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"Mi padre estaría bastante contento con lo que he hecho"

JOSÉ LUIS PÁJARO LLAMAS CAPATAZ DE CAMINITO Y MEDINACELI

Este año ha sido reconocido por llevar un cuarto de siglo al frente del paso de Jesús de Medinaceli

José Luis Pájaro Llamas, uno de los capataces más veteranos de Cádiz. / Joaquín Pino
Melchor Mateo

12 de abril 2017 - 06:46

cádiz/En la sede de la Asociación Cultural Capataz Manuel Pájaro en la calle Robles hay unas horquillas en la puerta que sirven de antiguos llamadores. Dentro, en las paredes, hay innumerables fotos con un gran sabor cofrade y donde se puede ver la evolución de la Semana Santa. La mayoría son de Manuel Pájaro y de su hijo, José Luis, el protagonista de esta entrevista, un hombre que lleva ya más de 40 años al frente de los pasos en la capital gaditana. Como él mismo dice, nombrar el apellido Pájaro es relacionarlo con la Semana Santa.

-¿Qué cree que pensaría su padre, el mítico capataz Manuel Pájaro, de su hijo al frente de las cuadrillas?

-Recuerdo que en el año 1977 saqué la Virgen de los Santos de la Cena y bajando José del Toro me dijo que se iba a poner en Cardenal Zapata y si lo pasaba bien es que servía para capataz. Creo que estaría bastante contento con lo que he hecho.

-¿Qué aprendió de él al frente de los pasos?

-Todo. Todavía tengo que aprender muchas cosas de él. Era una persona muy severa. Era amigo de la cuadrilla pero una vez que empezaba el trabajo no conocía a nadie. Era una persona muy respetada.

-También ha cambiado mucho el cargador al que hay que mandar hoy en día.

-Por supuesto. Antes era gente de la estiba sobre todo y ahora llevas a gente que son médicos, ingenieros, etcétera.

-¿No está un poco denostado lo de las cuadrillas profesionales?

-Yo es que siempre he estado en contra de la palabra profesional. Nadie podía vivir de sacar los pasos, lo único es que se sacaban un dinero que les venía bien. En aquella época la gente era más fuerte porque los trabajos de carga eran más manuales y hoy, con los avances técnicos, todo está más mecanizado.

-Usted forma parte de una estirpe de capataces, algo más propio de otras localidades como Sevilla y que aquí es mucho más raro.

-Pues somos ya cinco generaciones porque mi bisabuelo ya era capataz, al igual que mi abuelo, mi padre , mi hijo José Luis, que ya está ejerciendo, y yo. Son muchos años. Pájaro en Cádiz es relacionarlo con la Semana Santa y con el Museo (se ríe).

-¿Y cómo es José Luis Pájaro Llamas como capataz?

-A mí mi padre me decía que era mucho más serio que él. La verdad es que me quieren mucho, no me puedo quejar en absoluto. Yo cuando les digo que me voy a retirar, intentan hacerme pensar lo contrario.

-¿Y qué otros capataces le gustan?

-Todos. Para mí el que se ponga delante de un paso tiene todo mi respeto.

-A usted precisamente no se le ha escuchado una palabra más alta que otra con el lío de los estilos y demás.

-Respeto a todos. La única polémica mía es que nosotros paseamos el nombre de Cádiz.

-¿No cree que se le da demasiada importancia a los capataces y a la carga en la Semana Santa de Cádiz?

-Se habla demasiado de los capataces y de los cargadores cuando realmente lo importante son las imágenes. Tenemos que tener muy claro que nosotros somos aves de paso.

-Usted ha llegado a salir todos los días.

-Efectivamente. En 1977 estuve con la Cena, los dos pasos del Amor, Columna, Sentencia, Afligidos por la tarde y Sanidad en la madrugada, Expiración, Santo Entierro y el Resucitado.

-¿Y no hay algún paso que le hubiera gustado dirigir?

-Por todos tengo un respeto enorme. Si le tengo que decir que me quedé con la espina clavada de haber sacado la Virgen de la Amargura de Humildad y Paciencia. En 1978 yo era el capataz pero llovió y la salida se pospuso para el Jueves Santo, pero teníamos que estar en otro paso, por lo que salió con los hermanos de Vera-Cruz. Al año siguiente cambiaron y ya no pude hacerlo

-¿Qué siente un capataz cuando es reconocida su labor por una cofradía como la del Medinaceli por estar al frente del paso de Cristo 25 años?

-Una satisfacción enorme. Yo dije que la medalla la recibía una persona pero que yo la repartiera con todas las personas que habían portado al Medinaceli en estos 25 años, con los que están actualmente y con los que no. En el Caminito también cumplo ahora 20 años.

-¿Le emociona llevar esta imagen?

-Es salir por la puerta de Santa Cruz y ya te emociona. Es increíble.

-Usted tiene una dilatadísima experiencia al frente de los pasos y habrá vivido absolutamente toda clase de emociones. ¿Con cuál se queda?

-Es complicado porque ha habido muchos pero quizás cuando en el año 1979 llevamos la Virgen del Rosario a la iglesia de La Palma para hacerle un triduo. De vuelta entramos en el Hospital de Mora y allí estaba ingresada la madre de uno de los cargadores. Había que estar allí para describir bien el momento que vivimos.

-¿Usted ha llegado a salir alguna vez de penitente, ha vivido las cofradías desde ese otro lado?

-Estuve en el cortejo del San Juan de Las Aguas y una vez en Humildad y Paciencia y reconozco que me di cuenta que aquello no era lo mío porque prefiero cargar un paso que salir de penitente. ¡Qué paliza!

-¿Hay Pájaro para rato como capataz?

-Mientras que Dios me dé salud estaré al frente. Pero estoy tranquilo porque tengo sustituto en la figura de mi hijo José Luis. La cuadrilla la dejaré en buenas manos. Él empezó a cargar conmigo en 1999 o 2000 cuando yo sacaba, además de las dos actuales, también Siete Palabras. Tengo que contar que a pesar de que era mi hijo, no recibió nunca un trato de favor. Por ejemplo no entró en Medinaceli hasta cuatro o cinco años después porque no había sitio.

-Usted habla de salud pero hace dos años vivió una situación desagradable al frente de Medinaceli.

-Efectivamente al llegar a la Catedral me tuve que salir por un problema de salud y me incorporé de nuevo en Candelaria pero pasado el Rectorado en la calle Ancha seguía con el mismo problema y me tuvieron que llevar a San Rafael para que me atendieran. A pesar de todo, volví a incorporarme más tarde.

-Usted habrá dirigido a cargadores míticos.

-Yo he tenido a los dos mejores manigueteros de paso de Cristo, 'El Pinche' y Nolnie. También entre mi padre y yo hemos llevado a la dinastía de los Reales. Por ejemplo, con mi padre estaba Rafael Real , que después también vino conmigo. En 1977, el último que mi padre sacó pasos dice que una vez se acercó al respiradero y dijo que tenía dudas si había tocado el brazo de Rafael Real o la pata.

-En la sede de la peña se le puede ver a usted siendo muy niño acompañando de la mano a su padre mientras éste salía de capataz.

-Yo con cuatro años ya iba con mi padre en la Virgen del Rosario. Recuerdo que en un Corpus llovió y me metieron dentro del paso sentado en un palo. Quizás he sido el cargador más joven (risas).

-¿Qué debe tener un buen capataz?

-Para empezar una buena armonía con su cuadrilla. Si no tiene feeling, va a ser muy complicado que las cosas salgan bien. Esto es como un equipo de fútbol, si el equipo quiere echar al entrenador al final lo van a conseguir.

-¿Fue dura la transición del cobrar por llevar un paso a no hacerlo?

-Para nada. Los mismos que cobraban en su día fueron los que después se quedaron. Tengo que decir que un porcentaje muy grande de los cargadores que tengo son los hijos de los cargadores que salían con mi padre y también nietos.

-A usted jamás se le ha escuchado entrar en ninguna polémica de estilos ni nada parecido.

-Por supuesto. Mire usted, en Semana Santa Cádiz es un como un paso en el que todos tenemos que meter el hombro para que salga bien. Todo el mundo colabora a su forma y lo entiende a su manera. Aquí no debe haber polémicas, sin todo lo contrario, hermandad entre las distintas cuadrillas.

-¿Su martillo tiene algo de especial?

-Hasta el año pasado llevaba el de mi padre pero se rompió y ya no hay manera de arreglarlo. Aún así, aunque no puedo utilizarlo, siempre lo llevo encima.

-Ahora que hay tanta polémica con la Madrugada. ¿Usted ha vivido situaciones desagradables tal y como se viene diciendo?

-No. En 25 años que llevo al frente de Medinaceli la inmensa mayoría de los años salíamos a la 1.50 y nunca he tenido problemas. La única vez fue en la calle San José con una persona bebida que no nos dejaba pasar pero yo jamás he visto ni broncas ni peleas. Es una minoría total.

-Con el carácter que usted tiene, debe ser muy fácil para los hermanos mayores.

-Jamás he tenido un problema con ninguno. En 25 años en Medinaceli he tenido a cuatro y con todos me he llevado muy bien. Conmigo jamás van a tener un problema porque yo sé en todo momento el papel que me corresponde.

-¿Y si José Luis Pájaro Llamas no hubiera acabado con un martillo, cómo viviría la Semana Santa?

-Probablemente estaría en alguna junta de gobierno o algo así. Tengo que decir que yo pertenecí durante un tiempo a la junta del Carmen.

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