
Salud para todos, el Cristo de Cigarreras está en la calle: José David Martín Santana saca el paso con gran pericia pese al poco hueco que tiene por cada lado. Este año no está en la cuadrilla el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, que el año pasado se metió en el pozo a hacer el recorrido. Un año tuvo que ser suficiente porque ayer se quedó fuera, aunque dicen que ha estado muy cerca de la cuadrilla en todo momento.
Al paso lo recibieron en la calle reservistas del Ejército de Tierra que lo acompañarían con paso marcial durante todo el recorrido, al igual que lo hicieron miembros de Infantería de Marina con el paso de la Virgen de la Esperanza.
Salud y Esperanza y Amén fueron las dos marchas que se interpretaron para ir andando por el Compás de Santo Domingo. El palio, por su parte, lo hizo con Virgen de las Cigarreras y Ave María camino de la antigua Fábrica de Tabacos a la que tanto estuvo unida.
Caminito
Su salida, una de las singularidades de la Semana Santa
Para quien no lo conozca, la organización del cortejo de la cofradía de El Caminito es una de las grandes curiosidades de la Semana Santa de Cádiz. La ‘culpa’ la tienen las escasas dimensiones de la capilla donde se venera la Virgen de las Angustias en Isabel la Católica. Allí, en mitad de la calle, mucho antes de la hora prevista para la salida, se montaba el paso. En la iglesia del Corpus Christi del convento de las Carmelitas Descalzas, en la plaza de Argüelles, tras la misa se formaba el cuerpo de penitentes, que se incorporaba a la calle delante del paso, que esperaba ya en la esquina para bajar por la calle Honduras. Tras los penitentes, se organizaba la penitencia, que se había formado en la sala Central Lechera. Quedaban todavía los monaguillos, que se sumaban al cortejo en la calle Costa Rica, en el Rebaño de María, donde volvieron a cantar las monjas al pasar el portentoso grupo escultórico de la hermandad, acompañado, como es tradicional, por una representación de la Policía Nacional. El paso estrenaba ayer el plateado de los cuatro candelabros.
Esperando al cortejo no había excesivo público en el barrio de San Carlos. Hacía frío en el espacio abierto de la Alameda. El hecho de que las otras tres cofradías de la jornada estuvieran concentradas en poco espacio en la carrera oficial y fuera difícil presenciar sus desfiles hizo que un gentío se trasladara luego para ver el Caminito, muy arropada ya desde Manuel Rancés.
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