Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
La Tribuna Cofrade
El tiempo que empieza a empeorar. El fresco que, al fin, empieza a asomar a última hora de la tarde. Las tardes que anochecen antes. El escenario perfecto va tomando forma para que esta tarde arranque la novena a la que es, por calendario, la última Gloria del año. Ese ciclo cada vez más en auge que se inició a principios de mayo, nada más terminar la Semana Santa, y que expirará la noche del 1 de noviembre cuando la Virgen de la Palma entre por la estrecha puerta de la iglesia que preside.
La recta final de octubre en La Palma es más que especial. Supone el regreso de los que ya no viven en la Viña pero acuden estos días al reencuentro con su Virgen, el olor de incienso entremezclado con el de las castañas de los puestos humeantes que anuncian que se acercan los Tosantos (nada de Halloween, ya saben), la iluminación extraordinaria que Pepe Rodríguez consiguió con su dibujo. Todo a punto para desembocar en la gloria de noviembre, aquella que suena a Misa Típica Gaditana, la de los cantos a la vera de la Caleta, Crucifijo en mano, la de la visita mañanera del obispo, y la visita vespertina de la Virgen a muchos vecinos.
Los últimos días de octubre que desembocan en el 1 de noviembre son más que especiales en la Viña. Y comienzan hoy con la novena que predicarán Francisco Antonio Gutiérrez (el carmelita que el pasado 7 de octubre acompañó a la Patrona, haciendo patentes los vínculos que carmelitas y dominicos tienen en Cádiz) Rafael Vivar (el castrense que ayuda a César Sarmiento en la parroquia del Santo Ángel) y Juan Carlos González (uno de los dominicos más reclamados en los púlpitos actualmente).
La novena que hoy empieza, a las siete y media de la tarde, se desarrollará hasta el próximo lunes 28, dejando las jornadas del 29 y 30 de octubre para que la Virgen sea expuesta a los pies del altar mayor a la veneración de sus muchos devotos. Es tiempo de atardeceres tempraneros, de temperaturas más bajas, de castañas y huesos de santo. Puro otoño con el que Cádiz despide a las glorias en el barrio de la Viña.
A la espera de que el Ayuntamiento se decida sobre la posibilidad de ampliar los palcos de San Juan de Dios con una segunda fila –necesaria– en la calle central así como nuevas estructuras delante de la fachada de la Casa consistorial, el Consejo ve mucho más accesible el otro proyecto presentado para la Semana Santa de 2020: habilitar una nueva fila de palcos en la plaza de la Catedral para conseguir con ello estrechar el pasillo por el que las hermandades llegan al principal templo de la diócesis. El Consejo –al fin– parece convencido de esta medida, que incluso pudo ser probada in situ una vez finalizada la pasada Semana Santa, cuando la cofradía de Piedad se prestó a una comprobación con su paso de misterio (uno de los de mayores dimensiones de cuantos procesionan en la ciudad) que sirvió para despejar las dudas que todavía quedaban al respecto. Si esto se consigue, habrá logrado el Consejo dar un paso importante en la mejora de la carrera oficial, solucionando el problema de ese eterno pasillo por el que las cofradías ni siquiera sabían transitar debido al ancho espacio que separaba los palcos de uno y otro lado de la plaza.
Ya ha desvelado el presidente del Consejo, Juan Carlos Jurado, cuál va a ser el proyecto estrella en el que va a trabajar el Consejo para conmemorar el 50 aniversario de la denominación de la Junta Oficial de Hermandades y Cofradías y el 25 aniversario que se cumple también del actual Consejo Local de Hermandades y Cofradías. Una exposición artística relacionada con el arte de las hermandades, en las diferentes facetas (imaginería, talla, bordados, orfebrería...) que resuma este último medio siglo de vida del órgano que, en definitiva, aglutina la actividad del conjunto de hermandades de la ciudad. Jurado, que tiene ahora por delante el reto de diseñar, organizar y cerrar este proyecto, ha pedido ya la colaboración de las hermandades, que en definitiva serán las grandes protagonistas de esta muestra porque serán las que cedan las piezas y bienes. Por cierto, que el escenario de la exposición puede ser un espacio hasta ahora inusual para el mundo de las cofradías.
Realmente sorprendente la actitud que el Obispado, y especialmente el Cabildo Catedral, ha adoptado en su relación con la hermandad de los Patronos. Sin querer normalizar la situación interna de la corporación tras el fallecimiento de Francisco Arenas, el último episodio ha sido, esta semana, la negativa a celebrar el día de su fiesta (el miércoles, 23 de octubre) una procesión de tercias al término de la función. “La hermandad se haya en una situación irregular y por tanto no podemos abrir un diálogo”, responde el Cabildo a la pretensión de la corporación, que únicamente pretendía que el 400 aniversario del Patronazgo (completamente olvidado por el Obispado, y no precisamente por desconocimiento) tuviera algo de relieve. El Cabildo lanza la pelota ahora al Secretariado para solucionar el asunto. Ojú.
Hablando de este organismo diocesano, sorprendió en el pleno del pasado miércoles que el delegado episcopal se presentara para solicitar a los hermanos mayores prudencia y rectitud a la hora de nombrar cargos de confianza. Llamó la atención que ocurra en el contexto reciente, en el que el propio Secretariado ha decidido mirar para otro lado ante determinadas situaciones, o cuando constantemente deja sus propias normas a la libre y totalmente arbitraria interpretación. Con lo fácil que sería –o que parece– aplicar la norma que está claramente escrita.
No estaba en el orden del día, ni tampoco fue algo preparado como cuando a uno le hacen una fiesta sorpresa ni nada de eso. Pero el pleno de hermanos mayores dedicó el pasado miércoles un sonoro aplauso de varios minutos cuando llegó la hora de despedir a uno de los hermanos mayores que más tiempo ha estado sentado en esas sillas incómodas de Cobos (incluso antes de estar en la calle Cobos). Pedro Reynoso dejó ayer su responsabilidad como hermano mayor del Caído; misión a la que ha encomendado una parte al menos destacada de su vida, en dos etapas distintas separadas por el mandato de su hijo Pedro Pablo. En total, dicen que los Reynoso sumaron, hasta el miércoles pasado, 28 años ininterrumpidos de presencia en el pleno del Consejo. Como para no despedir a Pedro con un sonoro aplauso de varios minutos.
Reynoso representa lo necesario en una cofradía: compromiso, entrega, ganas de trabajar e ilusión por afrontar distintas etapas, desde la cofradía que recorría el Martes Santo el Parque Genovés hasta la que se ha convertido y transformado a la de la actualidad. Media vida entregada al Caído, con la recompensa del sonoro aplauso de los hermanos mayores. Otros llegarán desde anoche, con Eugenio Ricote a la cabeza, para seguir cumpliendo retos y etapas en una cofradía del Caído que posiblemente no entienda su historia reciente sin el apellido Reynoso.
Primer tramo. El presidente participa este fin de semana en el encuentro de los consejos de Andalucía en Córdoba. Segundo tramo. La comisión del Corpus sigue teniendo reuniones con el obispo para la celebración de 2020. Sigue Zornoza empeñado en potenciar la fiesta. Tercer tramo. Los Wasaps. El primero: “Qué curioso que en Jerez haya más procesiones a la Virgen del Rosario (4) que en Cádiz”. El segundo:“Sospechamos que algún clérigo nos está vetando”. Y el tercero: “El Nazareno de la Catedral es muy bueno”. Cuarto tramo. Al parecer esta semana hubo otra reunión tensa en Santa María a cuenta de los martillos. Ojú. Quinto tramo. Piedad hace semanas que anunció el predicador del triduo a Humillación de la próxima Cuaresma (Juan Enrique Sánchez). Eso sí que es ser previsor. Sexto tramo. Hubo riña en el pleno de hermanos mayores por la escasa presencia de cofrades en la conferencia de Asenjo para abrir el curso de formación. El día de la marmota... Séptimo tramo. ¿Quería la asociación de vecinos hacer una castañada en la calle de La Palma el 1 de noviembre?
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