La crónica del vía crucis de Cádiz 2025: Un vía crucis iconoclasta
Por primera vez desde que el rezo de las estaciones se realiza en la Catedral no hay imagen presidiendo el acto
Caminito suspendió el traslado por el mal tiempo
Digamos que la Semana Santa de cada año tiene tres anuncios. El visual ya lo vimos, el pasado enero, con el cartel de Raúl Berzosa. El espiritual se celebra cada año el primer lunes de Cuaresma, que es como un arreón a la ciudad para que se meta de lleno en lo que está por venir. Y el tercero será el oral, con el pregón del 6 de abril. De esos tres anuncios, el protagonismo más claro de las cofradías, el único con imágenes titulares presentes, es el vía crucis.
Atendiendo a esto, se puede afirmar que el mal tiempo sigue cebándose con las cofradías de penitencia. Destrozó, en lo que a cofradías se refiere, la Semana Santa de 2024, con muy pocos pasos en la calle; y el primer acto con hermandades en la calle de cara a la Semana Santa de 2025, el vía crucis del primer lunes de Cuaresma, quedó también marcado por la lluvia, la que impidió la salida de los titulares del Caminito, llamados a presidir el vía crucis.
Por primera vez desde que el vía crucis se celebra en el interior de la Catedral, tuvieron que rezarse las estaciones sin ninguna imagen presidiendo el altar mayor. El único precedente de lluvia en el primer lunes de Cuaresma, en el año 2013, se solucionó celebrando el rezo de las estaciones en la Catedral Vieja, donde la imagen de Sanidad pudo así presidir este acto penitencial. En otras ocasiones, la lluvia ha dado ciertas treguas que han permitido realizar los traslados, o bien las cofradías han tirado de plásticos para llevar a sus titulares hasta la Catedral. Pero por primera vez, en este 2025, y después de una horrible Semana Santa de 2024, la lluvia volvía a hacer de las suyas y obligaba a rezar el vía crucis sin imágenes ni parihuelas.
El único consuelo que quedaba en la Catedral era la cruz de Columna, esa joya patrimonial de la Semana Santa y de la ciudad procedente de México que rescataron Pilar Morillo y Álvaro Domínguez el pasado año pasado y que durante todo este 2025 presidirá el Año Jubilar en el principal templo de la diócesis. En este caso, ha presidido el vía crucis.
La ausencia de imágenes dolía además doblemente, ya que el mal tiempo privó a los cofrades y a la ciudad entera de disfrutar de una Virgen de las Angustias nunca vista antes; una especie de reinterpretación del Caminito. Una nueva Piedad para Cádiz salida de las manos de Juan Carlos Romero, que hizo de las suyas para regalar una impronta que desde luego será histórica y que también sin duda ha abierto un debate sobre la estética que debe prevalecer en el valioso conjunto escultórico de las Angustias. Y es que cuando parecía que el debate radicaba entre la imagen original, de talla, o la imagen con manto, surgió ayer esta nueva representación. ¿Debemos volver a verla así este próximo Miércoles Santo? ¿Debe ser algo que quede para la ocasión extraordinaria que era presidir el vía crucis del primer lunes de Cuaresma?
Respetando los colores de la talla original (saya roja, manto azul con vueltas blancas), uno de los artistas cofradieros más reputados logró dar a la Dolorosa una impronta que desde primera hora de la mañana llamó la atención de quienes se acercaban a la capilla de Isabel La Católica y también de quienes recibían las fotografías de Jesús Patrón, otro artista siempre dispuesto para las hermandades, en sus teléfonos móviles o en redes sociales.
La vestimenta de la Virgen parecía dar más énfasis al dolor de una Madre que sostiene en brazos a Su Hijo muerto; la disposición y el ángulo del puñal (de la colección del propio Romero) pareciera que realmente se estaba clavando en el pecho de Angustias; y el aro de estrellas, en lugar de la corona habitual o de la diadema con que se ha visto también en otras ocasiones, remataba una estampa para la posteridad.
Todo ello sustentado sobre una parihuela de dos pisos (respiraderos y canasto) de orfebrería llegada desde La Rambla, iluminada con cuatro candelabros también de orfebrería y exornada con el San Nicolás de Bari de plata que tiene la hermandad y con algunos ángeles salidos este primer lunes de Cuaresma del retablo de la capilla.
Nada de esto pudo evitar que minutos antes de la hora prevista para el traslado de la cofradía a la Catedral (las seis y media de la tarde) la junta de gobierno, junto a la permanente del Consejo, tomaran una decisión a todas luces inevitable: la Virgen no podría salir de la capilla, el vía crucis se haría este año sin imagen cofradiera que congregara a la ciudad y a sus cofradías en la Catedral.
El vía crucis
Y la ausencia de imagen en las calles se notó en el interior de la Catedral, con mucho menos público que años anteriores. Lo concurrido que estaba por la tarde la capilla de Isabel La Católica y sus alrededores contrastaba con una Catedral con muchos huecos vacíos, muchos bancos sin ocupar. Y es que a la ausencia de anuncio previo por las calles, de imagen que invite al pueblo a acudir a la Catedral, se unía el mal tiempo, con un fortísimo viento y unas bajas temperaturas que junto a la amenaza constante de la lluvia eran rotundas invitaciones para quedarse en casa y, si acaso, seguir el rezo de las estaciones a través de las televisiones locales que lo retransmitieron en directo (Onda Cádiz y 7 TV).
A la hora prevista, ocho de la tarde, comenzó el rezo de las estaciones, presidido por el obispo Rafael Zornoza, con los lectores en el altar mayor y con un primer banco de autoridades (sin uniforme militar ni civil alguno, en esta ocasión) ocupado por el alcalde, Bruno García; la delegada del gobierno andaluz, Mercedes Colombo; las delegadas territoriales de Economía (Inmaculada Olivero) y Cultura (Tania Barcelona), los concejales de Cultura (Maite González) y hermandades (José Manuel Verdulla) y el también concejal del PSOE Manuel Márquez.
El rezo de las estaciones y las reflexiones ideadas para cada una de ellas tuvo en cuenta factores especiales, como la Dana del pasado mes de octubre; y, como no, el Año Jubilar de la Esperanza.
En esto último se centró el obispo en su exhortación final, en la que invitó a vivir la Cuaresma “no con espíritu triste, sino con un espíritu nuevo de quien ha encontrado en Jesús el sentido de la vida, como la vivía San Pablo, que dijo que había renunciado a todo para conocer a Jesucristo”. La Cuaresma -quiso precisar Zornoza- es “un tiempo siempre de Esperanza, como recordamos especialmente en este año jubilar”. Invitó el obispo a los asistentes a vivir la Cuaresma “como un camino de liberación, porque la fe sigue siendo el sostén del alma”; y en este Año de la Esperanza, invitó también a “salir de la parálisis espiritual en la que estamos a veces”. “Hay que preguntarse si estamos en camino o vivimos estáticos, con miedo, o satisfechos en la zona de confort, acomodados en una fe sin compromiso, sin exigencias, con poca entrega. Hay que superar la autosuficiencia para vivir en una entrega esforzada gratuita, porque la muerte ha sido transformada en victoria”, animó el obispo antes de dar la bendición que daba por finalizado este vía crucis iconoclasta.
Eran minutos antes de las nueve y media de la noche; y poco después, cuando el cortejo del Caminito debiera estar recorriendo las calles del centro de la ciudad si hubiera salido, cayó un nuevo chaparrón que, a buen seguro, alivió a los cofrades que tomaron la decisión de que el vía crucis de este año se celebrara sin la nueva Piedad que ha descubierto Cádiz este primer lunes de Cuaresma.
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