El traslado de la cofradía del Huerto, pendiente de la nueva puerta en Santa Catalina
La obra está previsto que comience en los próximos días y que dure un mes, lo que permitiría a la cofradía celebrar la Cuaresma ya en su nueva sede
Así será el regreso del Huerto a las calles el Jueves Santo de 2025
La cofradía del Huerto ya acaricia el salto a su nueva vida, el inicio del nuevo recorrido que más allá del que ya se ha definido para el Jueves Santo marcará los próximos años de su historia. Un comenzar de nuevo, en un nuevo barrio, en una zona distinta a la acostumbrada, y en una nueva iglesia con unas nuevas condiciones para la hermandad.
El traslado definitivo de la cofradía, que será el que realicen los hermanos con las imágenes titulares, depende ya únicamente de la obra que tiene que hacerse en la iglesia de Santa Catalina para ampliar las dimensiones de la puerta, de manera que la hermandad pueda procesionar desde allí cada Jueves Santo.
Así lo trasladó en la noche del viernes la junta de gobierno que preside Ignacio Robles a los hermanos, en el cabildo informativo celebrado precisamente en Santa Catalina para dar debida cuenta de todo lo acontecido en el seno de la hermandad en estos últimos meses y cómo se ha gestionado y se va a producir el cambio de sede. Una sede que es propiedad del Obispado, que ha cedido su uso temporalmente a la cofradía, como quedó explicado en el cabildo.
La antigua iglesia de Capuchinos, que hasta ahora perteneciera a la parroquia de La Palma y que ha sido sede provisional durante varios años de la parroquia Castrense (hasta que se marchó en julio de 2023), ha sido acondicionada en estos últimos meses por parte de la cofradía del Jueves Santo, sus nuevos moradores, que han realizado una obra considerable de aislamiento de las paredes, pintura general y limpieza a fondo, estando ya el interior dispuesto para la llegada de las imágenes.
No obstante, ha decidido la cofradía finalmente no marcharse de San Severiano hasta no culminar la adaptación de Santa Catalina. Para ello, se esperará a la ampliación de la puerta que está proyectada y que, de hecho, está ultimando todos los trámites y permisos necesarios para comenzar la obra lo antes posible; tanto, que en la cofradía confían en que a lo largo de los próximos días puedan iniciarse los trabajos.
Alrededor de un mes tiene previsto la hermandad que dure esta obra de colocación de una nueva puerta en Santa Catalina, que tendrá mayores dimensiones que la actual para permitir que desde allí pueda salir el cortejo procesional en la tarde del Jueves Santo. En este sentido, conviene recordar que ya se ha previsto que la cofradía salga a las cinco de la tarde del Jueves Santo, llegando a carrera oficial por el Campo del Sur (hasta la plaza de la Catedral, y de ahí por Cobos y Cristóbal Colón) para regresar a su nuevo templo a las dos de la madrugada tras recorrer las calles del barrio de la Viña.
Tal es la confianza en que la obra pendiente se va a desarrollar sin problemas, que en la hermandad no tienen previsto a día de hoy ningún plan alternativo de salida que no sea la iglesia de Santa Catalina.
No obstante, del recorrido que tenga esta obra no dependerá únicamente el traslado de las imágenes titulares, sino también la celebración de los cultos cuaresmales, cuya fecha dispensará este año lo marcado en las reglas para ajustarse a la realidad actual en la que se encuentra la cofradía. Es decir, que según la fecha en la que se realice el traslado, se convocarán los cultos pertinentes (que habitualmente se celebran la primera semana de Cuaresma, con besapié al Señor el Miércoles de Ceniza y vía crucis con la imagen por la feligresía, hasta ahora de San Severiano).
Mes y medio queda aún por delante para el inicio de la Cuaresma (el Miércoles de Ceniza este año será el 5 de marzo), por lo que se entiende que este importante tiempo litúrgico para las cofradías de penitencia podrá desarrollarse ya en su nueva sede canónica.
Una nueva vida
El cambio de sede canónica del Huerto conllevará una transformación de enorme calado en la hermandad. De hecho, ya es palpable el cambio, desde que hace unos meses se hiciera la cofradía con una nueva casa de hermandad, situada en la confluencia del Campo del Sur con la calle San Félix, a pocos metros del antiguo convento capuchino.
En el horizonte, la junta de gobierno ya trabaja en el cambio de estatutos y de reglamento interno que habrá que hacer para adaptar la cofradía a la nueva realidad en el barrio de la Viña.
Pero antes de eso, hay que poner al día la hermandad en lo que a gestión, administración y patrimonio se refiere. A este respecto, informó en el cabildo la junta de gobierno que se está intentando poner al día el censo de hermanos así como el pago de las cuotas anuales, donde se señala “mucho retraso” motivado por la época de la intervención eclesiástica.
En el apartado patrimonial, ya finalizó la hermandad la revisión del estado de todo su patrimonio, especialmente en lo referente al paso procesional, a las imágenes, a la orfebrería y a los bordados y resto de piezas textiles; y de ese análisis realizado, se ha constatado el buen estado del paso y de las imágenes, el actual estado de revista de la orfebrería, que ha sido limpiada en su totalidad y dispuesta ya en los nuevos locales; y, por contra, se señala cómo ha quedado afectado el patrimonio textil, “sobre todo por los dos años que ha estado cerrada la casa de hermandad, donde había mucha humedad”.
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