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Fernando Díaz, pregonero de la Semana Santa de Cádiz 2024: “Me ha quedado el pregón que yo quería desde el principio”

El periodista de Diario de Cádiz quiere plasmar “el papel que juegan las hermandades mucho más allá de la Semana Santa”

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El pregonero de la Semana Santa de Cádiz 2024, Fernando Díaz. / Julio González

En siete días subirá al escenario del Gran Teatro Falla para anunciar a la ciudad, su ciudad, la llegada de una nueva Semana Santa, su Semana Santa, la que lleva viviendo desde siempre, la que lo ha acompañado a lo largo de su vida. Fernando Díaz Riol, periodista de Diario de Cádiz y hermano mayor del Santo Entierro, analiza su pregón y la realidad de las cofradías gaditanas en esta Cuaresma tan especial como intensa para él.

–¿Cómo lleva el recorrido hasta el Domingo de Pasión?

– Lo llevo muy contento, pero con mucha responsabilidad; y muy atareado. Ya sabía que cuando se acercara el pregón tendría que pedir algunos días libres, lo que no sabía es que realmente lo habría que pedir es una excedencia para afrontar esto. La agenda es horrible, pero estoy sorprendido y halagado con el respeto y el cariño que estoy recibiendo de todas las hermandades; te diría que prácticamente ninguna ha dejado de tener un detalle con el pregonero, y a mí eso me conmueve, a la vez que me lleva a elevar la responsabilidad que tengo por delante.

–¿Qué es lo que más le ha costado a la hora de escribir?

– Tenía la idea muy clara desde el principio. Juan Manzorro siempre me decía que en un pregón lo más complicado es comenzar, escribir el primer párrafo. Y tenía toda la razón. A partir de esas primeras líneas, ha sido más fácil de lo que yo pensaba.

–¿Cómo se ha organizado para escribirlo, o cómo ha ido tomando forma el texto?

–Yo dije que quería tenerlo acabado cuanto antes, y ya antes de aceptar la propuesta y de que fuera anunciado mi nombramiento tenía clara la idea de lo que quería y cómo lo quería. Una vez hecho público el nombramiento ya me puse a escribir y llegué a diciembre con el 90% del pregón hecho. Lo terminé en los primeros días de enero.

–Eso es muy pronto, ¿no? ¿Desde entonces está intacto, o ha introducido cambios?

–Sí, sí; se ha cambiado. De hecho sigo cambiando, porque al asistir a los actos a los que me invitan las hermandades en estas semanas te empuja a añadir coletillas, cosas, anécdotas. Por ejemplo, el domingo disfruté mucho en la función de La Palma, o el miércoles fui a un acto muy emotivo en Piedad, y el cuerpo me pide incorporar guiños al texto de esas vivencias.

–Hablando de actos, ¿cómo compagina la Cuaresma un periodista, hermano mayor y pregonero de la Semana Santa?

–Es muy difícil. Es lo peor que llevo. De esta gratísima experiencia de pregonar la Semana Santa de mi ciudad, llevar todo adelante es lo peor. Tengo que decirle que estoy muy orgulloso de mi junta de gobierno porque mi presencia en la casa de hermandad estas semanas es mínima, pese a lo cual están sacando todo adelante: reparto de túnicas, montaje de cultos… Por otro lado está el trabajo, donde siempre estamos hasta arriba. Y luego está la familia, que aunque me apoya en todo y mi mujer es muy cofrade, también hay que dedicarle tiempo. Así que lo llevamos con mucho estrés, porque son muchas reuniones, muchas coletillas… Ya me lo avisaron, pero es la parte menos agradable.

–¿Qué pregón le ha quedado?

–Me ha quedado el pregón que yo quería desde el principio. Tenía muy clara la idea y se ha plasmado fielmente en el texto. Yo tengo muy clara mi visión sobre las cofradías y mi lucha con la solidaridad y con la caridad que mantengo en todos los aspectos de mi vida; y eso aparece en el pregón, seguramente por mi influencia como alumno del colegio de Salesianos. También destaco en el pregón el papel que juegan las hermandades mucho más allá de la Semana Santa; se hace un gran trabajo a todos los niveles, y especialmente en caridad en los últimos años se están haciendo cosas muy importantes. Dudo mucho que en Cádiz haya instituciones que se vuelquen tanto como las hermandades. Además de todo esto, será el pregón de mi tierra, donde me crié, donde he vivido siempre la Semana Santa.

–No se ha prodigado mucho por los atriles usted.

–No, yo solo he dado el pregón de mi Virgen de la Soledad, el de la Salud y el Stabat Mater. Son solo tres pregones, pero es verdad que desde muy joven estoy acostumbrado a hablar en público, primero por mi trabajo y también por mi labor en el grupo joven de la hermandad, donde ya presentaba actos y carteles. No soy un superdotado en dar pregones, pero no noto que eso me vaya a frenar. Tengo muy claro lo que tengo que decir y cómo lo quiero decir, y estoy convencido de que es el momento de exponer todo lo que tengo dentro.

Fernando Díaz. / Julio González

–Habla el concejal de Hermandades de que el pregón introducirá novedades en cuanto se aprovechará al 100% las posibilidades del Falla como teatro. ¿Qué están ustedes pergeñando?

–Más que una innovación, yo creo que lo que se quiere es tener todo bien atado para que no falle nada. Un cambio en la tonalidad de la luz, un audiovisual que yo voy a proyectar en algún momento para que se vea bien, si hay intervenciones de músicos durante el pregón… que no se produzcan fallos en nada de eso. Llevo algunas cosas externas, y hay un interés grande porque todo salga bien; pero no hablaría de innovación. Eso sí, estoy teniendo muchas reuniones con José Manuel Benavides y con Miguel Ángel Fuertes para tenerlo todo preparado y ensayado. Es evitar, más que innovar.

–¿Qué marchas van a sonar ese día?

–Yo pedí Virgen del Valle, que es santo y seña de la salida de mi hermandad del Santo Entierro; y he pedido también Sanidad, por razones obvias de mi vínculo con la hermandad y porque es además la hermandad de mi madre. Ya luego comenté que siendo el centenario de la marcha Pasan los Campanilleros podría estar bien que sonara ese día, siendo además una gran composición de López Farfán.

–¿Y cuál será su agenda previa? ¿Qué hará el pregonero en la víspera del Domingo de Pasión?

–En la vísperas, y un poco más atrás. Mi camino al Falla comenzará el jueves por la noche, cuando voy a dejar el pregón a los pies del Señor del Prendimiento.

–¿Y eso?

–Mire, yo cargué ese paso durante quince años. Además, la que hoy es mi mujer es del barrio del Mentidero, la conocí en el barrio del Mentidero y nos casamos en la iglesia del Carmen. Cuando mis hijas nacieron, muy seguidas además en el tiempo, yo era cargador del Prendimiento, donde llegué de casualidad y estuve quince años hasta que lo tuve que dejar porque ya en el trabajo no podíamos librar dos días en Semana Santa. Así que es una cofradía y un misterio muy especial para mí y quería estar cerca de cara al pregón.

–Eso el jueves, ¿y a partir de ahí?

–El viernes recojo el pregón en el Prendimiento y duerme ese día a los pies de la Virgen de la Salud, que ya estará en su palio. Y el sábado dormirá a los pies de la Virgen de la Soledad en un acto íntimo que tendremos los miembros de la junta y mi familia. Ese día pasará por delante ese niño que con 13 años y una beca de estudios fue a hacerse hermano de la cofradía y que ahora se ve con el pregón de la Semana Santa a los pies de la Virgen. Será muy especial para mí. Y ya el domingo me recogen temprano en mi casa, quiero ir a desayunar con la gente de mi hermandad antes de ir a Santa Cruz a recoger el pregón, y me gustaría también ir a ver a la Patrona a Santo Domingo antes de dirigirme al Falla.

–¿Cómo ve la Semana Santa el pregonero?

–La veo con mucha buena intención por parte de muchos buenos cofrades que luchan para que crezca, vaya hacia arriba. Pero a veces da la sensación de que esa estructura sobre la que tiene que crecer no es sólida. ¿Por qué digo esto? Porque a mí me sigue chirriando mucho lo que está ocurriendo en El Huerto, en una ciudad con esa catalogación de fiesta de Interés Turístico Nacional; que se mantenga una cofradía dos años sin salir y prácticamente sin culto alguno durante el año, con unos comportamientos que no son adecuados entre una parte y otra. Este tipo de situaciones me hacen dudar respecto a si la base sobre la que se asientan las cofradías es bastante sólida. Veo buena voluntad y un trabajo enorme de los cofrades por llevar adelante sus hermandades, muy por encima de la implicación de la ciudad, que cabalga a un ritmo menor que el que llevan las cofradías; hay que quitarse el sombrero con lo que hacen los cofrades, porque es muy cierto esa frase de que la Semana Santa de Cádiz es un milagro y yo puedo dar fe de ello. Así que lo que espero es que una vez pase lo del Huerto, se saque la mejor lectura para que lesto no vuelva a pasar, porque en otras ciudades vemos que eso no pasa, que esos problemas se arreglan de otro modo y no pasando a la inactividad absoluta, que es muy grave para la hermandad.

Fernando Díaz, durante la entrevista concedida a este Diario. / Julio González

–¿En qué momento diría que están las cofradías de Cádiz?

–Yo siempre digo que la Semana Santa será lo que quieran los gaditanos, y aunque es cierto que durante la Semana Santa sobra gente por todas las calles, luego durante el año no hay implicación con las cofradías. Falta compromiso a la hora de participar en las hermandades todo el año, y eso va en detrimento del peso que pudiera tener el colectivo. Falta implicación de los hermanos durante el año, que en mayo, junio, julio, agosto… también eres hermano de una cofradía y devoto de una cofradía. Eso nos reforzaría más y nos daría más privilegio para ser más respetada, porque muchas veces vemos que no tenemos el peso que tendríamos que tener. La ciudad tendrá que darse cuenta en algún momento lo que significan las hermandades y estar al mismo ritmo que marca la cofradía. No se puede recoger la cofradía y ya hasta el año que viene, no debería ser así; las cofradías están para vivirlas todo el año.

–Usted ha vivido en primera persona el cambio de Sanidad al Martes Santo o el del Santo Entierro al Sábado. ¿Qué valoración hace hoy de aquellos cambios?

–Efectivamente, yo estaba en la junta de gobierno de Sanidad cuando se decidió cambiar al Martes Santo y respaldé plenamente aquello, porque nosotros vivíamos una Madrugada muy complicada. Yo siempre le decía a Garrido padre que había una Madrugada para el Perdón y otra muy distinta para el resto de hermandades. Yo personalmente he vivido cómo le han quitado cirios a penitentes, cómo han intentado robarle un walki a un fiscal, o cómo daban empujones a la presidencia por gente que ya a esas horas iban pasados de rosca. Todo eso que hemos vivido y sufrido va mermando y la gente va dejando de salir. No son las hermandades las que dan la espalda a la Madrugada, sino la ciudad. Aunque, eso sí, creo que las expectativas que se generaron con el cambio de día eran mayores de lo que hay hoy.

Y en el Santo Entierro, el problema era que volvíamos a Santa Cruz a las cuatro y pico de la madrugada porque el Viernes es una jornada que comienza muy tarde y que nosotros teníamos que cerrar. Yo estoy convencido de que el Sábado Santo es el día del Santo Entierro, y nosotros venimos realizando un trabajo para ajustar los horarios, que ya hemos recortado en una hora respecto a cuando llegamos a la junta de gobierno. Nuestro objetivo es seguir creciendo en el cortejo, no solo por parte de los hermanos sino a nivel institucional. Hacemos un esfuerzo importante para invitar a todos los estamentos, y espero que poco a poco vayan sumándose para hacer del Santo Entierro un cortejo digno del Sábado Santo y de la ciudad de Cádiz. Y puestos a soñar, ojalá entrase otra hermandad más el Sábado, eso sería un espaldarazo importante, como hemos visto en Jerez el año pasado.

–¿Cree que es posible otra configuración de la Semana Santa respecto a la que existe hoy?

–No sé si es posible, yo quiero creer que sí. Pero lo que sí estoy convencido es de que es necesario. No solo por la Madrugada, sino desde el Jueves Santo hacia adelante. Los días grandes tienen en Cádiz un desequilibrio importante respecto a la primera mitad de la Semana Santa, y creo que en las cofradías hay hoy en día gente preparada para asumir esos cambios. He leído además que el Consejo respaldaría los cambios con un respaldo económico, lo cual aplaudo porque la diferencia de precios en una banda entre cualquier día de la semana y el domingo o a partir del jueves es brutal.

Pero esta posibilidad de variar la configuración hay que hacerlo desde ya, hay que ir al toro tal y como acabe la Semana Santa, cuando se está en caliente, no esperar a que se acerque la del año que viene. Yo, desde luego, invitaría a las hermandades a que fueran valientes en este sentido. Hay hermandades con unos cortejos magníficos y con un amplio respaldo de los hermanos que encajarían muy bien en el Jueves, la Madrugada o el Viernes Santo. Y luego hay que confiar también en las hermandades nuevas que puedan incorporarse a la nómina.

–Terminemos de nuevo con el pregón. ¿Qué es lo mejor y lo peor que ha afrontado desde su nombramiento hasta hoy?

–Lo mejor fue la reacción de mi familia, de las cofradías a las que estoy vinculado y de mis amigos. Creo que nadie se esperaba mi nombramiento y hasta mis hijas se enteraron el día que se hizo público. Y lo más duro no es hacer el pregón, que tiene un desgaste, sino poder estar en todos los actos y reuniones que se convocan. Desde que aceptas el pregón, hay muchas noches de insomnio, te cuesta coger el sueño, te acuestas tarde, te desvelas en mitad de la noche… Todo eso provoca un desgaste, que sin duda se compensa con lo que estoy viviendo y con lo que voy a disfrutar el día 17. Porque eso sí, tengo claro que subo al escenario a disfrutar y a estar orgulloso de mi Semana Santa.

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