El mes de la elegancia

Septiembre avanza entre rebrotes, vuelta a los colegios e incertidumbre sobre cómo será el otoño y el invierno; y, lo que más preocupa a los cofrades, cómo será la primavera de 2021. Y mientras la ciudad recupera la normalidad que de alguna forma altera un julio y agosto plagado de turistas y visitantes, este mes que ha superado ya su primer tercio se promociona con discreción y en silencio como el mes de la elegancia. Septiembre es para las devociones marianas como los viernes de Cuaresma para los cristos; bien merece la pena perderse en estas tardes cada vez más frescas por las iglesias de la ciudad y contemplar los altares que se están levantando (con excepciones) en honor de la Virgen. Vaya mérito tienen las mayordomías, que ni por ser verano o por las dificultades económicas que acompañan a la situación generada por la pandemia restan un ápice a cualquier culto de los cada vez más completos calendarios morados. Ahí está la Reina de Todos los Santos de La Cena, Angustias de Ecce-Homo o Dolores de Servitas, por citar tres ejemplos de la elegancia a la que nos hemos acostumbrados cuando se celebra un triduo, septenario o novena en la ciudad. Y eso por no hablar del afán por conservar y seguir mejorando el patrimonio, que ha generado el estreno de hasta dos sayas bordadas en este septiembre (Lágrimas de Columna y Penas de La Palma), además de una corona (para la Dolorosa de Columna), varias piezas de joyería o un pañuelo con el que se simboliza el Dolor de la Virgen al que rinden culto las hermandades.

Septiembre está cargado de cultos a María, por su Natividad, por el Dulce Nombre o por los Dolores. Y esto se traduce en cultos y altares que hacen de este mes uno de los más elegantes en el plano cofradiero.

San José

La coronación del titular de la parroquia de extramuros se ha visto afectada de lleno por la epidemia del coronavirus, pero aún así la comunidad que dirige Alfonso Gutiérrez sigue solventando obstáculos. La última novedad, después del cambio de fecha, es que la imagen será finalmente coronada en la Catedral (a las doce del mediodía del 31 de octubre) y no en el templo de la Avenida, como iba a ocurrir en un principio. Las limitaciones de aforo derivadas del coronavirus han motivado este cambio. El día 2 de octubre se presentará cartel y el himno, compuesto por Luis Manuel Rivero.

Restauraciones

Las que están realizando de manera exitosa la pareja formada por Pilar Morillo y Álvaro Domínguez. La reposición al culto de la Virgen de las Lágrimas de Columna confirma que dominan a la perfección algo tan sensible como la restauración de una imagen titular de una cofradía, llegando hasta donde hay que llegar en una intervención para bien de la imagen (que hay restauraciones que apenas tocan a la imagen) pero sin variar un ápice la impronta de la talla. El trabajo con Lágrimas es magnífico, como fue espectacular el que se presentó hace un mes de la Virgen de las Penas. En el taller sigue ahora el Nazareno del Amor, pendiente de concluir otra esperada intervención. Han tenido suerte las cofradías gaditanas en encontrar a estos médicos de cabecera de las devociones de la ciudad. Enhorabuena.

Cabildos

Los que sí se están desarrollando en estos meses (esos que no han obtenido la extraña prórroga concedida durante el estado de alarma a varios hermanos mayores excluyendo a sus respectivas juntas). En principio, todos los procesos marchan con absoluta normalidad y con una única candidatura por cofradía, lo que hace pensar que la renovación de las juntas se producirá sin grandes obstáculos. Ya solventó su cabildo Las Aguas, donde José María Ocas será nuevo hermano mayor; y Sanidad, donde el viernes fue elegida hermana mayor María del Carmen Castro. Las próximas citas serán las de Humildad y Paciencia, donde David García opta a la reelección el día 25; y Expiración, Siete Palabras y el Carmen, que coinciden en convocatoria el sábado 26. Por su parte, en La Cena han solicitado una prórroga de un año a la actual junta que preside Benjamín Muñoz. Suerte a todos.

El cartel

Con satisfacción generalizada y mucho interés se ha acogido la designación de Luis González Rey como cartelista de la Semana Santa 2021. Una nueva pintura anunciará, por tanto, las procesiones del próximo año; en este caso, de la mano del artista gaditano de mayor proyección en el mundo de las cofradías, autor de un buen número de imágenes que vemos en las calles cada año y de incontables restauraciones e intervenciones que prácticamente alcanzan a la totalidad de hermandades de la ciudad. La designación es, cuanto menos, merecida como reconocimiento a la trayectoria de González Rey, que ya ha dejado años atrás grandes carteles pintados. Enhorabuena.

Vía crucis

Elegido el cartelista, y ‘prorrogado’ el pregonero (Andrés García Requejo) tiene ahora el Consejo que resolver la designación del vía crucis, cuya celebración en el formato habitual es a día de hoy una gran incógnita. ¿Nombrarán a una imagen con el riesgo de que finalmente haya que suspender el culto del primer lunes de Cuaresma? ¿Optará el Consejo por anunciar otro formato para 2021 a la espera de que la epidemia remita y en 2022 pueda volver a celebrarse el rezo con normalidad? Varias son las hermandades que están a la espera de que Jurado y su equipo se pronuncie al respecto.

San José

Se están planteando nuevos cambios respecto a la coronación prevista para el próximo mes de octubre, que estará muy condicionada por la pandemia.

EL DETALLE. Un angelito llamado Paula

Ya era un pequeño ángel entre los hermanos de Columna cuando caminaba el Martes Santo de la mano de su tío revestida con su túnica morada, siempre sonriente. Y desde ahora, ese ángel no se separará de su Virgen de las Lágrimas. Esas lágrimas que tanto se han derramado desde su pronta marcha y a las que ahora se aferra con fuerza su gente desde que el pasado jueves volvió la Virgen a San Antonio. El nombre de Paula quedará para siempre unido al regazo de la Virgen de las Lágrimas, a la misma que acompañaba cada Martes Santo de la mano de su tío y que a partir de ahora tendrá siempre a su lado. Vaya manera de testimoniar que Paula está en buenas manos, en las mejores, convertida en un pequeño angelito que levanta una sonrisa al que lo contempla y que juguetea junto a la Virgen. En el peor de los momentos, en la mayor de las durezas que alguien pueda imaginar, las devociones son el brazo al que agarrarse como el recuerdo de Paula se agarra al pecho de la Virgen de las Lágrimas. Para eso también juegan un papel fundamental las hermandades.