La fuerza del Rosario
La Tribuna Cofrade
La Patrona ha sido bajada de su camarín en Santo Domingo estos días, en el momento más oportuno
El Nazareno del Amor coincidirá en su restauración con las dolorosas de Columna y La Palma
Hay gestos que parecen sacado del Manual de cómo hacer las cosas, capítulo Epidemias. Símbolos que parecen responder a una especie de fórmula aprendida. Acciones que parecen hechas para que encajen a la perfección en un contexto determinado, como encaja a la perfección el Cristo de la Humildad y Paciencia en ese paso firmado por el triunvirato Fernández del Toro, Pérez Calvo y Ortega Brú que dicen que inspiró al de la Macarena, o como encaja a la perfección Ramón Velázquez cada Lunes Santo el palio de las Penas en el túnel de compañía, cargador fuera, perilla por debajo del balcón y candelabro de cola rozando la fachada del Seminario. Así, como un guante, ha encajado esta semana (hasta hoy, si tiene oportunidad) lo que ha ocurrido en Santo Domingo con la Virgen del Rosario. Porque si algo ha quedado demostrado en estos meses de dolor, de aislamiento y de miedo es que la gente necesita de sus imágenes, ansía ese contacto físico; el que va todos los viernes a Santa María, todos los viernes; el que acude una vez al mes, una vez al mes; y el que sólo se planta delante de sus imágenes el día de la salida, pues ese día. Pero todos necesitan de ese contacto físico, máxime cuando acabamos de atravesar una de las epidemias más duras que se recuerdan, algo de lo que posiblemente tardaremos tiempo en darnos cuenta.
La Virgen del Rosario, la Patrona de la ciudad, la alcalde perpetua, ha bajado esta semana de su camarín, como hace cada año por Pentecostés. Pero como pocas veces haya hecho tanta falta. La Patrona baja en estas fechas para celebrar el triduo de Pentecostés y luego subir al paso de cara a la fiesta del Corpus. Por eso, lo normal hubiera sido que los dominicos y la archicofradía hubieran decidido no bajarla este año que no hay procesión de Corpus. Pero seguramente este año sea el que más se necesite a la Patrona cerca de la gente, o que la gente sienta cerca a su Patrona. Y eso que no viene recogido en ningún manual ni fórmula secreta lo han entendido a la perfección en Santo Domingo; y le han regalado unos días de reencuentro de la gente con la Virgen del Rosario. Esa a la que el obispo fue a pedir al principio de la pandemia por una ciudad que ha vivido con cierta distancia la tragedia del coronavirus. Esa que no necesita de alcaldes ni maceros el 7 de octubre para que la ciudad la sienta Alcaldesa Perpetua, como refleja el fajín blanco que luce, y siga acudiendo a Santo Domingo como tantas veces ha hecho a lo largo de su historia.
La Patrona preside estos días el santuario dominico desde los pies del altar mayor. Y lo hace además con las mejores galas que tiene, en otro rotundo gesto de los frailes y los cofrades del Rosario. Como iría cualquier madre a reencontrarse con su hijo después de una tragedia mayúscula. Como acudiría una alcaldesa al encuentro con sus ciudadanos. Con ciudadanos como Arturo o Manuel, que han perdido a sus seres queridos sin haber podido despedirse de ellos como Dios manda; o como Paco o Pablo, que han visto la peor cara del coronavirus a través de sus pantallas protectoras en la UCI del Puerta del Mar; o como el abuelo que respira feliz de no haber sido contagiado pero roto de dolor por haber perdido el contacto directo con sus nietos. Por no hablar de aquellos que necesitan ahora un trabajo, o peor aún, un pan que llevar a la boca de su familia después de que el coronavirus haya arrasado sus vidas como un maremoto.
Tantas y tantas personas, tantas muestras de dolor, de gratitud, tantas peticiones hacen que este año fuera más necesario que nunca, posiblemente, que la Virgen del Rosario bajara a encontrarse con su gente en estos días de mayo en los que la normalidad cobra cada vez más fuerza. Justo cuando el Papa Francisco invoca al rosario como símbolo de unidad, de fuerza y de cercanía con los que sufren, en Santo Domingo aparece la Patrona vestida con sus mejores galas, recordando su condición de Patrona, Alcaldesa Perpetua y Medalla de Oro de la ciudad que en marzo pidió protección a sus pies y que hoy reza ante Ella.
Fernández Jaldón
El trabajo y el cariño hacia las hermandades, sobre todo por la de Borriquita que vio crecer y hacer fuerte y vivió hasta sus últimos días, se ha reflejado esta semana tras conocerse la pérdida de Manuel Fernández Jaldón. Pese a que hacía años, más de una década, que ya no estaba en la vida activa de las hermandades, su recuerdo seguía muy presente. Y es que con Fernández Jaldón se marcha otra de las piezas clave para entender la Semana Santa que hemos heredado hoy. Descanse en paz.
El Amor
Overbooking en el taller de Pilar Morillo y Álvaro Domínguez. La semana próxima se retirará del culto, con destino a la casa de estos restauradores, la imagen del Nazareno del Amor. Coincidirá en los próximos meses con la Virgen de las Lágrimas de Columna y la Virgen de las Penas de La Palma. El hecho, desde luego, más que anecdótico es histórico.
Pintura
La que estos días ha hecho pública el reconocido pintor Cecilio Chaves de la Virgen del Caminito. La calidad de la obra y el guiño cofradiero del autor demuestran que en Cádiz hay pintura para rato, que no es cosa del pasado y que incluso cobra más fuerza en estos últimos tiempos. Esperemos saber aprovecharlo.
Los tramos
Primer tramo. Impresionante el testimonio de devoción el pasado domingo a las puertas del santuario de María Auxiliadora. Segundo tramo. Empiezan esta semana las devoluciones de túnicas. Clave para que las hermandades sepan cómo les va a afectar el coronavirus a nivel económico. Tercer tramo. Los Wasaps. El primero: “Me dicen que Servitas ha contratado a Maestro Tejera para el próximo año”. El segundo: “Estandarte fue la revista de los cofrades de Cádiz donde tanto aprendió mi generación”. Y el tercero: “Ana Rey también piensa que Mayor Dolor es de Luis Salvador Carmona”. Cuarto tramo. No tendrá el hermano mayor quien lo acompañe de la mano el próximo Martes Santo. Desgarradora pérdida de la cofradía de Columna. Quinto tramo. ¿Qué pasará con el culto en la Fase 3 y después de ella?
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