La Tribuna Cofrade
El peso de las cofradías de Cádiz
La Tribuna Cofrade
Los hermanos de Sentencia están de enhorabuena. Desde hoy verán a su Cristo presidir un retablo hecho a su medida y necesidades, levantado en el crucero de la iglesia de la Merced y bendecido para la posteridad. No es fácil en estos tiempos adentrarse en un proyecto como el que está desarrollando esta cofradía del Miércoles Santo, que ya tiene en la hoja de ruta construir otro retablo para la Virgen del Buen Fin. Muchos habrán sido los cofrades de esta hermandad que hayan soñado con rezar algún día a su titular frente a un digno retablo de madera como proliferan por las iglesias de la ciudad tanto como se perdieron en la maltrecha iglesia de la Merced.
Sin duda, la bendición del retablo del Señor de la Sentencia esta mañana es un día histórico para una hermandad en racha, con junta de gobierno recién renovada en el cabildo de elecciones celebrado ayer y con un vía crucis a la vuelta de la esquina que va a salir de los cánones hasta ahora establecidos de traslados y celebración. Todo ello con la vista puesta en el regreso a las calles de la ciudad tres años después, porque hay que recordar que las cofradías del Miércoles Santo suman un año más que el resto por la lluvia de 2019.
Muchos motivos para que los cofrades de Sentencia estén hoy un poco más orgullosos de la gran hermandad que año a año, década a década, vienen construyendo. Felicidades.
La situación es incierta (por más que algunos prefieran taparse los ojos o mirar a otro lado) en medio de una sexta ola cuyo final se antoja tan lejano que puede pisar a la propia Cuaresma. A falta de mayor claridad respecto al escenario que habrá el Domingo de Ramos, las hermandades parecen haber llegado al momento actual, casi en el límite de la toma de decisiones, sin plan B que articular en caso necesario, sin alternativas respecto a la procesión habitual. Se ha perdido un tiempo amplio en el que podrían haberse contemplado escenarios más severos, para garantizar así la salida procesional aunque falten algunos elementos (recorridos alternativos, cambios en la carrera oficial, cuestiones relacionadas con la carga, etcétera). La postura municipal descartando por ahora cualquier limitación a la Semana Santa aporta algo de tranquilidad, pero en una pandemia que no deja programar nada con un plazo mayor a los quince días, quizás no estaría de más que las cofradías procuraran tener un as bajo la manga de la túnica.
Con una fuerza atronadora anuncia este año Cádiz su Semana Santa. Sin duda hay que felicitar al Consejo por la designación de un pintor de contrastada biografía, y a Antoine Cas por el regalo que le hace a la ciudad con esa obra tan primaveral, tan colorida y de tanta esperanza como hace falta para ver la luz al final del túnel de la pandemia. La obra está cargada de detalles y curiosidades; la Catedral como travesaño del madero del Cristo de la Vera-Cruz, representante de esa escuela genovesa que define a las cofradías gaditanas, haciendo coincidir sus manos con las características torres; la Virgen del Mayor Dolor que aunque parezca ocupar un segundo plano es el centro del cartel (su ojo izquierdo coincide exactamente con el centro geográfico de la obra), la caballa homenaje a la Viña natal del pintor, el corazón de los siervos representante de todas las dolorosas de la ciudad; el mar, la tierra y el aire que engloban a toda la ciudad; la corona de espinas que serpentea por todo el cuadro; la gota que no se sabe si es lágrima de la Virgen o sangre de la pierna del Cristo; las decenas de flores de distintas especies en movimiento, símbolo del Levante típico y dichoso. “Un cartel que sale del corazón”, en palabras de Antoine Cas. Un corazón vaciado, sin duda. Enhorabuena.
Al hilo de la obra presentada ayer, pero sin tener nada que ver con ella, cabría preguntarse si hoy en día sigue teniendo el mismo sentido y utilidad la edición de un cartel para anunciar la Semana Santa. En este mundo digitalizado, seguramente haya otros formatos más útiles para cumplir con las funciones que décadas atrás tenían los carteles. Para muchos, esto de los carteles se ha convertido en una especie de circo romano al que salen los pintores cada año para sortear todo tipo de ataques con los que se divierten esas gradas llenas de gente ansiosa de ver sobre la arena a estos gladiadores de cámara o pincel del siglo XXI.
Dijo el Ayuntamiento que era imposible adelantar una semana más la celebración del Carnaval en junio, como reclamaban la Iglesia y las cofradías para garantizar la normal celebración de la fiesta del Corpus (también con un destacado componente municipal en su organización y desarrollo, aunque no lo parezca). Y de repente, ahora valora suprimir una fase del concurso de agrupaciones para acortarlo considerablemente; pero para que empiece más tarde, no para que acabe antes. No ha debido sentar bien este anuncio municipal a la comisión de Corpus, que por cierto sigue a la espera de tomar una decisión respecto a la celebración, si hay, de esta fiesta eucarística este año. Dicen que se tomará a la vuelta de la visita ad limina del obispo.
A la labor habitual del organismo se le viene sumando cada año un actividad social y caritativa que sigue en aumento, como está ocurriendo con la práctica totalidad de las hermandades. Acaba de hacer balance el equipo que preside Juan Carlos Jurado, con Juan Ramón Montes al frente del área de Caridad, de la campaña de Navidad, en la que se han servido cuarenta cenas en Nochebuena y en Nochevieja para personas sin hogar (en una iniciativa participada por la Fundación Caixabank y la cofradía de Humildad), se ha entregado un donativo a Calor en la Noche para cubrir los desayunos de esos días de fiesta (con la colaboración de La Caixa), o se han entregado una veintena de roscones de Reyes a la asociación Las Desamparadas, así como el habitual donativo a la asociación de Reyes Magos. Todo ello, que es bastante, demuestra el cada vez más importante esfuerzo que desde las cofradías se hace en los más necesitados. ¿Para cuándo una verdadera acción social conjunta de las cofradías de Cádiz?
Ya está en la calle (y en las redes sociales) la primera proclama de cultos del año. Como siempre, llega desde San Pablo impresa en rojo, adelantando a finales de enero esa antesala de la Cuaresma que este año no estará absorbida por el concurso en el Falla. En dos semanas la cera tiniebla inundará el altar mayor de San Pablo y el incienso hará saber a la calle Ancha que los cofrades ya estamos de llenos preparados para un nuevo Miércoles de Ceniza, una nueva Cuaresma y otra Semana Santa. Qué importante es el Ecce-Homo en el calendario cofrade de Cádiz.
Primer tramo. Ya tiene fecha (a falta de confirmar) el traslado del Señor de la Sentencia a la Catedral. Segundo tramo. En el Nazareno han homenajeado a Enrique Gómez Freire, fiel devoto cada viernes al cuidado de la capilla. Bien merece, por su constancia, un reconocimiento este cofrade. Tercer tramo. Los Wasaps. El primero: “¿No ha habido meses para tener alternativas?”. El segundo: “¿Volveremos a ver a Servitas el Miércoles de Ceniza en besamanos?”. Y el tercero: “El peor enemigo de una cofradía siempre está entre sus hermanos”. Cuarto tramo. Ha perdido Afligidos a Antonio Cosías, fiel hermano siempre dispuesto a colaborar, como siempre fue fiel a su Salle Viña. Descanse en paz. Quinto tramo. Anda la enfermería un tanto ajetreada. Mucho ánimo a Manuel, que seguro se recupera pronto del ictus; y al pequeño que cuida el Cristo de la Misericordia. Sexto tramo. ¿Tenían comprada la tela para los nuevos hábitos del cortejo?
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