El lamento de las bandas de Cádiz con el Ayuntamiento: “Ya era hora”

Los pasacalles de las formaciones musicales gaditanas anunciado para los días 1 y 2 de diciembre, revestido de encuentro de bandas, tiene ciertos tintes de chapuza e improvisación; pero es un inicio, o quiere serlo, de una relación que siempre debió existir entre el Ayuntamiento y las bandas pero que hasta el momento no se había producido. “Ya era hora”, ha sido el lamento que uno de los responsables de las formaciones gaditana (Óscar Albiol, de la agrupación Ecce Mater) no ha podido dejar escapar en la presentación de esta iniciativa que se desarrollará el próximo fin de semana en Cádiz.

Esas palabras de Albiol, asentidas por los demás, reflejan la indefensión y el trato prácticamente nulo que han recibido este tipo de formaciones. “Siempre nos hemos visto desamparados por la parte institucional, no solo desde el punto de vista económico, sino para organizar cualquier cosa”, explicaba el director de Ecce Mater, que reconocía que poder llamar al Ayuntamiento y ser atendido “vale más que los 6.000 euros” que han recibido ahora de ayuda cada formación.

“Llevábamos años demandando esa ayudar”, añadía el director de Rosario, Sergio Figueroa, que reconocía que en la trayectoria de una formación musical “se pasan momentos complicados, incluso para ensayar”. Ahí están las noches de frío, lluvia y mal tiempo; y los ensayos suspendidos por la llegada de la Policía ante la denuncia de cualquier vecino por molestias del sonido de los tambores, las cornetas y el resto de instrumentos.

Y es que las bandas han tenido siempre cierto tratamiento de estar molestando, porque la música que interpretan es considerada por las ordenanzas como ruido, porque es muy difícil acceder a un local que reúna condiciones (acústicas y de espacio) que requiere una formación de varias decenas de músicos, cuando no más de un centenar (como le ocurre a Rosario). “Las agrupaciones ofrecen mucho y reciben poco”, resumía el director de Polillas, Federico Millán, poniendo en valor la “labor diaria” que realizan estos grupos “en el fomento de la música, de la cultura y del patrimonio”.

En esta misma línea, Albiol hablaba de “alrededor de 400 músicos, muchos de ellos jóvenes”, que se reúnen a diario en Cádiz “no solo para aprender música, sino también disciplina y valores”. “No sólo tocamos detrás de los pasos o en un concierto”, añadía el director de la agrupación de La Salud, Juan Cillán, que al igual que el resto ve en esta ayuda municipal y en los pasacalles organizados -casi improvisados- para los días 1 y 2 de diciembre “un punto de inflexión” y “una oportunidad” para mejorar su relación y para que la ciudad se beneficie de ello.

“Podemos hacer muchas más cosas, y la ciudad también lo demanda”, apunta Sergio Figueroa. En el horizonte, celebrar un encuentro (real y dignamente organizado) en el entorno del día de Santa Cecilia, Patrona de la Música; o alguna convocatoria musical en la Cuaresma.

“Vamos a seguir haciendo cosas”, ha garantizado la concejala de Fiestas, Beatriz Gandullo, posiblemente en respuesta a ese “ya era hora” que lamentaban los músicos.