Un rito de 400 años, una ilusión intacta
Semana Santa Cádiz 2019 | Humildad
El hermano mayor pidió a los integrantes del cortejo “profundizar” en una pregunta: “¿para qué nos ha llamado el Señor hoy aquí?”
Cuatrocientos años después la ilusión sigue intacta. Como intactos eran los nervios del capataz del paso del Señor de la Humildad y Paciencia, Paco Álvarez, a pesar de cumplir 15 años al mando más dos salidas extraordinarias. “Llevo una cuadrilla muy compensada”, comentaba. Y por primera vez, dos palos de relevos. “Quería salir mucha gente. Seis de nosotros cargan ya junto a sus hijos, son dos generaciones”, apuntaba. El capataz de la Virgen de la Amargura, Juan Manuel Manzano, aparecía para saludar a Álvarez y a sus cargadores. Allí se improvisaba un rezo por miembros de la cuadrilla del palio fallecidos en el último año.
Música sacra para crear ambiente. Fotos y más fotos de penitentes y cargadores delante de los Titulares de la hermandad. Desde el altar, el hermano mayor, David García, aludía a “un rito de cuatro siglos” para referirse a lo que la hermandad iba a vivir de nuevo por las calles de la ciudad. Pedía a todos los integrantes del cortejo “profundizar” en una pregunta: “¿para qué nos ha llamado el Señor hoy aquí?”.
Después de los correspondientes rezos se ponía en marcha la procesión. El paso de misterio era conducido a ruedas hasta la calle, donde se subían las patas antes de echar a andar. 'Silencio blanco' fue la marcha elegida por la banda de cornetas y tambores de las Tres Caídas de Arcos de la Frontera para los primeros andares del bello paso realizado en los talleres de Pérez Calvo, con talla y dorado de Fernández del Toro.
Dentro de San Agustín esperaban los cargadores de Amargura. Caras conocidas, caras de siempre. Este año con la novedad, insólita en esta cohesionada cuadrilla, de la incorporación de siete cargadores debido a lesiones o cuestiones laborales de otros tantos. Conducido el palio hasta San Agustín con similar maniobra que la del paso de misterio, una vez fuera se produjo la pertinente alzada de las patas. “Ya está la Reina en la calle”, se escuchó debajo del paso. Una poderosa primera levantá elevó el palio, que comenzaba a andar buscando el inicio de la carrera oficial mientras la Banda de Música del Nazareno de Rota rendía homenaje a una marcha histórica: 'Amarguras'. La composición de Font de Anta cumplió el pasado sábado 100 años desde su estreno.
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